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Cómo estar a dieta influye en nuestro cerebro

¿Sabías que estar a dieta puede afectar a tu cerebro? No solo se trata de perder peso, sino también de cómo tu mente se adapta a los cambios en tu alimentación.

Estar a dieta influye en nuestro cerebro

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Las personas que están a dietas podrían aprender a interpretar algunos pensamientos negativos como una señal en lugar de hambre, según un artículo publicado por la BBC que resume varias investigaciones científicas.

Todos somos propensos a tener pensamientos negativos sobre el mundo, pero podemos regularlos, hasta que el hambre acaba con nuestra capacidad para hacerlo...

El Impulso evolutivo y la relación entre hambre y acción

Lo primero que debe saber es que el cerebro necesita energía, cuando se reduce la ingesta calórica, el cerebro recibe menos glucosa. Esto puede provocar que aparezca cansancio, irritabilidad y dificultad para concentrarse. Además el cerebro interpreta la restricción calórica como una señal de escasez y activa mecanismos de supervivencia que aumentan el apetito y la ansiedad por la comida para compensar.

Según un artículo publicado por la BBC, se exponen los resultados de varias investigaciones que relacionan el pasar hambre con una mayor predisposición a tener pensamientos negativos y a ser impulsivos.

Desde una perspectiva evolutiva, tiene sentido que el hambre se asocia con un impulso hacia la acción en lugar de la pasividad.


Cuando los recursos escaseaban en la antigüedad, el cerebro humano necesitaba que actuáramos en busca de alimento en lugar de quedarnos en reposo.

Según Lindquist, la sensación de hambre puede estar conectada con la necesidad de obtener ganancias inmediatas en lugar de enfocarnos exclusivamente en ganancias a largo plazo. Este vínculo entre el hambre y la acción explica por qué es común que las personas sean más propensas a actuar impulsivamente cuando están hambrientas y menos dispuestas a retrasar la gratificación.

Emociones y hambre: un vínculo curioso

Un estudio realizado por la psicóloga Nienke Jonker y sus colegas de la Universidad de Groningen (Países Bajos)), aborda la relación entre las emociones y el hambre en mujeres, revelando resultados interesantes.

El estudio observó a mujeres que presentaban síntomas de trastornos alimentarios y las comparó con aquellas que no presentaban estos síntomas. De manera sorprendente, las mujeres con síntomas de trastornos alimentarios experimentaron sentimientos más positivos cuando estaban hambrientas en comparación con las mujeres sin estos síntomas.

Esto es sorprendente, ya que debería ser al contrario, si se tiene hambre asociarlo con algo negativo, sin embargo si se sufre bulimia o anorexia, tener hambre se relaciona con perder peso y por eso estas personas lo ven como una sensación positiva en lugar de negativa.

Si bien los trastornos alimentarios son complejas condiciones de salud mental, estos hallazgos sugieren que ciertas mujeres han reconfigurado su percepción del hambre, pasando de considerarlo una experiencia negativa a una más positiva. Aunque esta reconfiguración mental puede resultar contraproducente y riesgosa en el contexto de los trastornos alimentarios,

Impacto en la cognición y la toma de decisiones

La restricción alimentaria puede afectar directamente la cognición y la toma de decisiones. Un estudio de la Universidad de Dundee en el Reino Unido demostró que las personas con hambre tienden a favorecer el presente sobre el futuro al tomar decisiones. Es decir que es mejor no tomar decisiones importantes con el estómago vacío.

El estudio ofreció a los participantes recompensas inmediatas o futuras y encontró que aquellos con hambre estaban más dispuestos a aceptar recompensas más pequeñas en el presente en lugar de esperar por recompensas más grandes en el futuro.

Además, la restricción alimentaria impacta en la flexibilidad cognitiva, que es crucial para cambiar entre diferentes tareas y estrategias de resolución de problemas. La falta de flexibilidad cognitiva puede llevar a decisiones más simples ya menudo menos óptimas, impulsadas por la necesidad inmediata de satisfacer el hambre.

La atención centrada en la comida y sus consecuencias

El hambre tiende a aumentar nuestra atención hacia las señales relacionadas con la comida. Esta respuesta evolutiva tenía sentido en épocas en las que la disponibilidad de alimentos era incierta, pero en la sociedad moderna, donde la comida está generalmente al alcance, esta respuesta puede volverse contraproducente.

La atención obsesiva hacia la comida puede llevar a decisiones poco saludables y contribuir al deseo impulsivo de comer. Investigaciones han demostrado que el hambre puede distraer nuestra mente y reducir la flexibilidad cognitiva, afectando la toma de decisiones y la capacidad para abordar tareas complejas.

La conciencia de este impacto puede ser útil para evitar decisiones impulsivas y mantener un enfoque más claro y equilibrado.

Recomendaciones y reflexiones finales

Para mitigar los efectos negativos del hambre en las emociones y el pensamiento, es importante comprender cómo la falta de alimento puede influir en nuestras decisiones y percepciones.

Evitar tomar decisiones importantes cuando estamos hambrientos puede ayudar a prevenir elecciones impulsivas.

Planificar previamente las comidas y mantener un enfoque flexible en la dieta puede contrarrestar los impulsos poco saludables. Además, al reconocer que el hambre puede distorsionar las emociones y la cognición, es posible tomar decisiones más informadas y conscientes.

En última instancia, el hambre es un recordatorio de nuestra necesidad básica de supervivencia, pero también es crucial reconocer su influencia en nuestro comportamiento y abordarlo con precaución para mantener un equilibrio emocional y cognitivo.

En conclusión, estar a dieta puede tener un impacto significativo en el cerebro, tanto positivo como negativo. Por eso, es importante elegir una dieta equilibrada, personalizada y adaptada a tus necesidades, que te permita perder peso sin poner en riesgo tu salud mental y física. Recuerda que lo más importante es sentirte bien contigo mismo y con tu cuerpo.

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