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Enoturismo en España, una experiencia más allá de la degustación

Sumérgete en el fascinante mundo del enoturismo conociendo las mejores opciones para vivir experiencias únicas entre viñedos y bodegas.

Enoturismo en España, una experiencia más allá de la degustación

Publicado por
Victoria Peñalver y Ariadna Chust Salcedo

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Descubre el apasionante mundo del enoturismo con esta guía de experiencias únicas entre viñedos y bodegas. En esta ocasión, te enseñamos fantásticas opciones para disfrutar del vino en diferentes zonas del territorio español.

Otazu, para amantes del enoturismo y del arte

Esta bodega navarra, situada en el municipio de su mismo nombre, a unos 15 km de Pamplona, no solo ofrece a sus visitantes una amplia selección de vinos, sino también un entorno único que combina la belleza natural de un valle pintoresco con elementos históricos, arte contemporáneo y, por supuesto, la pasión por el vino.

Aquí, los visitantes pueden disfrutar de experiencias memorables mientras exploran un paisaje, que ha sido moldeado por siglos de historia, desde un señorío del siglo XII hasta una bodega fundada en 1840. Todo ello rodeado de una atmósfera que respira arte contemporáneo. Pero hay más, la arquitectura de la bodega se integra armoniosamente con el paisaje, y sus instalaciones modernas están diseñadas específicamente para la producción de vinos de alta calidad.

Explorar la Bodega de Otazu es adentrarse en un mundo de monumentos históricos, una iglesia románica del siglo XII dedicada a San Esteban, una impresionante torre-palomar del siglo XIV y un majestuoso palacio del siglo XVI. Además, este recorrido también nos adentra por obras de arte y espacios dedicados a la creación contemporánea, pertenecientes a la Fundación Otazu, reconocida con el Premio “A” al Coleccionismo 2020 por la Fundación ARCO.

Y, que mejor manera de disfrutar de estas emblemáticas obras que a través de un fascinante recorrido, que muestra el proceso de las uvas desde la viña hacia la sala de elaboración y la de barricas subterránea, conocida como la Catedral del Vino.

“Otazu es pasado, presente y futuro. El vino ha crecido en esta tierra durante 900 años y crecerá en ella dentro de los próximos 900 años; una tierra que cuidamos y que queremos dejar, en una mejor situación de la que la recibimos, a las generaciones futuras”, reflexiona Guillermo Penso, presidente de Fundación Otazu.

Una tierra que cuidamos y que queremos dejar, en una mejor situación de la que la recibimos.

Finca de Rodma fusiona la naturaleza con el vino

Los viñedos de Finca Rodma, encarnan la esencia de su bodega, fusionando la naturaleza con un meticuloso trabajo para dar vida a vinos excepcionales. Estratégicamente situados en el corazón de la Ribera del Duero, muy cerca de la bodega Vega Sicilia, estos viñedos se extienden por 14 hectáreas de terreno diverso y lleno de matices, creando el escenario perfecto para la producción de vinos de calidad incomparable.

Finca Rodma ha abierto sus puertas al enoturismo y lo ha hecho ofreciendo a sus visitantes estas tres opciones:

  • “La Naturaleza del Duero”: la experiencia comienza con un recorrido por los viñedos y la bodega, seguido de una degustación de vinos Selección y Avizor.
  • “La Milla de Oro”: donde nos ofrecen una aventura exclusiva en globo aerostático para descubrir el entorno desde las alturas, una experiencia irrepetible, que culmina con un aperitivo y copa de vino de la bodega.
  • “Rodma en Exclusiva”: en la que nos ofrecen acceso exclusivo y personalizado a la bodega, donde podremos sumergirnos en el mundo vinícola.

Esta bodega ha logrado convertirse, en solo cinco años, en un gran referente dentro de Ribera del Duero. Sus vinos, Finca Rodma Selección, Finca Rodma Avizor y Gran Rodma capturan la esencia del terruño priorizando la calidad frente a la cantidad.

Rueda aúna la historia con el viñedo

La Ruta del Vino de Rueda, ubicada en pleno corazón de Castilla y León, es un destino ampliamente conocido por su enogastronomía, sus paisajes y su patrimonio.

Esta ruta, que atraviesa Valladolid, Ávila y Segovia, incluye pueblos vinculados históricamente con la vitivinicultura y con un importante patrimonio monumental. Es una escapada ideal para explorar esta región con una amplia variedad de actividades: visitar bodegas centenarias y probar sus vinos, descubrir productores locales de quesos y dulces, disfrutar de la naturaleza y degustar desde platos tradicionales hasta las últimas tendencias gastronómicas.

En esta visita, podremos explorar la diversidad de las bodegas y cómo cada una da vida a la misma uva de manera única. Descubriremos antiguas galerías subterráneas que datan de la Edad Media. Incluso podremos conocer bodegas familiares que han sabido adaptarse al paso del tiempo manteniendo la autenticidad de sus viñedos, así como aquellas que priorizan la enología natural. Además, podremos maravillarnos con bodegas de vanguardia que combinan tecnología e innovación para producir vinos excepcionales.

Algunas de las bodegas visitables de la Ruta del Vino son Emina (Grupo Matarromera), Yllera (El Hilo de Ariadna), Félix Sanz, Bodegas de Alberto, Finca Montepedroso, Castelo de Medina y Bodega Javier Sanz Viticultor.

La ruta comprende 22 municipios, en los que se enclavan unas 30 bodegas y viñedos visitables, 1.500 viticultores y más de 3.000 familias vinculadas al vino.

Destacamos tres de los pueblos que forman parte de la ruta:

  • Rueda, a 40 km al sur de Valladolid, está rodeada de viñedos y campos. Su casco antiguo destaca por sus casas señoriales y fachadas modernistas. Declarado Conjunto Monumental e Histórico-Artístico, cuenta con más de 20 bodegas visitables y es sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen.
  • La Seca, un municipio importante en la Denominación de Origen Rueda, posee la mayor extensión de viñedos en Castilla y León, con 3.355 hectáreas. Su historia vitivinícola se remonta a viñedos centenarios desde 1863, siendo fundamental para su desarrollo social y económico.
  • Serrada, otro municipio con extensos viñedos, que presenta una arquitectura única y una cultura arraigada en el mundo del vino, donde muchas casas tienen su propia bodega.

Madrid, tierra de vinos

En la Comunidad de Madrid podemos encontrar también emocionantes experiencias diseñadas para los amantes del buen comer y del vino, como catas bajo las estrellas o la creación de nuestro propio caldo.

Cierto es que la Comunidad de Madrid no tiene playa, pero sí cuenta con 8.000 hectáreas de viñedo, repartidas en cuatro zonas diferenciadas (San Martín de Valdeiglesias, Navalcarnero, Arganda y El Molar).

Desde 2015, varias bodegas de la D.O Vinos de Madrid, están integradas en el programa de enoturismo, Madrid Rutas del Vino, que propone muchos planes de ocio, con el vino como denominador común. Vemos algunas de estas experiencias de enoturismo organizadas por la Asociación en: www.madridenoturismo.org

Podemos realizar trekking por las viñas, recorriendo los viñedos de la Bodega Las Moradas de San Martín y aprendiendo curiosidades del cultivo y del vino, visitar la bodega o dejarnos maravillar por el cielo estrellado de la Sierra de Gredos mientras participamos de una cata de vinos en la bodega.

Podemos convertirnos en enólogos por un día, en la Bodega Licinia Wines, aprendiendo sobre las cuatro variedades de uva y creando nuestro propio coupage, eligiendo la cantidad de cada una de las variedades en nuestro vino personal. Además, podremos llevarnos a casa hasta 60 botellas del vino creado, personalizado con nuestra etiqueta para poderlo disfrutar con familia y amigos.

Un plan similar, podemos realizarlo en la Bodega Pablo Morate, en Valdelaguna, donde además de hacer nuestro propio vino, nos explicarán el proceso de su elaboración desde el viñedo hasta la botella. Visitaremos el museo y disfrutaremos de una cata guiada por el enólogo, donde podremos degustar una selección de sus mejores etiquetas.

La Bodega Tierra Calma nos ofrece la posibilidad de embarcarnos en un viaje sensorial desde la vid hasta la copa, descubriendo su filosofía, degustando sus vinos y disfrutando de una experiencia gastronómica única en medio de sus viñedos centenarios.

Una fantástica opción es adentrarnos en la historia y la tradición vinícola de la región con una visita guiada a las cuevas centenarias de la Bodega Pedro García, que termina con la degustación de sus vinos D.O. acompañados de un delicioso aperitivo local.

Otra alternativa es la de explorar la encantadora localidad de Chinchón en un tren turístico y descubrir la Bodega del Nero, en la que cinco generaciones se han dedicado a conservar su tradición vinícola desde el año 1870. Una experiencia enriquecedora que combina historia, cultura y vino.

No debemos pasar la oportunidad de embarcarnos en una divertida aventura por los viñedos de Vinícola de Arganda, donde Cipri Guillén y Cristina Ponsín quieren dar respuesta al creciente interés por la ecología y los vinos, poniendo en marcha rutas únicas por sus viñedos y olivares para que la gente conozca la vida cotidiana del agricultor. Terminaremos disfrutando de una cata de vinos acompañada de productos locales en un entorno natural incomparable.

Otras opciones muy divertidas son la pisada de la uva en la Bodega Peral o la ruta a caballo, que organiza la Bodega Cristo del Humilladero.

Todas estas experiencias relacionadas con el vino nos ofrecen una oportunidad única para descubrir la riqueza vitivinícola, sumergirnos en un mundo de sabores, aromas y paisajes impresionantes. Solo tenemos que dejarnos seducir por el encanto del vino.

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