Los neumáticos usados pueden salvar la vida de miles de moteros

Conseguir carreteras más seguras y poner fin al problema ecológico que generan los cementerios de neumáticos como el que hace pocos días ardió en la localidad de Seseña son los objetivos que se propuso este jubilado malagueño que a sus 65 años ha cambiado las clases de matemáticas y física y química por los bocetos.

Francisco Caro, como se llama el nuevo Einstein español, ha patentado unos guardarraíles fabricados con neumáticos viejos y sin uso mucho más seguros para los motoristas que los que actualmente encontramos en nuestras carreteras.

Su propuesta es sencilla y de bajo o nulo coste para el Estado porque no hace falta procesar el neumático para crear las nuevas estructuras. Dos unidades se colocan dentro de un depósito de poliéster y se recubren de un material arenoso que protege ante un golpe y aporta flexibilidad. La viga que sujetan también vive un lavado de cara y cambia el metal, que provoca amputaciones en muchos accidentes automovilísticos, por un nuevo tubo que tendrá una cobertura semiblanda y en su interior esconderá otro tubo de acero de un milímetro y un cable tensor.

Los responsables de los programas electorales de los cuatro partidos fuertes de nuestro país se interesaron por este revolucionario invento que puede renovar la vida de los neumáticos por otros 200 años según las estimaciones de su creador. Pero de momento Caro prefiere esperar a que pasen las elecciones del 26J y le propongan un proyecto en firme desde la Dirección General de Tráfico.

Confía en que su idea sea una solución para acabar con los cementerios de neumáticos porque "la rueda no pasa por ninguna transformación, no contamina y es mucho más barato" que lo que se está haciendo ahora. Además, ha contactado con las empresas automovilísticas y asegura que estarían dispuestas a pagar los gastos a cambio de espacio para poner su publicidad.