“Slow Tan”, una forma saludable de ponernos morenos
Protegernos del sol y estar morenos sin ponernos rojos, es posible con el protector solar adecuado. Es crucial utilizarlo para prevenir los tipos de cáncer de piel más comunes.
El sol es una fuente de energía vital para nosotros y nuestro planeta, pero también puede ser peligroso para nuestra piel si no tomamos las precauciones adecuadas. La radiación ultravioleta (UV) emitida por el sol puede causar daños en la piel que van desde quemaduras solares hasta un aumento en el riesgo de desarrollar cáncer de piel.
Es fundamental protegernos cuando estamos al sol y teniendo en cuenta que vivimos en un país en el que tenemos de media unos 300 días de sol, la protección contra éste debería ser más una rutina que una medida puntual cuando vamos a la playa, a la piscina, a correr o a la montaña.
Si no tenemos ese hábito diario, al menos, debemos protegerlo durante los meses estivales, pero no solo cuando nos ponemos el traje de baño sino siempre, y esto significa ser generoso al aplicarnos el producto y repetir la operación cada cierto tiempo, al menos sobre las zonas más expuestas como cara, cuello, escote, hombros, brazos y manos.
La exposición al sol de forma directa, sin protección, puede jugarnos malas pasadas y no solo estéticamente, con la manifestación de quemaduras, manchas o arrugas, sino de forma interna acelerando el proceso oxidativo y de envejecimiento de las células e incluso favoreciendo la aparición de cáncer de piel. Cada vez que te quemas, aumentas las probabilidades de padecer algún tipo de cáncer de piel.
Además de la toalla, la sombrilla y el libro, debemos llevarnos a la playa, la montaña o la piscina, nuestras cremas de protección, pero no para ponernos una sola vez sino una y otra vez, incluso aunque no nos bañemos porque, aunque necesitemos más tiempo, nos vamos a poner igual de moremos, pero de forma más segura y duradera. Ahora que se habla del ‘slow food’, ¿por qué tenemos tanta prisa en ponernos morenos a pesar de tener que pasar para ello por ese color rojizo tan desagradable y dañino para nuestra piel? Necesitamos un nuevo movimiento: el ‘slow tan’ (broncear despacio).
No es lo mismo un melanoma que un carcinoma basocelular
Existen diferentes trastornos de la piel, en función de su gravedad, permanencia en el tiempo y dolor. En cualquier caso, es necesario consultar al dermatólogo si nos surgen dudas. De hecho, sería oportuno acudir al especialista, cada cierto tiempo, para una revisión preventiva, incluso aunque no nos hayamos encontrado nada extraño. Cada vez estamos más concienciados de acudir al dentista para conseguir una buena salud dental, incluso cuando no nos duele nada y, sin embargo, solo vamos al dermatólogo si notamos algún lunar o mancha que no nos gusta. Y, muchas veces, gracias a la insistencia de los demás.
En esta ocasión, nos centramos en el cáncer de piel, uno de los más comunes y cuya incidencia sigue aumentando. Te explicamos lo más importante. Los dos tipos principales de cáncer de piel son el carcinoma y el melanoma. Aunque ambos son malignos, la diferencia entre unos y otros radica en su origen y en su potencial de propagación. Es crucial detectar y tratar tanto uno como otro, pero, sobre todo, prevenirlos.
El melanoma es un tipo de cáncer de piel que se origina cuando los melanocitos, que son las células que dan a nuestra piel su color bronceado, comienzan a crecer sin control. El melanoma es mucho menos frecuente que otros tipos de cánceres de piel, pero más peligroso porque es probable su propagación a otras partes del cuerpo si no se descubre y se trata a tiempo. Suele ser más común en personas de piel clara y habitualmente tiene forma asimétrica, varios colores y bordes irregulares. En algunos pacientes, se trata de un lunar que cambia de color o aumenta de tamaño con el tiempo.
Los cánceres de piel de tipo no melanoma, son mucho más frecuentes, pero menos peligrosos por la baja probabilidad de metástasis. Suelen encontrarse en las zonas que han sido más expuestas a la luz solar, como la cara, el cuero cabelludo, el cuello y los brazos.
El 80% de los casos de cánceres de piel de tipo no melanoma son basocelulares, también llamados carcinomas basocelulares o de células basales. Suelen detectarse como una herida que no parece curarse, o sana y luego reaparece en el mismo sitio, y en ocasiones tiene zonas perladas. Como se desarrollan en las capas externas de la piel, no es probable que produzca metástasis. Sin embargo, en caso de no tratarse o extirparse puede extenderse a áreas cercanas, llegando a otros tejidos debajo de la piel o incluso al hueso.
El otro 20% son carcinomas de células escamosas y se originan en las células planas en la parte más externa de la epidermis, sobre todo de las más expuestas al sol, como la nariz y las orejas. Es necesario tratarlos o extirparlos para que no se extiendan hacia las capas más profundas de la piel u otras partes del cuerpo.
Sin embargo, no todo es cáncer de piel. Existen afecciones precancerosas como la queratosis actínica, conocida por queratosis solar, causada por la exposición excesiva al sol. Generalmente, son manchas ásperas y escamosas, de menos de medio centímetro, que se forman en la cara, las orejas, el dorso de las manos y los brazos, aunque también pueden aparecer en otras áreas expuestas al sol.
Fake: los que utilizan protector tienen baja la vitamina D
Indudablemente, la vitamina D nos ayuda a conseguir una buena salud ósea, muscular y mental y, por tanto, es necesario que el nivel de esta hormona en nuestro organismo sea la correcta.
Según investigaciones de la Skin Cancer Foundation, el uso diario de fotoprotector no provoca insuficiencia de vitamina D. La razón es que ninguno nos protege al cien por cien. Con un SPF 30 se evita el 97% de los rayos UVB y con el SPF 50 hasta el 98%. Eso significa que nuestra piel estará expuesta, respectivamente al 3% y al 2%, incluso siguiendo correctamente el protocolo de aplicación respecto a la cantidad y frecuencia.
La Academia Española de Dermatología y Venereología asegura que para sintetizar la vitamina D basta con exponerse al sol 10 minutos diarios y las zonas más apropiadas serían los brazos o las piernas, evitando el rostro, por ser más propenso al envejecimiento y al cáncer de piel.
El problema es que no solemos estar solo 10 minutos al sol. Superamos con creces ese límite de tiempo marcado por la academia. Párate a pensar en los minutos que estás expuesto al sol al día, con el rostro, los brazos o en determinados momentos casi todo el cuerpo, como cuando practicas deportes o vas a la playa y la piscina. Por supuesto, el cálculo varía en función de la época del año, de la hora del día o de si recibimos el reflejo de la nieve en invierno o del agua si estamos mucho tiempo dentro del mar o la piscina. Aunque muchos protectores son resistentes al agua, no significa que lo sean completamente, por lo que es necesario seguir una rutina de repetición.
Si tenemos en cuenta los pros y contras de la utilización o no del protector, y sabiendo que nuestro nivel de vitamina D está asegurado a pesar de él, no ponernos crema protectora por miedo a no sintetizar esta vitamina, será solo una excusa.
Protectores solares
La protección solar es la primera línea de defensa contra los daños causados por la radiación UV. Existen diferentes marcas y formatos de protectores solares en el mercado, como crema, loción, gel, barra (stick) y aerosol, que pueden ayudar a proteger la piel de los efectos nocivos del sol. Podemos elegir nuestro producto, teniendo en cuenta qué textura, olor o formato de dispensador nos gusta más o cuál es nuestro presupuesto, pero sin olvidar que lo importante es decidirnos por uno u otro en función del factor de protección (SPF) que más se adapte a lo que nuestra piel necesite, la intensidad de la exposición solar y la actividad que vayamos a realizar.
En esta ocasión, nos centramos en productos para el rostro con SPF50 y te proponemos algunos de ellos. Los precios son los que figuran en la web oficial de cada una de las marcas, incluyendo posibles descuentos de fidelización.
Los productos de la marca francesa SVR tienen una textura ultra-sensorial, que te aconsejamos probar si eres de los que odia que la crema no termine de extenderse y se quede blanca la piel, sobre todo cuando te metes en el agua. Destacamos “SUN SECURE Blur Teinte SPF50+” porque además de asegurar una alta protección nos ofrece un tintado muy favorecedor, que sirve como base de maquillaje, así como los dos formatos de bolsillo, ambos de SPF50+, uno en formato spray y otro en stick, muy cómodos para llevar incluso en el bolsillo.
De la francesa Clarins, ponemos el énfasis en la “Crema Solar Antiedad Muy Alta Protección SPF50+” porque además de proteger hidrata y no irrita los ojos, así como el formato en barra “Stick Solaire Invisible SPF50”, por su fórmula enriquecida con antioxidantes y su textura tan ligera que puedes ponerte incluso en el contorno de los ojos.
AOKLabs nos desvela secretos de la cosmética africana apostando por productos ecológicos, exclusivamente naturales. Su protector solar “Mawimbi” SPF50 no contiene alcohol ni filtros químicos. Incorpora ingredientes naturales traídos directamente desde África: manteca de karité y aceites de argán y marula.
De HD Cosmetic Efficiency destacamos el protector “HD Suncare Aqua Emulsión SPF50+”, por su rápida absorción. La combinación de sus activos hidratantes y antioxidantes junto con el activo epigenético, Epigencur, refuerza la barrera de la piel, minimizando el impacto de los factores externos que aceleran el envejecimiento cutáneo.
Collistar es una marca italiana que ofrece filtros pro-vitamina D, que favorecen su asimilación mientras nos protegemos. Destacamos la “Crema facial protección activa pieles hipersensibles SPF50+” porque previene la aparición de arrugas y manchas solares y el stick de 9 ml para zonas más expuestas como nariz y pómulos.
También es importante hidratar y proteger los labios cuando permanecemos al sol y puedes hacerlo con bálsamos que tengan protección, como los de Camaleon Cosmetics, que te ofrece tres tonalidades diferentes de labiales, todos ellos con SPF50.
Pero, además de la utilización de cremas, no debemos descartar la nutricosmética, perfecta para protegernos del sol con un solo gesto. Destacamos por su eficacia, las “gominolas Solar Care” de Jelly Pills, con las que el cuerpo recibe betacaroteno, zeaxantina, licopeno, vitaminas A, C y E, entre otros ingredientes encargados de proporcionar una buena dosis de antioxidantes, favorecer la producción de colágeno y elastina y combatir los radicales libres.
Llega el verano, y debemos protegernos mucho más del sol para evitar graves consecuencias para nuestra piel. Elige el protector que más se adapte a tu piel y a tus planes, y recuerda: ‘Slow Tan’.