9 rincones para enamorarse de Cuenca

Os enumeramos los lugares que no os podéis perder, tanto de la capital como de los alrededores, para disfrutar de toda la belleza de esta zona.

Casas colgantes

Realizadas en mampostería, con sillares en las esquinas y asentadas en ménsulas son un símbolo de la ciudad. Se asoman al río desde sus balcones de madera sobre un acantilado. Hay tres que pueden visitarse: la de la Sirena, que aloja un mesón; y las dos del Rey, que contienen un museo de arte abstracto.

Plaza Mayor

Allí se ubica el Ayuntamiento de estilo barroco y que cuenta con tres arcos de medio punto; el convento de las Petras; la catedral de Nuestra Señora de Gracia del siglo XII, y el palacio episcopal, que alberga el museo diocesano.

Ruinas del castillo

En la calle Trabuco se pueden ver las ruinas de un antiguo castillo del siglo XIII del que se conserva parte de la muralla y sus torres. Forma parte también el Arco de Bezudo, una de las antiguas puertas de la ciudad.

Los rascacielos del barrio San Martín

Se trata de un conjunto de viviendas de carácter popular que tienen la entrada por la calle de Alfonso VIII y cuentan con tres o cuatro pisos de altura, mientras que vistas desde la orilla del río Huécar parecen rascacielos que afloran desde la montaña.

Convento de San Pablo

Se encuentra fuera del casco urbano en un promontorio frente a las casas colgadas sobre la Hoz del Huécar y separado de ellas por el famoso "puente colgante". Construido por Juan y Pedro de Alviz, cuenta con estructura gótica y decoración renacentista. Desde hace años alberga un Parador de Turismo de cuatro estrellas con 63 habitaciones.

Las Caras de Buendía

En el año 1992, el escultor Eulogio Reguillo y el ceramista Jorge Juan Maldonado comenzaron a tallar esculturas en la piedra arenisca, inspiradas en dioses de la India, Budas, cruces templarias etc. En la actualidad la Ruta de Las Caras cuenta con 18 esculturas que van desde los 70 centímetros hasta los 4 metros de altura, que iremos encontrándonos en el recorrido circular de aproximadamente un kilometro y medio

La Ciudad Encantada

En la Serranía de Cuenca, la acción del agua ha esculpido durante siglos las rocas para crear estas curiosas figuras en forma de animales como la foca u objetos como el tolme. Son formaciones de modelado kárstico, cuyo origen se remonta al periodo Cretácico, hace aproximadamente 90 millones de años, cuando el mar de Thetis cubría gran parte de lo que actualmente es la Península Ibérica.

El ventano del diablo

Se trata de una perforación en roca de unos 200 metros desde la que se puede observar el río y las paredes de piedra. Su acceso es muy sencillo ya que se encuentra prácticamente a pie de carretera. Su nombre se debe a una leyenda que cuenta que el Diablo organizaba en este lugar sus ejercicios de brujería y arrojaba al río a todo el que osaba asomarse por las ventanas del mirador.

Segóbriga

Cerca del pueblo de Saelices se encuentra el yacimiento arqueológico romano mejor conservado de la provincia. Cuenta con un foro, termas, coliseo, basílica y teatro.