Turín: entre la magia blanca y la negra
Además de capital industrial del Piamonte y de acoger la sábana Santa, Turín se encuentra en medio de un eje esotérico que la sitúa como tercer vértice del triángulo de la magia negra.
La capital de la región italiana del Piamonte, quizás conocida sobre todo por albergar la Sábana Santa, es uno de los centros de la gran industria italiana, siendo el corazón de Fiat, Martini, Ferrero o Superga, entre otras empresas. Pero Turín, atravesada por el río Po y al pie de los Alpes, tiene otra peculiar característica, y es que se encuentra entre dos ejes esotéricos, uno de mejor naturaleza que el otro.
El tercer vértice del supuesto triángulo de magia blanca, junto a Lyon y Praga, también es la tercera parte del triángulo de magia negra, en el cual se encuentran San Francisco y Londres. Esta curiosidad ha sido objeto de mucha literatura, además de haberse convertido en un foco turístico para la ciudad italiana que hasta hace no muchos años no era conocida más que por la Síndone.
Si hubiese que señalar los puntos que le otorgan un lugar en el triángulo más oscuro, habría que hablar sobre todo de la Piazza Statuto, donde antiguamente acababa la ciudad y se iniciaba el camino que llevaba a Francia. Esta parte de Turín está situada en el punto en donde el sol se esconde y la oscuridad tiene cabida, siendo así un rincón turinés que pronto estuvo conectado a especulaciones y leyendas. Cuenta la historia que este lugar era también el punto en el cual se guillotinaba a quienes incumplían la ley. En esta plaza se encuentra el monumento al Traforo del Frejus, dedicado a aquellos que murieron durante la construcción del túnel homónimo que conecta Turín con Francia.
El monumento tiene forma piramidal y está hecho a base de piedras procedentes del túnel. En la cima del mismo se puede contemplar la imagen del ángel caído, es decir, de Lucifer. Junto con Madrid, Turín es una de las pocas ciudades que cuenta con un monumento a esta figura bíblica. Justo detrás del mismo hay un obelisco que, según los expertos en el tema, sería el punto exacto del vértice de la magia negra. Algunos se aventuran incluso a afirmar que es el lugar preciso en el cual se encuentran las puertas del infierno. Así, Turín cuenta con una serie de oscuros rincones conectados a estas historias, incluyendo zonas subterráneas en donde teóricamente se llevaban a cabo ritos satánicos. Si a esto le sumamos que Nostradamus vivió en la ciudad durante más de un año, tenemos la combinación perfecta para poblar a la ciudad de supersticiones - a las cuales somos tan adeptos y trasladamos fácilmente a nuestras costumbres rutinarias y a todo tipo de actividades lúdicas - que atraen cada vez más a los visitantes sedientos de vivir experiencias distintas.
Pero no hay que olvidar que la capital piamontesa, lugar donde convergen dos ríos, es decir, dos fuerzas, también está en un triángulo de magia blanca, en teoría identificable en la plaza del Castillo. No muy lejos de ahí está la Catedral Metropolitana de San Juan Bautista, por donde miles de turistas pasan cada año a visitar el famoso sudario de Turín o, como es conocida comúnmente, la Sábana Santa. Así, entre dos ejes, se levanta una ciudad con un trasfondo peculiar, muy distinto al de otras ciudades italianas.
Algunos de los principales puntos de interés de Turín incluyen la Mole Antonelliana, obra del arquitecto Alessandro Antonelli y que hoy en día es el Museo del Cine que cuenta con un ascensor interno que sube hasta la punta del emblemático edificio, convirtiéndolo en un mirador privilegiado para contemplar la ciudad. La Mole era uno de los lugares favoritos de Nietzche, que vivió durante muchos años en Turín. Otro rincón imperdible es el Museo Egipcio, que cuenta con una colección única, siendo así el segundo más importante de este tipo en el mundo, detrás del de El Cairo. El British Museum le llevaría la delantera en número de piezas, pero no está dedicado exclusivamente a Egipto. Y hablando de museos, para cerrar el círculo (o más bien triángulo) de historias extrañas que envuelven la ciudad, existen un peculiar espacio que pocos conocen: el Museo de Antropología Criminal de Cesare Lombroso, famoso criminólogo y médico italiano. En el mismo se puede apreciar una colección de cráneos que eran la base de estudio de este famoso frenólogo.
Así, entre oscuridad y luz, Turín es una ciudad que en los días más soleados invita a dar largos paseos y a tomar un aperitivo en la terraza de una plaza, mientras que en los días de niebla, parece convertirse en un lugar sombrío, escenario perfecto para los cuentos más tenebrosos. Lo mejor de todo es que, contando con que está en una de las regiones vitivinícolas más importantes de Italia, ambas caras de la capital de Piamonte siempre se podrán disfrutar en compañía de una copa del mejor Barolo.