Mazón acorrala a Puig con una guerra de datos mientras la izquierda hace piña
El candidato del PPCV echa mano de cifras como los problemas de la Sanidad o los ‘ximoanuncios’ incumplidos mientras el Botànic ataca al PP y Puig vende su gestión en pandemia
El segundo y último debate entre los candidatos a presidir la Generalitat Valenciana celebrado en À Punt, a sólo tres días de la cita con las urnas el próximo 28 de mayo, no ha sido de alto voltaje como se esperaba y como se está viendo en las declaraciones públicas de los dirigentes políticos, sino que ha sido más bien una guerra de cifras con los mantras de cada partido de cara a su electorado.
El debate, que no ha tenido casi interrupciones entre los candidatos y que incluso en momentos ha sido aburrido, ha presentado a una izquierda, PSPV-PSOE, Compromís y Podemos-EU, sin chafarse la manguera y respetándose, con el PP y Vox como principales enemigos, y a un Carlos Mazón que ha acorralado a Ximo Puig con una ristra de cifras en diferentes materias.
El candidato del PPCV, Carlos Mazón, al estilo opositor ha hecho una gran enumeración de los problemas de la Sanidad valenciana, del agua con el recorte del Tajo-Segura, con lo que aumentado la administración y los cargos públicos, con el empobrecimiento de las familias, y sobre todo dejando en evidencia los llamados ‘ximoanuncios’, con 90 promesas que Ximo Puig no ha cumplido a lo largo de estos años. Mazón en su intervención final ha apelado al voto útil al PP para el cambio.
El presidente de la Generalitat y candidato del PSPV-PSOE, Ximo Puig, ha contestado muy tímidamente a los datos de Mazón sobre sanidad o el Tajo-Segura -y no ha dicho su postura sobre el Puerto de Valencia- y se ha centrado en vender sobre todo su gestión durante la pandemia y que los indicadores de la Comunitat Valenciana están mucho mejores. Puig, que ha sacado la palabra “corrupción” a los 30 segundos del debate, ha seguido su línea argumental de “pasado o futuro” como si no llevara años gobernando.
El candidato de Compromís, Joan Baldoví, se ha vendido como el candidato que no depende de Madrid, reclamando asuntos como la reforma de la financiación autonómica o pidiendo la gestión de las Cercanías, pese a que en sus años de diputado en el Congreso no lo ha conseguido -como le ha recordado algún candidato, pactaba con Pedro Sánchez-. Joan Baldoví se ha centrado en datos de consellerias de Compromís como Educación y en atacar al PP sacando, para variar, la corrupción.
El candidato de Podemos-EU, Héctor Illueca, ha vuelto a marcar a las “derechas unificadas”, como dice él, el enemigo y ha defendido el todo público, desde una empresa pública de energía a los supermercados públicos.
Mamen Peris, la candidata de Ciudadanos, la que tiene peores expectativas según las encuestas, ha jugado a atacar tanto a PP como el PSOE, especialmente a Carlos Mazón, y ha seguido la estrategia de Albert Rivera con el ladrillo de sacar objetos pata tener un momento de atención, desde una camiseta al estilo Mónica Oltra, a unas llaves o un datáfono. Manen Peris, ha sido ignorada por Ximo Puig con varios “pasapalabra” y ha recibido un “pareces Rufián” de Baldoví o “no he traído llaves, espero que sea suficiente con la palabra y no el espectáculo” de Carlos Flores.
El candidato de Vox, Carlos Flores, ha hecho un debate con asuntos como la defensa de los agricultores, de las familias -propone una Conselleria de Familias- o contra la Agenda 2030 o con el tema de la inmigración ilegal, aspectos típicos del discurso de Vox.
De Bárbara Rey a Juan Roig
Entre las alusiones y momentos tensos, Mamen Peris ha hecho un discurso duro sobre la violencia de género en clara alusión a Carlos Flores, al que Puig y Baldoví le han aludido por “tener alguna condena”. Mazón y Puig han tenido un rifirrafe sobre si el segundo había mandado al primero al infierno tras la referencia al tren del infierno, el tren de Bejís.
Además de los candidatos, han salido más nombres propios. Carlos Mazón ha calificado a Baldoví como “el suplente de Mónica Oltra” y éste se refería a Mazón como el heredero de Eduardo Zaplana. La candidata del PP a la alcaldía de Valencia, María José Catalá, ha salido hasta tres veces para ser atacada por Puig y Baldoví -las encuestas internas al Ayuntamiento a saber qué dirán- pese a no estar presente.
Héctor Illueca ha sacado un clásico de Podemos: el tono despreciativo a grandes empresarios valencianos como Juan Roig, De Rosa o Vicente Boluda. Y por si había pocas alusiones, hasta ha salido Bárbara Rey, cuando Baldoví ha recordado que trabajó en Canal, y una clásica, Isabel Díaz Ayuso, a la que Baldoví ha mencionado y Puig ha insinuado sin citarla directamente.
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