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Reversión en La Ribera: Ximo Puig, juez y parte

El presidente intenta con una jugada de última hora que el proceso de reversión del departamento de salud de La Ribera concluya sin que le salpique.

Carmen Montón y Ximo Puig

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No ha sido ni una ni dos veces las que se ha publicado en la prensa valenciana que el presidente Puig no veía claro el proceso de reversión del Hospital de Alzira y el departamento de La Ribera. Pero no es menos cierto que el jefe del Consell ha dejado hacer a su consellera Carmen Montón durante todo su polémico mandato. Sin perjuicio de que desde el entorno del presidente se haya seguido filtrando que las relaciones con el miembro de su ejecutivo que dispone de más presupuesto no eran buenas.

First dates

Ximo Puig reunió a Carmen Montón con Alberto de Rosa el pasado miércoles. Para pedirles una transición “pacífica”. Tres días antes de que concluya un proceso que ha durado más de un año. La explicación más extendida para esta sorprendente “primera cita” tardía es la de que, una vez más, Puig intenta hacerse pasar por el moderado que insta al consenso entre extremistas. Como ya pasó con el IVO. Y para conseguirlo decidió que el proceso de reversión “concluyera así”, con él ejerciendo de reina- madre, en un encuentro convocado por su gabinete y filtrado por Presidencia.

Pero Puig es el líder del equipo en el que juega uno de los contendientes, y no ha hecho nada en todo este tiempo para rebajar la tensión. Antes al contrario, señalan fuentes conocedoras del proceso, ha permitido que llegara a donde ha llegado por su inacción. Que es tal que el embajador de España en EE.UU. tuvo que mediar para conseguir que, después de ocho meses de intentos infructuosos con Montón, el presidente recibiera en septiembre a la vicepresidenta de Centene Corporation, copropietaria de Ribera Salud. Otra reunión “privada” filtrada por Presidencia, y que aparentemente no sirvió más que para que no se pueda decir que Puig es como Montón.

En este punto cabe recordar que este mismo miércoles el gerente del Hospital Alzira, Javier Palau, acusó a la Generalitat de “romper la reglas básicas de colaboración entre empresas y Administración, da igual si las cosas se hacen bien o mal”. No es baladí esta observación cuando los ojos del mundo empresarial están puestos en ti.

Las cosas han llegado a tal nivel que pocas horas antes de la reunión con Montón y De Rosa, la consellera concedió tres entrevistas a otros tantos diarios, el Sindicato Independiente present contencioso sobre la subrogación del personal de La Ribera, y Alberto de Rosa fue entrevistado en Levante TV (al día siguiente fue Montón al plató).

Contenido del encuentro

Puig ha dejado hacer tanto a Montón que ha llamado la atención que el presidente ahora se haga el

sorprendido con detalles como que la consellera no ha recibido a la concesionaria desde el 2 de agosto de 2016, un dato archiconocido y publicado. Fuentes conocedoras del contenido del encuentro del Miércoles Santo, aseguran además que Puig no ofreció nada. Sólo pidió. A pesar de que queda pendiente la toma de decisiones sobre el futuro de las tres concesiones aún en vigor en la Comunidad Valenciana, que Montón también quiere rescatar.

Tampoco está resuelto el asunto de las liquidaciones de La Ribera correspondientes a los años 2013, 2014 y 2015, que la Conselleria cifra en 105 millones a pagar ya mismo por parte de Ribera Salud y la concesionaria reduce a 49 a abonar con un poco más de margen.

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