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Descubre cómo ayudar a los niños a superar el duelo por la muerte de sus mascota

Niño con perro

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De acuerdo a la Fundación Affinity, a la hora de despedirse de sus perros o gatos, los niños suelen experimentar una variedad de sentimientos y formular distintas interrogantes, por lo tanto resulta crucial mantener una comunicación fluida durante todo el procedimiento.

"Es fundamental proporcionar un entorno seguro donde los niños puedan expresar sin restricciones sus emociones de tristeza, confusión y pérdida. Escuchar de forma activa sus pensamientos, inquietudes y validar sus sentimientos ayuda a que se sientan comprendidos y acompañados durante este proceso desafiante", indica Isabel Buil, directora de la Fundación Affinity.

En cuanto a cómo podemos ayudar a los más pequeños a manejar la pérdida de su mascota, Buil menciona que "los niños necesitan apoyo, comprensión y empatía. Al brindarles un espacio para expresarse, evitamos que su imaginación comience a generar una narrativa incorrecta de lo que está ocurriendo, como sentimientos de culpa, por ejemplo."

¿Cómo se lo comunicamos al niño?

“Dependiendo de la edad, el temperamento infantil y la vivencia previa con el can o felino, se deberá adaptar la forma de comunicar la noticia. En caso de que la mascota esté en su lecho de muerte, se aconseja que los progenitores puedan prever los efectos emocionales que esto podría ocasionar en el hijo y así prepararlo para un proceso de duelo adelantado”, detalla Jaume Fatjó, responsable de la Cátedra Fundación Affinity.

Hasta los 5 años, los niños la experimentan como algo temporal, sin entender totalmente su sentido. A partir de los 6 años aproximadamente, desaparece la temporalidad, adquieren la conciencia de la desaparición, sin mayores consecuencias, ya que el concepto de pérdida aún se mezcla con fantasías de su imaginación. Por eso es crucial argumentar con el niño o la niña y comunicarle lo sucedido.

Desde los 9 o 10 años, el término de pérdida se parece al de los mayores, sin embargo todavía falta la parte intelectual típica de la etapa, de entendimiento acerca de la defunción, además del esfuerzo emocional de cómo procesar la pérdida. Ya en la juventud, hay una actitud muy centrada en uno mismo y una pérdida puede ser experimentada como más lejana, evitando mostrar las emociones.

La reacción de los niños ante la pérdida guarda una estrecha relación con la manera en que los padres responden, explican y comprenden lo sucedido.

Cómo ayudar a los niños en la superación del duelo

La Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en colaboración con la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA), Vets & Clinics by Advance de Affinity y ELANCO, ha llevado a cabo el Proyecto Vetbonds con el propósito de ofrecer respaldo a las familias, especialmente a los niños, en la adecuada gestión del duelo tras la pérdida de su mascota.

Si los niños se encuentran con situaciones complicadas, suelen manejarlas de manera más efectiva si reciben datos reales y son respaldados emocionalmente por adultos que comprenden lo sucedido.

A continuación, se presentan algunos lineamientos para asistir a los niños más jóvenes a superar este procedimiento de forma saludable:

  • Explicar de forma honesta y sincera la muerte, respondiendo a las preguntas de los niños de manera simple. Si no se dispone de respuestas concretas, es mejor admitirlo y comunicarlo sin inconvenientes.
  • Evitar emplear palabras o expresiones que puedan confundir a los niños menores de 6 años, como "dormirá siempre" o "se irá al cielo".
  • Establecer un rito en el que los niños puedan participar de forma activa con el objetivo de ayudarles a procesar la pérdida, creando un espacio para expresarse.
  • Entender que es probable que los niños menores de 6 años inicialmente muestren rechazo frente a la pérdida, lo cual es una reacción normal. Se debe dar tiempo para que puedan procesar sus emociones.
  • Animar al niño o niña a expresar y organizar sus propias emociones, ofreciéndoles un espacio seguro para hablar sobre sus sentimientos, sus recuerdos y conversar acerca de la muerte en sí.
  • Informar a las personas de su entorno, como la familia y los docentes, para que puedan entender y respaldar los posibles cambios emocionales o conductuales del niño o niña.
  • Si resulta difícil mantener la calma, se debe buscar ayuda de un adulto cercano. Es importante no esconder el propio dolor, demostrando que el duelo es un proceso que puede generar tristeza, desesperanza y añoranza, pero esas emociones son temporales.

Para complementar la experiencia se sugiere la lectura del relato “El universo invertido, donde todo está en su lugar”, puesto que la narrativa presenta un escenario propicio para la contemplación de aspectos fundamentales en la muerte de un ser querido, los cuales son percibidos y experimentados de manera diversa. A través de la historia de Matías y su querido perro Martillo, el relato brinda la oportunidad de dialogar sobre todos aquellos pensamientos y sentimientos que surgen tras la pérdida de una mascota.