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Siguiendo los pasos de Cervantes en La Mancha

Vamos a descubrir algunos de los pueblos de La Mancha que inspiraron a Cervantes para crear el Quijote, una ruta manchega de ensueño donde viajaremos entre molinos, campos y casas hidalgas.

Siguiendo los pasos de Cervantes en La Mancha

Siguiendo los pasos de Cervantes en La Mancha

Publicado por
Victoria Peñalver

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Desde Esdiario, os presentamos un viaje de esencia manchega, que antaño inspirara a Miguel de Cervantes y, posteriormente, siguiera despertando historias y arte. Un lugar de raíces, tranquilidad, sabores, atardeceres y gastronomía.

En esta ocasión destacamos seis municipios para este recorrido, aunque el Quijote paseara acompañado de su fiel compañero por muchos otros. Este recorrido circular se puede realizar en coche durante un fin de semana, pues en total son tan solo unos 200 km, pero aconsejamos irlo haciendo poco a poco, realizándolo por etapas en diferentes fines de semana, haciéndolo coincidir con los eventos y fiestas organizadas en cada uno de los municipios.

Cada uno puede comenzar su recorrido en el municipio que desee y en el sentido que mejor le venga, y no solo es posible hacerlo en coche. Muchos de los trayectos están preparados para hacerse en bicicleta, como veremos al final de este artículo.

Nosotros, en nuestro recorrido, vamos a comenzar y terminar en Argamasilla de Alba, pasando por Consuegra, Alcázar de San Juan, Campo de Criptana, El Toboso, Mota del Cuervo y Belmonte.

El abstracto comienzo de El Quijote que hablaba de “En un lugar de La Mancha”, nos da la posibilidad de sentir en todos y cada uno de esos lugares, la sensación de estar en el lugar exacto al que se refería Cervantes. En vez de optar por la lucha por demostrar que este o aquel es el sitio exacto al que se refería el insigne escritor, preferimos sentirnos especiales en todos ellos.

Muchos de estos pueblos y ciudades, ubicadas en Ciudad Real, Toledo y Cuenca, nos retrotraen a la época de este gran genio de la literatura universal, pero ofrecen, además, otros muchos planes, que no puedes perderte

Argamasilla de Alba, donde empezó todo

Este municipio, ubicado en Ciudad Real, conserva aún hoy lugares imprescindibles de la vida del escritor y del discurrir de su gran obra, como la Cueva de Medrano, aquella en la que Miguel de Cervantes estuvo preso y entre cuyas paredes gestó la figura de Don Quijote y seguramente escribiera los primeros capítulos de su obra. Imaginar la estrechez, la oscuridad, el frío de aquellos duros días de encierro es sobrecogedor y mágico al mismo tiempo.

Es uno de los municipios en los que más late el corazón de El Quijote pues, además de poder visitar la Botica de los Académicos, donde celebraban sus reuniones la entidad imaginada por el escritor en su libro, podemos disfrutar de representaciones teatrales en la calle, en la que muchas de las personas del pueblo interpretan diferentes pasajes y capítulos de la obra.

Te recomendamos hacer coincidir tu viaje por estos fantásticos municipios manchegos con alguna de estas obras teatrales, que se celebran a finales de mayo y principios de junio. Pero, si vas en agosto, el universo cervantino vuelve a tomar la localidad gracias a las jornadas de teatro Cueva de Cervantes.

A 12 kilómetros, el Castillo de Peñarroya, ubicado en la entrada al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, es otro lugar para conectar con la esencia de Don Quijote.

Consuegra y su azafrán

En este municipio toledano podemos ver hasta doce molinos de viento a los que probablemente se refiriera Cervantes en su gran obra, situados en el Cerro Calderico.

Puedes visitar el castillo medieval, donde vivieran los caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén tras habérsele sido cedido por Alfonso VIII en el siglo XII. Desde la cima, podrás disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad y los molinos.

Consuegra es una fiesta continua por lo que lo mejor es preparar tu recorrido en función del evento que más te apetezca disfrutar. Por ejemplo, en julio y agosto, este municipio celebra sus atardeceres en vivo, con un ciclo de conciertos que utiliza como escenario los molinos de viento al atardecer y, a mediados de agosto, realiza una recreación histórica de la batalla de Consuegra, en conmemoración de la muerte del hijo del Cid Campeador.

Pero, también celebra la fiesta del azafrán en octubre, las jornadas de la cebolleta en noviembre y la Semana Santa, con sus famosas procesiones.

Alcázar de San Juan: así vivían los hidalgos

Volvemos a Ciudad Real para descubrir cómo vivían los hidalgos, primera etapa en la escalera de la nobleza, que inspiraron a Cervantes para crear el perfil de Don Quijote.

El Museo del Hidalgo, ubicado en una antigua casa solariega del siglo XVI, desde cuyas ventanas se divisan los “gigantes”, cuatro imponentes molinos que se alzan sobre el Cerro de San Antón.

Alcázar de San Juan cuenta con el Complejo Lagunar, donde cultura y naturaleza se mezclan en un paisaje único. Es un paraje natural de gran valor ecológico por su flora y su fauna (flamencos y grullas, entre otras aves) y forma parte de la Reserva de la Biosfera de la Mancha Húmeda.

Nadie debería irse de Alcázar de San Juan sin pasar por el Conjunto Palacial del Gran Prior, con su Iglesia de Santa María, en la que se guarda la partida de bautismo de Miguel de Cervantes.

En abril, se celebra la Feria de los Sabores de la Tierra del Quijote, que eleva a la mesa los productos más tradicionales y esenciales de la zona para poner en bandeja su excepcional calidad. Vino, queso, miel, aceite, pistachos, azafrán, dulces artesanos y otros ingredientes básicos que humean desde las páginas de Cervantes y que se siguen produciendo artesanalmente en esta tierra son los protagonistas de esta Feria que ya cumple en Alcázar su XVI edición. Una cita imprescindible para los amantes del producto local, la sostenibilidad y el sabor verdadero de los frutos de la tierra.

Campo de Criptana, de blanco y añil

En este municipio de Ciudad Real, puedes visitar su fantástica zona de molinos históricos, el Cerro de la Paz y su tradicional barrio del Albaicín con casas encaladas y parcialmente pintadas de añil, cuestas empinadas y casas-cueva y su Plaza Mayor, con el Ayuntamiento y sus edificios del siglo XVI y XVII, como la Casa Conde de las Cabezuelas y el Pósito Real, que antiguamente fuera el banco agrícola y actualmente es un Museo Municipal que alberga exposiciones y organiza eventos culturales.

Tanto la Sierra de los Molinos como el Cerro de la Paz han sido declarados Bienes de Interés Cultural, con categoría de Sitio Histórico, desde el año 2001.

El Toboso: la patria de Dulcinea

El Toboso es conocido como la patria de Dulcinea, el amor del famoso hidalgo. Paseando por las encantadoras calles de esta villa llegaremos a la Casa Museo de Dulcinea. Este icónico lugar, recientemente remodelado, abre las puertas a la que sería la vida cotidiana del siglo XVI, en una casa manchega de un hidalgo en la época cervantina, y la imaginación nos lleva a ver a Dulcinea en cada una de las estancias de esta casa, que mantiene su estructura original y las dependencias características del que sería el hogar de los hidalgos ricos de aquel tiempo, su molino, bodega, patios, corrales, pozos, etc.

El Museo Cervantino de la villa de El Toboso se ubica en una antigua iglesia del siglo XVII, que pertenecía a la orden religiosa denominada la Tercera Orden. De ella se conserva su arco del siglo XVII y un sillar de piedra, fechado en 1611. En su interior, encontraremos una gran colección de ejemplares del Quijote en más de 80 idiomas y firmados en su mayoría por grandes personalidades.

Colindando con el Museo está la iglesia de San Antonio Abad, conocida como la Catedral de La Mancha, descrita por Cervantes en El Quijote. Otro de los atractivos del municipio es el complejo formado por el convento y el museo de las Trinitarias, conocido por algunos como ‘el pequeño Escorial de La Mancha’.

Una oportunidad única para disfrutar de El Toboso en pleno auge cervantino es hacerlo del 20 de abril al 1 de mayo, cuando tendrán lugar una nueva edición de las Jornadas Cervantinas de El Toboso. Teatro de calle, conciertos y todo un pueblo volcado en las distintas actividades que tendrán lugar ese fin de semana bien merecen una visita. Si no puede ser ese día, El Toboso es siempre una buena idea para desconectar.

Mota del Cuervo, el Balcón de La Mancha

Este municipio conquense, recibe el sobrenombre de el Balcón de la Mancha, por su situación y los molinos que se erigen sobre una mota o cerro, desde donde podrás disfrutar de una impresionante vista panorámica, sobre todo en la puesta de sol.

Molinos de Mota del Cuervo - Foto de Austión Tirado, presidente de la Asociación Amigos de los Molinos.

Algunos de sus edificios datan de los siglos XV y XVI. En la arquitectura religiosa destaca la iglesia de San Miguel, el convento de los Trinitarios, la ermita de Nuestra Señora de la Antigua de Manjavacas, la de Santa Ana y la de Nuestra Señora del Valle. Es este municipio, destaca el barrio de la Cantería, conocido por su historia ligada a la extracción de piedra de canteras y fabricación de tinajas y cántaros de estilo austero, sin esmaltes ni colorantes.

Aunque Mota del Cuervo celebra fiestas durante todo el año, destacan sus Fiestas Patronales en honor a Nuestra Señora de la Antigua de Manjavacas. La tradicional Romería en la que los más jóvenes llevan a hombros a la Virgen, a la carrera, los siete kilómetros que distan desde la ermita a la parroquia, en el centro del municipio.

Y este recorrido, declarado de Interés Turístico desde 1977, se celebra dos veces: la ‘Traída’, el primer domingo de agosto y la ‘Llevada’, dos semanas después. Congrega a todo el municipio, tanto los que siguen viviendo allí como los que se congregan allí por La Virgen.

Otra de las celebraciones es la Fiesta de las Lluecas que se celebra el segundo domingo después de Carnaval. Todo el pueblo se congrega en los molinos de viento con “la Llueca”, bollo redondo al que se le ponen unas bolillas de anís, que se come mientras se canta una canción con el mismo nombre.

Existen otras fiestas típicamente moteñas como las fiestas de Las Danzantes, las Fiestas en honor a Nuestra Señora de los Ángeles, llamada la Virgen de Arriba, patrona de los molineros, las Fiestas de San Agustín y de la Virgen del Valle, las Fiestas de Santa Rita y la Noche de los Mayos a la Virgen.

Pero, si tu viaje no coincide con ninguna de esas fiestas, puedes disfrutar de una molienda tradicional, que se celebra en Mota cada primer sábado de mes en la sierra de los molinos. El molino “El Gigante” vuelve a moler trigo para convertirlo en harina y recordar así su antigua función.

El País del Quijote en bicicleta

Si lo tuyo es la bicicleta, la web El País del Quijote propone un recorrido circular por cuatro de los municipios mencionados arriba, Argamasilla de Alba, Campo de Criptana, El Toboso y Alcázar de San Juan; Un total de 205 km repartidos en 7 etapas.

Es una ruta cicloturista que recorre los más famosos escenarios del Quijote atravesando vías pecuarias, veredas y caminos históricos en busca del patrimonio cultural, gastronómico, histórico y paisajístico del corazón de La Mancha, el mismo que inspirara a Cervantes.

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