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Gota: Mitos y realidades sobre esta enfermedad artrítica

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La gota es una forma compleja de artritis que puede afectar a cualquier persona, pero se presenta con mayor frecuencia en hombres adultos. Se caracteriza por ataques repentinos y severos de dolor, enrojecimiento e hinchazón en las articulaciones, a menudo en el dedo gordo del pie, pero puede reflejarse en cualquier articulación.

Según datos de la Sociedad Española de Reumatología, aproximadamente un 2,4% de la población adulta de España sufre de gota, lo que supone cerca de un millón y medio de afectados, de los que un 66% son mayores de 60 años.

Entender los mitos y realidades de esta enfermedad, es crucial para su diagnóstico y manejo adecuado. Con el tratamiento correcto y cambios en el estilo de vida, las personas con gota pueden vivir una vida plena y saludable.

Un joven y experto reumatólogo del Hospital Ruber Internacional, el doctor Juan Carlos Nieto, desglosa algunos de los mitos y realidades sobre esta condición para una mejor comprensión. 

Mitos: 

1. La gota es solo una enfermedad articular: La hipeuricemia (aumento de ácido úrico en sangre), además de producir artritis, favorece la inflamación sistémica aumentando la hipertensión arterial y el riesgo cardiovascular, además de favorecer la enfermedad renal crónica. Esta inflamación sistémica se produce tanto en los brotes de artritis como en los periodos sin artritis, por eso debe controlarse la uricemia de forma constante.

2. La gota se produce en personas con dietas inadecuadas: La gota se produce en la mayoría de los pacientes por un defecto en la eliminación del ácido úrico, y no en la producción (que vendría influido por la dieta).

3. El tomate hay que quitarlo de la dieta en la gota: Se pueden consumir tomates, y otras verduras, en pacientes con gota sin que se desarrollen brotes de artritis o aumente la uricemia significativamente. La evidencia en torno al tomate no es concluyente al respecto.

4. La dieta correcta es suficiente en la mayoría de los casos: Se asocia la gota a una mala dieta y malos estilos de vida, llegando a `culpar´ a los pacientes de padecer la enfermedad por esos estilos de vida, dieta y tóxicos como el tabaco. Sin embargo, aunque la dieta pobre en uratos es importante en el tratamiento de la gota, produce una reducción ligera de la uricemia y necesita acompañarse de tratamiento farmacológico.

La causa fundamental de la gota es renal por la disminución de la excreción, eliminación, del ácido úrico.

5. Solo tienen gota los hombres: La mayoría de los pacientes con gota son hombres y la frecuencia aumenta con la edad, pero la hiperuricemia y la gota se produce también en mujeres posmenopáusicas, sin la protección que los estrógenos proporcionan evitando la hiperuricemia, además de favorecerse en la insuficiencia renal crónica.

6. El objetivo fundamental del tratamiento es no tener brotes de artritis: Además de no tener brotes de artritis, el objetivo es conseguir uricemias por debajo de 6 mg/dl, que permiten eliminar progresivamente los depósitos de ácido úrico de las articulaciones y partes blandas. Esto reduce el riesgo de brotes en el futuro y también la inflamación sistémica asociada, mejorando el perfil de riesgo cardiovascular, la hipertensión arterial y la calidad de vida en general.

Realidades: 

1. La gota aumenta el riesgo cardiovascular: Existen estudios que han demostrado mediante ecografía un aumento de las placas de ateroma en pacientes con gota, consecuencia de la inflamación sistémica. Además, está bien documentado el aumento de los eventos cardiovasculares en pacientes con artritis gotosa.

2. La gota se asocia estrechamente a enfermedad renal: La causa más frecuente de gota es la eliminación insuficiente de ácido úrico. La insuficiencia renal favorece que el ácido úrico no se elimine y termine acumulándose en articulaciones y partes blandas. Además, la gota favorece que aparezca o empeore una enfermedad renal crónica, y favorece la aparición de cálculos renales.

3. La dieta ayuda a controlar el ácido úrico, pero no es suficiente: La mayoría de los pacientes reducen la uricemia con una dieta estricta pero más del 90% mantiene uricemias por encima del objetivo del tratamiento.

4. Las mujeres, especialmente post-menopáusicas, pueden desarrollar gota: Tras la menopausia las mujeres pierden la protección de los estrógenos, que controlan los niveles de uricemia. En mujeres con otras patologías acompañantes, como la insuficiencia renal crónica o el consumo de ciertos fármacos, se puede producir el aumento de uricemia, el depósito de cristales de urato monosódico y la aparición de artritis por gota.

5. La uricemia no es fiable durante los brotes de gota. Durante un episodio de gota se produce una reducción de los niveles séricos de ácido úrico, lo que dificulta en algunos pacientes su diagnóstico. Una uricemia normal durante el brote de artritis no excluye el diagnóstico, y necesitamos un control en situación basal, asintomáticos, para valorar los niveles habituales de ácido úrico.

Mi más sincero agradecimiento, doctor Nieto, por su clara y detallada explicación que nos ofrece una comprensión más profunda y precisa de esta condición. Su dedicación y habilidad para comunicar información compleja de manera accesible son dignos de elogio.

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