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Relais & Châteaux Molino de Alcuneza, una escapada irresistible

En un rincón encantador de la Alcarria, en un antiguo molino, los hermanos Blanca y Samuel consiguen una armonía que se palpa en cada detalle de su hotel con spa y restaurante gastronómico.

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ESdiario - B-Fadón

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Alcuneza es un pequeño pueblo junto a la monumental villa de Sigüenza, y encierra el encanto de todos los paisajes castellanos que la rodean, una comarca que atesora varios espacios naturales protegidos: el Parque Natural del Río Dulce, el valle del río Salado y sus salinas. Un entorno por descubrir que se encuentra a solo una hora y media de Madrid y que es por tanto una opción ideal para escaparse de la rutina urbana. El hotel-restaurante Relais & Châteaux Molino de Alcuneza, erigido en un molino harinero de más de 500 años, nos permite disfrutar de todo ello erodeados de lujo y encanto y ofreciendo una experiencia de lo más completa en sus confortables instalaciones.

Hace ya más de 25 años los padres de Blanca y Samuel Moreno decidieron comprar un molino de piedra del siglo XV a las afueras de Sigüenza y rehabilitarlo para transformarlo en un hotel con 17 habitaciones, restaurante gastronómico y spa, rodeado de jardines y con una encantadora piscina. El empuje de los dos hermanos, que pronto tomaron las riendas del negocio familiar y se entienden a la perfección, les llevo a convertirse en todo un referente de la hostelería boutique gracias a su ubicación campestre privilegiada, a una cuidada decoración de inspiración rústica, a la atención exquisita que brindan y a una gastronomía de altura asentada en las bases de la cocina de proximidad.

El restaurante de Molino de Alcuneza está dirigido por Samuel, quien desde el primer momento tuvo como objetivo superar el concepto de casa de comidas para los huéspedes del hotel y crear un restaurante de nivel, un destino para el público gourmet a nivel nacional. Para ello estudió hostelería y realizó stages en comedores de la talla de La Broche, El Celler de Can Roca y Can Bosc. Su estilo personal enraíza en la cocina tradicional, si bien con un recetario más serrano que manchego, protagonizado por el producto de temporada y preferentemente local (como escabeches, quesos, embutidos, carnes de caza, miel, setas, trufas, caracoles o harinas artesanas), al que aporta toques frescos y muchos matices. Ello le valió hace poco más de un año que la Guía Michelin le otorgara una de sus preciadas estrellas, un hecho que ha hecho que se disparen las reservas en su comedor.

Basándose en esta estacionalidad, Samuel cambia la carta tres veces al año. Para los próximos meses de otoño e invierno, ha preparado una serie de platos que se apoyan en la calidad del producto nacional y en su mejor momento, ya sea de huerta, mar o montaña, y que evocan sabores de la infancia y la sencillez de los platos de cuchara. El pan artesano es la constante en la carta de Molino de Alcuneza y una seña de identidad de Samuel, quien, con el fin de recuperar el pasado harinero del lugar y de «acercar el paisaje del campo de secano a la mesa», en sus propias palabras, se ha especializado en la panadería y la repostería. Es este un verdadero lujo sencillo para sus huéspedes.


Inspirándose en referentes como el maestro panadero francés Yohan Ferrant, Samuel elabora sus panes monovarietales a diario y de manera artesanal, empleando exclusivamente harinas ecológicas de la zona, una de las mejores de España, molidas a la piedra. Proceden de granos autóctonos, con unas características únicas (dadas por el tipo de terreno, su altura –superior a mil metros– y una climatología extrema, tal y como ocurre con el terroir de los vinos) que influyen directamente en sus cualidades. El secreto de su pan es, además, la masa madre, procedente de las mismas levaduras con las que se hacía el pan hace 500 años en el Molino de Alcuneza. No hay más ingredientes, aparte de agua y sal.

Su método, denominado respectus panis (respeto por el pan), es una técnica de panificación lenta, de amasado manual, sin utilización de amasadoras, aditivos ni cámaras de fermentación. El resultado es un pan sabroso, nutritivo y saludable, con más fibra y menos aporte glucémico. Ahora mismo, Samuel ofrece seis variedades de panes: espelta, centeno, trigo florencia aurora, trigo negrillo, trigo corazón y de cerveza, y además prepara la bollería artesana que se sirve en el desayuno a los huéspedes, que ya no estarán dispuestos a ir a hoteles de bollería industrial...


Todo ello en conjunto consigue que la sensación al entrar en Molino de Alcuneza sea de calidez hogareña y vital, respirándose autenticidad y belleza. La esencia del molino y su entorno se plasma en el ambiente gracias a la paleta de colores (del blanco empolvado de la harina a los tonos del trigo en sus diferentes fases de crecimiento: verde y dorado) y al empleo de materiales vinculados a la tierra (barro, piedra, madera lavada, lino, latón, rafia, etc.) en mobiliario, revestimientos, lámparas y detalles decorativos. Un estilo neorrústico y mestizo que la decoradora Beatriz Sánchez, encargada de la última reforma, ha definido como ‘antiq espiga decó’, y que quiere ofrecer al público urbanita sensaciones auténticas.

Las acogedoras zonas comunes, la zona de bar con chimenea en la entrada, la preciosa e inmensa mesa a medida junto con al antiguo “hogar”, las continúas exposiciones de arte que Blanca organiza con artistas de la comarca, la fenomenal atención de todo el personal, los increíbles colchones de viscolástica de todas las habitaciones que además cuentan con smarttv y conexión 4G privada hacen que ir a este Relais&Chateaux Molino de Alcuneza sea un placer para los sentidos de principio a fin, una escapada irresistible.

Dirección: Carretera de Alboreca, km. 0,500. Alcuneza, Sigüenza (Guadalajara).

Teléfono: 949 39 15 01; Más información: www.relaischateaux.com/molino

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