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Carlos Fabra llama “traidor” a Alberto Fabra y cuestiona su moral y su ética

Directiva del PP de Castellón en tiempos de Carlos Fabra

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Carlos Fabra y Alberto Fabra no son familia. Por si quedaba alguna duda, ahí están las opiniones del primero sobre el segundo, que no son nada favorables, y a las que ESdiarioCV ha tenido acceso.

“Fabra, ¿y ahora qué?”, es el libro-entrevista del periodista Jesús Montesinos para la editorial Saralejandría en el que el ex-presidente de la Diputación de Castellón pasa revista a su trayectoria política y vital. Y aunque ese trabajo editorial aún no está a disposición del público, ESdiarioCV ha tenido acceso a los fragmentos en los que Carlos Fabra se refiere a su patrocinado Alberto Fabra, primero concejal y alcalde de la capital de La Plana, y luego presidente de la Generalitat.

En una primera referencia, el entrevistado se refiere a la manera en la que sus teóricos delfines comienzan a borrar su rastro tras su ingreso en prisión: “En abril de 2015 empecé a recibir noticias en la cárcel de cómo se estaba atacando a mis incondicionales desde dentro del partido. Era una masacre intencionada para borrar de la listas municipales y autonómicas a los que llamaban fabristas. Mis llamados “herederos”, con Javier Moliner y Alberto Fabra al frente, habían decidido borrar cualquier vestigio de Carlos Fabra”.

En otro pasaje del libro, Jesús Montesinos le plantea a Fabra su impresión de que “usted tampoco está muy satisfecho de la gestión que hizo Alberto Fabra como presidente de la Generalitat”. La respuesta es contundente: “es que estos personajes tienen un talante moral y ético que pasa solo por ellos mismos. El propio Alberto Fabra acudió a una tertulia con periodistas y cuando acaba y a micrófono cerrado le dice a uno de ellos, cofundador de Ciudadanos, que quiere llegar a un acuerdo con Ciudadanos para las Cortes Valencianas. Al preguntarle su interlocutor si lo haría extensivo al ayuntamiento de Valencia, le contesta que él solo hablaba de las Cortes, que el Ayuntamiento era cosa de Rita y a él no le importaba. Menudo presidente regional del PP”.

“Cuando mi hija Andrea, autorizada por la persona en cuestión, se lo cuenta a Rita, la entonces alcaldesa entiende por qué le han suspendido una reunión que tenía convocada con los de Ciudadanos para hablar de pactos. El propio jefe de partido en Valencia la estaba traicionando”.

“Como le he dicho, Alberto Fabra fue una apuesta mía personal. Aposté en su momento como presidente de NN.GG. Luego como concejal del Ayuntamiento de Castellón para llevar Urbanismo sustituyendo a Víctor Falomir, un gran estratega del partido. Y aposté por él como alcalde. Aposté para que fuera como diputado en las elecciones autonómicas por si se producía la dimisión de Francisco Camps, como así ocurrió”.

Y ésa es otra de las cuestiones capitales para entender la opinión actual de Carlos Fabra sobre Alberto Fabra. El ex-líder del PP de Castellón dice en el libro que “personalmente creo que Francisco Camps es la persona más honesta en política que he conocido, pero ya estaba harto de su persecución para desestabilizar el PP. Buena persona y con principios cristianos inquebrantables. Una pieza más, juntamente con Rita, de las fichas de dominó a las que he hecho referencia anteriormente. Y por cierto, insisto en que algo tuve que ver con el nombramiento de Alberto Fabra, su sucesor. Por eso me decepcionó tanto”.

Carlos Fabra cuenta que “estando de comida en la sede del PP, en la calle Génova de Madrid, con Mariano Rajoy, llamó Francisco Camps para decirle a Mariano Rajoy que había decidido presentar la dimisión, acobardado por el tema de los famosos trajes de lo que luego fue absuelto porque no había nada, aunque una vez más la carroña de determinada prensa le machacó de forma “inmisericorde” sin que el partido le apoyara con claridad. Estaba harto, agobiado y decepcionado de su familia política. Y siguen dándole sin motivo alguno cada vez que tienen que ocultar alguna vergüenza o debilitar al centro derecha”.

“Después de que Rajoy y Camps hablaran, el presidente me preguntó mi opinión sobre el tema y también quién creía yo que podía ser el sustituto de Francisco Camps. Me dio varios nombres, en principio todos buenos, pero yo aposté por Alberto Fabra. Era alcalde, había ganado por mayoría absoluta, y yo hacia tiempo que había tomado la decisión de que estuviera de diputado autonómico, por si ocurría la dimisión de Camps. Y a este también le parecía bien”.

“Así que le dije a Rajoy:

- Valencia ha tenido su Presidente de la Generalitat. Alicante también. Ahora le toca a Castellón.

A Rajoy le pareció bien y llamó a Alberto para comunicárselo. Y acto seguido me pasó el teléfono para que hablara con él”.

“Mira cómo me lo ha pagado después. Llegó al partido, al Ayuntamiento y a la Generalitat de mi mano, pero ya ves. A esos se les llama traidores. Cuando Alberto Fabra tuvo problemas con el Edificio Singular en el Corte Inglés de Castellón lo acompañé incluso al juzgado en el momento en que lo imputaron. Pero él no hizo lo mismo conmigo cuando me acusaron y me imputaron. Nunca me preguntó nada. Ni me apoyó nunca. Más aún. Se apartó totalmente de mí y llegó a pedirme la dimisión como presidente de AEROCAS, cosa que yo había hecho ese mismo día a las 9 de la mañana. Incluso para eso llegó tarde. No me gustó su comportamiento conmigo y con Rita Barberá. Y me he sentido muy decepcionado. Así que no espero tener ninguna relación de presente ni de futuro con él”.

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