La controversia de los sentidos, el código infarto y la inyección sin aguja
Por todos es bien conocido que el ser humano tiene 5 sentidos. Cuando alguien posee una capacidad sobrenatural se dice que tiene un sexto sentido. En realidad, los cinco sentidos clásicos son siete. Bueno no, diversos teóricos sostienen que existen muchos sentidos más. Vista, oído, olfato, gusto y tres sentidos del tacto: mecanocepción, termocepción y nocicepción. Pero, además, hay algunos otros que no se tienen en cuenta, como el sentido del equilibrio. Para mantener éste es necesario el correcto funcionamiento de otros tres sistemas: el vestibular del oído, es el responsable de la estabilidad y el equilibrio, la vista y el sistema propioceptivo, compuesto por múltiples sensores encargados de transmitir señales o impulsos eléctricos al cerebro para indicarle dónde está el cuerpo respecto a nuestro entorno. Todo un complejo de sistemas sensoriales para captar una amplia gama de señales provenientes del medio ambiente.
En este sentido, y nunca mejor dicho, especialistas en Movimiento realizan talleres del Sistema Sensorial Interoceptivo, donde abordan en profundidad el estado funcional de los órganos internos, es decir, de los límites de la piel para adentro. Es el caso de Mario Di Santo, experto en neurociencias y en el entrenamiento de las capacidades cognitivas motoras y todo un referente en la actividad física. Sus conocimientos los aplica a deportistas de alto rendimiento, a amateurs y a aquellos que no están abocados a la parte deportiva.
Otro sistema, el Sistema Nacional de Salud, ha puesto en marcha hace varios años el código infarto, proceso asistencial que consiste en dar prioridad y la mejor asistencia a las personas que están sufriendo un infarto. Así lo hace el protocolo “código infarto” del Hospital Quirónsalud Valle del Henares y del Hospital Universitario La Luz de Madrid.
El proceso se inicia cuando el paciente consulta por un dolor en el pecho o torácico que sugiera que está sufriendo un infarto. Se activa un mecanismo de traslado inmediato hacia un hospital donde se le pueda proporcionar la mejor asistencia en forma de cateterismo conocido como angioplastia primaria. En el Hospital Quirónsalud Valle del Henares se realiza un electrocardiograma en menos de diez minutos. Una vez que se documenta que el paciente tiene una arteria ocluida, se activa el sistema llamando a las alertas de hemodinámica en el Hospital Universitario La Luz y se transporta al paciente en una UVI móvil para realizar el procedimiento. Un protocolo de la Unidad Integral de Cardiología de ambos hospitales que está salvando vidas. Hay que agradecérselo a su responsable, doctor Roberto Martín Reyes y a todo su equipo.
Y para finalizar este Fonendo, les voy a hablar de una técnica que emplea burbujas que al explotar administran las vacunas logrando una mejor respuesta inmunitaria. Evitando el pinchazo de la vacuna. Se estima que una cuarta parte de los adultos y dos tercios de los niños tienen grandes temores en torno a las agujas. Lo dicen los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos y también lo digo yo…
Investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) están desarrollando un nuevo método de vacunación por ultrasonidos que podría sustituir a las inyecciones con agujas. Este nuevo avance ha sido presentado en la conferencia dedicada a la ciencia y a la ingeniería del sonido Acoustics 2023 Sydney. Se basa en la colocación de un líquido sobre la piel que contiene las moléculas de la vacuna. Al exponer este líquido al ultrasonido, éste impulsa a través de la piel las moléculas de la vacuna y, mientras las burbujas van estallando, se va liberando la vacuna. Un efecto acústico llamado” cavitación” que no es ciencia ficción. ¡Buen invento!