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Las mejores piscinas naturales del mundo

Nunca hubieras imaginado que en medio del desierto del Gran Cañón o en una gruta abierta en una piedra ibas a encontrar un baño tan cristalino y puro como este. ¡Te van a dejar sin palabras!

Hamilton Pool, Austin. Texas. EE.UU.

Hamilton Pool, Austin. Texas. EE.UU.

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Se encuentran en los lugares más insospechados y sus aguas no tienen nada que envidiar a las de un buen spa. Estas piscinas naturales localizadas alrededor del mundo suponen toda una experiencia. ¿Qué podría ser mejor que bañarte en aguas color turquesa en el corazón de paisajes idílicos?


1. Laguna Azul. Islandia.

Es un balneario geotermal ubicado al suroeste de Islandia, a 39 kilómetros de la capital, Reikiavik. En sus vaporosas y mineromedicinales aguas el baño se toma a una temperatura media de 40 ºC gracias a la cercana planta de energía geotérmica Svartsengi. Se dice que ayuda a personas que padecen de enfermedades de la piel como la psoriasis.


2. Termas de Saturnia. Italia.

Sus propiedades curativas las han hecho famosas. Cuenta la leyenda que se formaron tras una batalla entre los dioses Júpiter y Saturno, debido a las heridas que los rayos y los dardos que se lanzaron le hicieron a la Tierra. En su composición destacan elementos como el azúfre, el carbono, el sulfato y el bicarbonato alcalino. Te recomendamos que vayas a última hora de la tarde para no pasar demasiado calor y poder contemplar un atardecer espectacular.


3. Cataratas Havasu. Estados Unidos.

Se encuentra dentro del parque nacional del Gran Cañón en plena histórica Ruta 66 y llegar allí en un solo día resulta complicado por eso recomiendan acceder en helicóptero. Lo increíble de esta piscina es su gran cascada Havasu que contrasta con el mágico entorno desértico. La arena rojiza y el agua azul verdosa forman una pareja difícil de imaginar en este lugar remoto de los Estados Unidos.


4. Caldeira Velha. Portugal.

La localizamos en la isla portuguesa de Sao Miguel en el archipiélago de las Azores. Sus aguas termales llevan siglos ayudando a los habitantes de la zona a curar enfermedades relacionadas con la piel y la debilidad. Se cree que sus propiedades provienen de la abundancia de hierro. De hecho, el río que desemboca en ella tienen un color marrón que se se relaciona con este material. Sus alrededores son un auténtico vergel y un remanso de paz.


5. Gran Agujero Azul. Belice.

Lo descubrió Jacques Cousteau en 1971 y lo declaró uno de los diez mejores lugares de buceo del mundo. Si tu afán no es el de sumergirte en las profundidades no te preocupes porque tendrás para ti solo una piscina en medio del océano de 300 metros de ancho por 123 metros de profundidad. La piedra caliza que lo rodea te protegerá de las corrientes marinas pero aún así la experiencia está reservada para los valientes porque es habitual que los tiburones de arrecife del Caribe se den una vueltecita por allí de vez en cuando, al fin y al cabo, es su hábitat.


6. Hamilton Pool. Estados Unidos.

Es una piscina natural casi redonda que encontramos a 37 kilómetros de la localidad de Austin en el estado de Texas. La erosión de un río subterráneo derrumbó parte de la superficie y dejó al descubierto un techo de roca natural semiesférico que parece hecho por el hombre. La calidad del agua es idónea para el baño porque el caudal de mantiene estable casi todo el año. Aumenta con las precipitaciones gracias a una cascada de unos 15 metros de alto que desemboca en ella.


7. Cenote Ik-Kil. México.

También conocido como cenote Sagrado Azul, se encuentra en la península del Yucatán, muy cerca de la ciudad maya de Chichén Itzá. Si no sabes lo que es un cenote nosotros te lo explicamos: es una estructura con forma de cueva horizontal cuyo fondo esta inundado por el agua. Existen varios tipos pero este que os presentamos está abierto al cielo, tienen una boca de 60 metro de diámetro y 26 metros de caída hasta las aguas cristalinas. Para bañarte en él tendrás que bajar por unas escaleras hasta el fondo porque los saltos desde arriba solo son aptos para los clavadistas más expertos.


8. Pamukkale. Turquía.

En el valle del río Menderes se encuentra lo que se conoce como " el castillo de algodón" turco, una zona natural creada a partir de una sucesión de terremotos que dieron lugar a numerosas fuentes de agua termal. La composición de sus agua produce gruesas capas de piedra caliza y travertino que dan la sensación de estar dentro de una catarata congelada. El agua, sin embargo, es cálida y tienen un alto contenido en minerales como el calcio.


9. Piscinas de las Hadas. Escocia.


Este paisaje que parece sacado de un cuento está en la isla de Skye en las Tierras Altas de Escocia. Para llegar al final de las piscinas, dentro del valle del Brittle, hay que atravesar este sendero casi mágico que se ha hecho más famosos incluso que las propias piscinas. 4O minutos de paseo después llegarás a los estanques de color turquesa o esmeralda, en función del día, que te invitarán a bañarte. El único problema será el frío, el agua suele estar a algunos grados bajo cero.

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