La síndica se exime de la caída de Podemos con una excusa que puede condenarla
El argumento al que recurre para evitar similitudes con Galicia y País Vasco lo desmonta una experiencia muy cercana
Comunidades autónomas con lengua propia, con un Podemos con nombre adaptado al terreno y con cambio continuo de líder, con un potente rival en forma de partido nacionalista que compite por un nicho electoral similar..., demasiadas similitudes entre Galicia, País Vasco y la Comunidad Valenciana como para que los responsables autonómicos de Unidas Podemos puedan desentenderse aquí de lo ocurrido en las dos autonomías norteñas.
Quizás por eso, este lunes, el día posterior a la debacle de su formación en ambas citas electorales, las cabezas visibles de Unides Podem prefirieron no asomar su testa, políticamente hablando. Optaron, quienes lo hicieron, por recurrir a sentencias tan genéricas como ambiguas, del calibre de "autocrítica" o "aprender de los errores", sin más.
Dos días después a la síndica, Naiara Davó, no le ha quedado más remedio que enfrentarse a los micrófonos. Y ha tratado de desmarcarse de la hecatombe de sus conmilitones en otras autonomías. Para ello ha recurrido posiblemente al único argumento obvio que le quedaba, el afirmar que en la Comunidad Valenciana forman parte del gobierno y pueden aplicar sus políticas, con lo cual la valoración de la ciudadanía supuestamente mejoraría.
Esa aseveración podría extraerse de un manual básico de primeros auxilios políticos. Y tiene su réplica fácil. En la Comunidad Valenciana Podemos, por lo menos sus filiales locales, sí que han gobernado. Lo han hecho desde 2015 y hasta 2019 en numerosos gobiernos municipales. Y los ciudadanos pudieron valorar su gestión votando en mayo de 2019.
El ejemplo más representativo lo constituye la propia capital autonómica, donde la formación de Pablo Iglesias, con la denominación de València en Comú, sacó tres concejales en 2015 y entró en el gobierno. Dirigió áreas como Participación Ciudadana o Educación. Cuatro años después, cuando la ciudadanía acudió de nuevo a las urnas, y a pesar de presentarse ya con el nombre oficial de Unides Podem, perdió el apoyo popular y desapareció del hemiciclo. No logró ni un escaño. Compromís y PSPV-PSOE fagocitaron sus tres ediles.
Por tanto, el argumento de Naiara Davó queda más que en evidencia retrocediendo poco más de un año en la historia y sin ir más lejos que a la ciudad de Valencia. La excusa utilizada para su desmarque de la debacle gallega y vasca, la gestión, puede resultar su propia condena a nivel autonómico en 2023. Como ya lo fue a escala local en 2019.