Agua e innovación, un recorrido histórico para mejorar el bienestar
En muchos lugares la sequía y su distribución inadecuada hace que haya millones de personas que no cuentan con la suficiente agua potable para garantizar su supervivencia. Este evento también pone en relieve las posibles soluciones para estos problemas, y es que a pesar de los esfuerzos, todavía se estima que una de cada cuatro personas en todo el mundo carece de acceso a fuentes de agua potable, limpia y segura.
A lo largo de la historia, la tecnología, en formas más o menos rudimentarias, ha sido un motor fundamental para la innovación y la mejora en el acceso y uso por parte de los seres humanos. Desde AUARA, la empresa de bebidas 100% social que destina la totalidad de sus dividendos a facilitar el acceso a agua potable en países en vías de desarrollo, nos comparten algunas de las tecnologías más significativas que han contribuido a llevar este preciado líquido a las ciudades, los cultivos, los hogares y las industrias a lo largo de la historia.
Saneamientos: Los primeros inodoros de los que hay registro datan de hace 4.000 años en la isla de Creta. Ya en tiempos del Imperio, los romanos construyeron urinarios públicos, pero al caer el Imperio dejaron de utilizarse y durante muchos siglos las defecaciones al aire libre provocaron infecciones y enfermedades como el tifus. Y el inventor del retrete tal como lo conocemos hoy fue Sir John Harrington en 1597, por encargo de la mismísima reina Isabel I. Según la ONU, todavía hay en el mundo unos 673 millones de personas que no disponen de sistemas de saneamiento.
Alcantarillas, acueductos y presas. Para retirar las aguas contaminadas y recoger las limpias hay diferentes sistemas. La civilización india fue la pionera en establecer la primera red de alcantarillado alrededor del 4000-3000 a.C. En Europa, la ciudad de Hamburgo (Alemania) se convirtió en la primera en contar con esta infraestructura en 1843. Los romanos, por su parte, desarrollaron los acueductos como medios para transportar agua desde su fuente original hasta las ciudades. En cuanto a las presas, se construyen para almacenar y regular el flujo de agua de los ríos, facilitando su uso y previniendo inundaciones. La presa más antigua, que se remonta al 3000 a.C., se encuentra en Jordania.
Pozos y bombas. Otra forma de conseguir agua son los pozos, un diseño que prácticamente ha llegado hasta nuestros días inalterado. Por ejemplo, esta es una de las formas con las que, todavía hoy, AUARA abastece de agua potable a muchas comunidades de países en desarrollo que no disponen de acceso a este recurso. En España, el pozo más antiguo está en las Tablas de Daimiel (Ciudad Real) y tiene más de 4.000 años.
Grifos y tuberías. En el Siglo I, en Roma, las clases altas ya contaban con cañerías para suministrar agua a sus hogares, con un mecanismo muy rudimentario basado en
un cilindro perforado instalado en la tubería para reducir el caudal. En 1800, el inglés Thomas Gryll creó el grifo de rosca, similar a los grifos actuales. Hoy se ha avanzado mucho en innovación en grifos y cisternas, introduciendo mecanismos que mezclan el agua con aire para reducir el caudal de salida sin que se reduzca la presión, detectores de manos y reguladores de temperatura.
Sistemas de potabilización y desalinización. El agua tomada directamente de sus fuentes de abastecimiento no siempre es apta para el consumo, y ya entre el 4000-2000 a.C. utilizaba diferentes sistemas para hacerla potable: hervirla, ponerla al sol, filtrarla a través de carbón o arena… En cuanto al agua salada, la primera patente para desalar y hacerla apta para el consumo se registró en 1675, y las técnicas han ido evolucionando a lo largo de la historia. La primera planta desalinizadora de España y de Europa se creó en las Islas Canarias en 1964. En la actualidad, la ciencia sigue investigando nuevas técnicas de desalinización que optimicen su producción.
Digitalización de la gestión del agua. La principal innovación relacionada con el agua en la actualidad consiste en la incorporación de nuevas tecnologías capaces de digitalizar su gestión para hacerla más eficiente y sostenible. Esa gestión va desde la captación de los recursos hídricos hasta su suministro y consumo, e implica una transformación del modelo económico. Existen sistemas de información geográfica, big data, inteligencia artificial y tecnologías móviles 5G que permiten monitorizar todos los procesos y optimizar su rendimiento, proporcionando información en tiempo real sobre el estado de la red hídrica y los consumos que facilitan a los gestores la toma de decisiones.
El lema de este año para la Semana del Agua es ‘Semillas de cambio: soluciones innovadoras para un mundo más respetuoso con el agua’
El lema de este año para la Semana del Agua es ‘Semillas de cambio: soluciones innovadoras para un mundo más respetuoso con el agua’, e invita a repensar el modelo de gestión del agua en un mundo que avanza hacia la escasez de recursos hídricos. Porque está claro que en la actualidad todavía hay muchos desafíos en torno al agua, la mayoría de ellos relacionados con su sostenibilidad futura: el cambio climático está reduciendo los recursos hídricos, y la clave está en seguir investigando e innovando para encontrar la manera de optimizar su uso.