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Cuidar el pelo en verano para que no se caiga en otoño

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Sin embargo, a menudo, se descuida las consecuencias que esto puede tener también para el cabello. Por eso, contar con un cuidado capilar adecuado durante el verano puede ayudar a empezar el otoño en condiciones que eviten que se intensifique la pérdida de cabello.

De acuerdo con la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), es frecuente perder alrededor de 100 hebras de cabello diariamente, pero en situaciones de estrés extremo, alteraciones hormonales o variaciones en la alimentación, este proceso de pérdida puede incrementarse hasta en un 20% del pelo.

Para comprender el motivo de estos cambios, resulta relevante tener en consideración que el ciclo capilar consta de tres etapas distintas: la etapa anágena o de crecimiento, que normalmente tiene una duración de tres años; la etapa catágena o de transición, que suele tener una duración aproximada de tres meses; y la etapa telógena o de reposo, que abarca aproximadamente tres semanas y es cuando el cabello se desprende de manera natural.

En el caso del verano, el calor, la salinidad y los cambios en las rutinas y hábitos alimenticios pueden ocasionar un estrés físico y ambiental adicional en el pelo, lo que puede acelerar la etapa telógena y, como consecuencia, provocar una mayor caída en otoño.

Según María Sánchez, Cigna Healthcare Manager de e-Salud, indica que: "Mostrar un cabello saludable refleja fielmente nuestro estado de bienestar. La pérdida de cabello (ya sea temporal o permanente) puede ser ocasionada por causas genéticas y hormonales, pero también puede estar relacionada con nuestra alimentación o incluso con nuestra salud psicológica. En efecto, el estrés, la ansiedad o las preocupaciones excesivas pueden acelerar la caída del cabello más de lo habitual. Por si fuera poco, en una sociedad donde la apariencia personal sigue teniendo una gran importancia, la pérdida de cabello a menudo lleva a inseguridades y falta de autoestima tanto en hombres como en mujeres."

La pérdida de cabello (ya sea temporal o permanente) puede ser ocasionada por causas genéticas y hormonales, pero también puede estar relacionada con nuestra alimentación o incluso con nuestra salud psicológica

En la mayoría de los casos, la caída del cabello estacional es reversible y no constituye un problema grave. No obstante, considerando que según datos del estudio Encuesta de Bienestar Cigna 360 hasta un 35% de la población española sufre trastornos físicos como resultado del estrés físicos. Si la situación persiste, es aconsejable consultar a un dermatólogo o tricólogo para descartar la presencia de una condición subyacente, como la alopecia areata o una dermatitis seborreica.

Los especialistas de Cigna Healthcare nos dan una serie de consejos para salvaguardar el pelo en el período estival con el fin de evitar una pérdida excesiva en el otoño.

  • Preservar el cabello al mismo nivel que la dermis. El pelo experimenta los efectos del sol de la misma manera que la piel. A pesar de que el pelo cumple una función protectora frente a la radiación solar, es necesario utilizar un fotoprotector para el cabello adecuado y aplicar una buena hidratación después de la exposición al sol para evitar el perjuicio causado por la radiación solar. De igual forma, vestir de manera apropiada con un sombrero, pañuelo o gorro durante las horas de máxima radiación también puede ayudar a preservar el cabello. En caso de padecer alguna condición dermatológica, es recomendable buscar la asesoría de un especialista que pueda recomendar productos específicos, ya que la exposición al sol puede desencadenar o agravar una alopecia difusa.
  • Aclaramiento del cabello con agua sin sal. El agua salina y los productos químicos de las piscinas hacen que el cabello sea frágil, seco y quebradizo. Es fundamental aclarar el cabello con agua sin sal después de nadar para eliminar los residuos de sal y cloro, sobre todo si se planea estar expuesto al sol después. Otra opción, aunque ligeramente menos cómoda, es proteger el cabello (especialmente el cuero cabelludo) con un gorro de natación.
  • La hidratación interna y externa es esencial. Además de los productos externos que otorgan una dosis extra de humedad, la alimentación y la ingesta de líquidos son fundamentales para la piel y el pelo. Se aconseja consumir entre 1,5 litros y 2 litros de agua al día y mantener una dieta equilibrada con alimentos abundantes en nutrientes esenciales para el pelo, la piel y las uñas, como elazufre. Este elemento es vital en la producción de queratina, una sustancia que se encuentra de forma natural en el cabello. Las endivias, las coles, las espinacas o los rábanos son vegetales ricos en azufre.
  • Regularizar las variaciones de temperatura. Los cambios frecuentes de temperatura causados por el empleo de aires acondicionados y otros dispositivos de refrigeración, así como el viento y la moisture, pueden afectar negativamente la integridad del cabello al punto de debilitarlo en exceso y favorecer su pérdida. Utilizar gorros, sombreros o pañuelos y asegurarse de secar el cabello, ya sea con una toalla o al aire libre, después de bañarse, contribuirá a prevenir su rotura y posterior pérdida.

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