Disfruta del otoño en Castilla-La Mancha
Tal y como hemos comentado en otras ocasiones, estos meses son ideales para disfrutar de la naturaleza. Te damos algunas ideas para disfrutar del campo en esta Comunidad
Tal y como hemos comentado en otras ocasiones, estos meses son ideales para disfrutar de la naturaleza porque es cuando las hojas se quedan apenas sin clorofila y nos ofrecen su mayor abanico de colores, desde los amarillos hasta los rojos, pasando por los naranjas.
En Castilla La Mancha no puedes perderte la experiencia de presenciar la berrea del ciervo en el Parque Nacional de Cabañeros en las provincias de Ciudad Real y Toledo, recorrer la ruta del Paisaje Ilustrado en la provincia de Cuenca o visitar el Jardín Botánico de Castilla-La Mancha situado en Albacete. A continuación te damos algunas ideas.
-Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real y Toledo)
En otoño tiene lugar uno de los espectáculos más impresionantes de la naturaleza: la berrea del ciervo en los montes de Toledo. El celo de los machos de esta especie nos da la oportunidad de observarlos, así como sus luchas y su peculiar sonido.
Este parque nacional ocupa un paraje de excepcional valor ecológico entre las provincias de Ciudad Real y Toledo, donde se alterna la montaña con bosques de encinas, alcornoques y madroños; con la llanura cerealista. Conviene empezar la visita por el Centro de Interpretación de Casa de Palillos, en la carretera que va de Pueblo Nuevo del Bullaque a Santa Quiteria.
-Ruta del Paisaje Ilustrado (Cuenca)
Cuarenta son las escenas costumbristas que embellecen el entorno natural de las localidades de Valdemeca, Huerta del Marquesado y Cañete formando la conocida como Ruta del Paisaje Ilustrado. Una original y singular iniciativa de estos tres ayuntamientos, el grupo de acción local Prodese y la Diputación Provincial de Cuenca que cubre tres aspectos importantes.
En primer lugar, el cultural, al mostrar la etnografía propia de esta comarca y los detalles costumbristas que han marcado su historia cotidiana; en segundo término, el turístico, puesto que estas escenas costumbristas se integran perfectamente en el entorno poniendo en valor el patrimonio natural y paisajístico de estos tres municipios e incrementado su atractivo turístico; y en tercer y último lugar, el artístico, derivado directamente de la belleza de las obras de Luis Zafrilla, que no dejan a nadie impasible al contemplarlas.
-Jardín Botánico de Castilla La Mancha (Albacete)
Tiene 7 hectáreas de superficie y constituye un auténtico museo vivo del mundo vegetal que alberga más de 1.500 especies y 100.000 plantas. Su diseño dinámico evoca las raíces culturales de la región con el objetivo de integrar historia y tradiciones con el medio físico y natural. La energía eólica, la gestión del agua y la innovación tecnológica están también presentes en el diseño del parque.
El jardín cuenta con ecosistemas regionales, paisajes agrícolas y humedales manchegos. Colecciones de cultivos tradicionales, plantas medicinales, aromáticas, bulbosas, rosaleda experimental, ornamentales y un invernadero de exhibición con cactáceas, palmeras, helechos y una rica colección de especies canarias forman también parte de este mosaico.
-Chorros del río Mundo (Albacete)
Así se conoce el nacimiento de este afluente del Segura, ubicado en medio de una gruta de 25 metros de diámetro de la que sale una explosión de agua que se estrella contra las rocas 82 metros más abajo. Se trata de un espectáculo digno de ver enarcado en el Parque Natural de los Calares del río Mundo y de la Sima y que resulta especialmente llamativo en una Comunidad en la que estamos acostumbrados a ver paisajes de llanuras de cereales.
-Molinos de Campo de Criptana y Consuegra (Ciudad Real y Toledo)
Se trata de los famosos molinos de viento a los que se refería Don Quijote. De los diez molinos de viento de Campo de Criptana (Ciudad Real), tres conservan la maquinaria original del siglo XVI y los otros siete son museos de lo más variopinto: de la labranza, de la pintura, del poeta Vicente Huidobro e incluso de la mismísima Sara Montiel, vecina ilustre de Campo de Criptana.
En Consuegra (Toledo) se conservan otros doce perfectamente alineados en el cerro Calderico. Hay cinco que conservan su maquinaria en perfecto estado. Son Sancho, Rucio, Bolero, Espatero y Mochilas. Los demás también tienen curiosos nombres, todos sacados del Quijote: Chispas, Caballero del verde Gabán, Mambrino, Clavileño, Alcancía, Cardeño y Vista Alegre.
-Hoces del río Cabriel (Cuenca y Albacete)
Se extiende al sur de la presa de Contreras a lo largo del río Cabriel en su margen derecho y afecta a los términos municipales de Iniesta y Minglanilla. Constituye la reserva natural más amplia de las existentes en la provincia de Cuenca.
Las inmediaciones de la Reserva se caracterizan por ser una zona sin grandes relieves, que contrasta una vez que se entra en ella con las impresionantes formas labradas por los procesos erosivos en Los Cuchillos de Contreras, Las Hoces del Cabriel y el Valle de Fonseca.
El conjunto geomorfológico que forman las Hoces, los Cuchillos y las cárcavas del valle de Fonseca tiene un valor excepcional. Pueden observarse numerosas cabras montés y nutrias, especie para la que el río Cabriel constituye el único hábitat disponible en esta parte de la Manchuela Conquense. La vegetación combina tres tipos de hábitats: bosque mediterráneo, vegetación rupícola y vegetación de ribera.
-Yeste y el río Segura (Albacete)
Yeste es la capital de la zona albaceteña de la Sierra del Segura. Además de su interesante casco monumental, tiene el atractivo de ser el punto de entrada a una de las zonas más remotas y desconocidas de la comunidad castellanomanchega: la cuenca alta del río Segura, que comparte con la provincia de Jaén. Una comarca de pinares y roquedos con pequeñas aldeas y rincones maravillosos para los amantes del senderismo y la naturaleza como los valles del Zumeta y el Tus (afluentes del Segura), las Juntas de Miller o el embalse de Anchuricas.
-Nacimiento del río Cuervo y serranía de Cuenca
Tampoco tienen nada que ver los parajes verdes y húmedos de la serranía de Cuenca con los tópicos de la llanura manchega, pensada siempre como eterna planicie dorada. Beteta es una de las localidades más importantes de la serranía, a la que se accede a través de un cañón que se cierra vertiginosamente durante más de cinco kilómetros. Uno de los lugares más espectaculares es el nacimiento del río Cuervo, que brota entre tobas y helechos.