Aterriza en España un nuevo tratamiento contra la leucemia linfocítica crónica
Los pacientes adultos con leucemia linfocítica crónica ya tienen acceso a un nuevo tratamiento oral que combina Ibrutinib con venetoclax, alternativo a la quimioterapia.
Janssen Pharmaceutical Companies of Johnson & Johnson ha anunciado la aprobación en España de la combinación de Imbruvica® (ibrutinib) con venetoclax (I+V) para el tratamiento de pacientes adultos con leucemia linfocítica crónica (LLC) en primera línea.
El Ibrutinib es un inhibidor de la proteína tirosina quinasa de Bruton (BTK), que desde 2021 forma parte del listado de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que ya estaba disponible en nuestro país en diversas indicaciones para el tratamiento de tres cánceres hematológicos.
La novedad, ahora, es su combinación con venetoclax, que supone la primera opción de tratamiento limitada en el tiempo y exclusivamente oral. Su administración consiste en una única toma al día para los pacientes adultos con leucemia linfocítica crónica (LLC).
Esto, permite iniciar un nuevo enfoque de tratamientos orales, sencillos de administrar, muy eficaces y generalmente con buena tolerancia, sin combinación con quimioinmunoterapia.
Qué es la Leucemia Linfocítica Crónica
La LLC es un cáncer de la sangre, en general de curso crónico, que afecta específicamente a los glóbulos blancos. Se trata del tipo de leucemia más común en el mundo occidental, con una incidencia general de aproximadamente 4,92 casos por cada 100.000 personas al año en Europa, donde es en torno a 1,5 veces más frecuente en varones que en mujeres.
Esta leucemia es un tipo de cáncer relacionado con los linfocitos, que tiene una progresión lenta. Su comportamiento es menos agresivo inicialmente que otros tipos de leucemias, denominadas agudas. De hecho, muchos pacientes pasan años sin experimentar o sin desarrollar sintomatología. Según Janssen hay, incluso, pacientes que no necesitarán tratamiento nunca.
La web Janssen Contigo® explica de forma sencilla que es la LLC, cómo se puede vivir con ella y qué asociaciones existen en torno a esta. También desmonta algunos mitos sobre la LLC y ofrece las últimas noticias sobre ella.
Opinión de los expertos
El Dr. José Ángel Hernández Rivas, jefe del servicio de Hematología del Hospital Universitario Infanta Leonor (Madrid) y vocal del Grupo Español de Leucemia Linfocítica Crónica (GELLC), ha destacado que “ibrutinib ha supuesto un antes y un después en el tratamiento de la LLC y como tratamiento en monoterapia en primera línea, tenemos ya datos muy sólidos con un seguimiento a 8 años, en los que cerca del 60% de los pacientes siguen libres de progresión dentro del ensayo clínico RESONATE-2”.
La Dra. Ana Rubio Salvador, especialista en Farmacia Hospitalaria del Complejo Hospitalario de Toledo, especializada en farmacia oncológica y hematológica por el Colegio Americano de Farmacia Clínica explica que “al tratarse de pacientes con una patología crónica, cuanto menos interfiera la administración de los tratamientos con su vida normal, más conseguimos minimizar en cierta medida el impacto de la enfermedad. Así, disponer de un esquema completamente oral y finito supone una gran ventaja para los pacientes y sus cuidadores, puesto que no necesitan desplazarse al hospital para la administración del tratamiento y se evitan los riesgos relacionados con la infusión”.
La Dra. Rubio añade que la administración por vía oral “anula las posibles reacciones infusionales. Además, al tratarse de un tratamiento finito, no compromete la adherencia a largo plazo”.
En qué consiste el tratamiento
Aunque el tratamiento se adapta a las circunstancias y realidades de cada paciente, la administración de I+V consiste en un total de 15 ciclos a lo largo de 13,8 meses, que comienzan con tres ciclos de ibrutinib seguidos de otros 12 ciclos de I+V.
El Dr. Hernández Rivas asegura que “esta duración finita puede mejorar la adherencia de los pacientes al tratamiento, reducir las toxicidades tras su suspensión con mejora de la calidad de vida de los pacientes, evitar resistencias -por lo que puede volverse a utilizar en un futuro si se producen progresiones de la enfermedad- y podría suponer a largo plazo una disminución del gasto farmacéutico”.