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EDITORIAL

Sánchez pacta con Meloni: su discurso contra la “ultraderecha” es tan falso como él

“Hacer de la necesidad virtud” es la frase que el propio Pedro Sánchez utiliza para describir lo que en realidad no es más que falta de escrúpulos y cinismo metidos en una coctelera

Pedro Sánchez y Georgia Meloni

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Pedro Sánchez está a punto de pactar con Georgia Meloni para salvar a Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea. Un movimiento que le puede hacer ganar esa pequeña batalla, pero que supone un auténtico tiro en el pie porque destruye su propio discurso sobre el peligro del avance de “la ultraderecha” en Europa y, de rebote, en España. Además, demuestra una vez más que su acción política carece de principios y se guía exclusivamente por su propio beneficio.

“Hacer de la necesidad virtud” es la frase que el propio Pedro Sánchez utiliza para describir lo que en realidad no es más que falta de escrúpulos y cinismo metidos en una coctelera. El caso es que esa ausencia de límites le otorga una ventaja competitiva inmensa. Sin embargo esta vez es posible que se haya pasado de frenada.

Ganar esa batalla al PP en Europa pactando con Meloni puede hacerle perder la guerra en España. Su principal argumento, con el que ganó las últimas elecciones generales de julio de 2023, es el del miedo a Vox, a la “ultraderecha” que avanza como un cáncer en todo el continente. Sánchez, que se dibuja a sí mismo como el gran parapeto contra la extrema derecha, pierde de un plumazo cualquier credibilidad. Su discurso se cae ante los hechos. No se puede pactar con Vox, pero sí con Meloni, hasta ayer primos hermanos para el Gobierno español.

Algo no encaja para cualquiera que tenga la más mínima capacidad de análisis y no sea un sectario empedernido, un sanchista irredento. Ni el equipo de opinión sincronizada haciendo horas extra va a lograr convertir a Meloni en una progresista de la noche a la mañana ante los ojos del votante de izquierdas. O sí, ya veremos, porque cientos de miles han tragado con la amnistía y tragan con eso de la mayoría progresista incluyendo ahí al PNV y a Junts. Así que ahora pueden comerse con patatas las bondades de pactar con el diablo, si hace falta.