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La agónica carrera electoral que le aguarda a la dividida izquierda andaluza

Escasa representación para los grupos fragmentados de izquierdas y un PSOE-A con poco respaldo al proyecto de Espadas, que finalmente dejará la alcaldía el próximo 7 de enero.

El secretario general del PSOE-A y alcalde de Sevilla, Juan Espadas.

El secretario general del PSOE-A y alcalde de Sevilla, Juan Espadas.

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El trayecto no es largo, resta menos de un año para que se vuelva a poner en juego la presidencia de la Junta de Andalucía, pero para algunos partidos políticos se prevé una carrera agónica. Unos por falta de entrenamiento y otros por agotamiento, los 'equipos de la liga andaluza' están en baja forma y las encuestas lo ponen de manifiesto.

Se libra de la purga el PP de Juanma Moreno, que crece sin parar hasta rozar la mayoría absoluta, aunque aún necesitaría un socio de Gobierno. Si miramos a la derecha encontramos también en evolución favorable a Vox, al que los sondeos del pronostican unos mejores resultados que en las anteriores elecciones. Sin embargo, desde hace varios meses se atrincheran en una postura de rechazo total al bipartito de PP y Cs.

Tendrán que dedicar tiempo a justificar su cambio de rumbo, pasando de favorecer el cambio de gobierno y sacar al PSOE tras 40 años en la Junta, a votar con los socialistas el bloqueo de los Presupuestos, justo cuando suponen un impulso a la recuperación y habían apoyado los tres anteriores.

El interés electoral es prioridad para los de Santiago Abascal, que envía frecuentemente a la diputada y posible candidata para Andalucía, Macarena Olona, al sur para intentar movilizar al electorado y buscan hasta en la izquierda de Julio Anguita.



Ansiedad de Vox por defender su presencia en la región donde gozan de mayor representación parlamentaria y también de Ciudadanos, que a pesar de formar parte del Gobierno de la Junta atraviesa su peor momento, con una crisis interna que se ha resuelto con unas primarias fratricidas, que han terminado por encumbrar a Juan Marín, y un panorama desalentador en el resto del país.

Multi-fractura en la izquierda

Pero en la zona donde está costando hasta arrancar es en la izquierda. Se ha mantenido fragmentada durante toda la legislatura, con prácticamente la mitad de sus representantes como diputados no adscritos y sin apenas participación, sumado a una guerra por las siglas con Izquierda Unida y Podemos (Unidas Podemos y antes Adelante Andalucía, que finalmente es la marca bajo las que se presenta Teresa Rodríguez).

Los diputados de Adelante Andalucía encabezados por Teresa Rodríguez en una imagen de septiembre en el Parlamento.

En esta última semana se empiezan a escuchar nuevas alianzas en este sector, como la coalición de 'Andaluces Levantaos' en el que se encuentra Más País y grupos provenientes del Partido Andalucista, que perdió su representación en la Cámara. También se envían llamamientos a la unidad desde otras formaciones como la de Rodríguez.

De hecho, este mismo miércoles, la propia Teresa Rodríguez, ha desvelado que ha mantenido una conversación con la secretaria general de Podemos Andalucía, Martina Velarde, dentro de la ronda de diálogo anunciada por Unidas Podemos para impulsar un "frente amplio" de cara a las próximas elecciones autonómicas en la que ha echado en falta el "eco del mensaje" de dirigentes como Yolanda Díaz, Ada Colau, Mónica García o Mónica Oltra que promueven una iniciativa similar a nivel nacional.

"No pospondremos más esa batalla, como no la pospusieron las feministas cuando desde la izquierda se les decía constantemente que no es el momento o que vuestra lucha divide a la clase trabajadora y favorece a la derecha", subraya Rodríguez, que se ofrece a "colaborar frente a las derechas, pero con sinceridad y confianza, no con titulares", para lo que pide "respetar la iniciativa de los mediadores" y "evitar todo lo que se pueda interpretar como una opa hostil".

El PSOE, una carrera de obstáculos

Y entre medias el PSOE-A lleva los pies atados y la pista electoral está llena de obstáculos. El PP pasa por delante del PSOE-A y le aventaja en todas las encuestas en el que siempre ha sido su terreno de juego. El secretario general, Juan Espadas, no consigue implantar su espíritu moderado en resto de su grupo, que ataca al Gobierno de una forma muy similar a la que mantuvo su predecesora Susana Díaz.

Desde que Espadas fue elegido candidato socialista a la Junta en julio han pasado varios meses y no ha podido dedicarse a sus nuevos menesteres al completo, porque aún ocupa la alcaldía del Ayuntamiento de Sevilla. Un cese que ha retrasado y que llegará el día de Reyes.

También es señal de que el camino de Espadas cambiará en breve que acaba de registrar su solicitud para ser Senador por designación autonómica de su partido, por lo que aunque no saliera bien parado de las elecciones su futuro está asegurado.

Los sondeos le dan a Espadas los mismos resultados que a Susana Díaz en 2018, unos 33-34 escaños, frente a los 44-45 que lograría el PP. Y es que desde que salió elegido con el respaldo de la militancia y de su líder Pedro Sánchez, no han parado de salpicarle los escándalos de la corrupción de los sucesivos gobiernos de su partido en la Junta, algunos demasiado cercanos.

Desde la contratación irregular de su mujer Carmen Ibanco en la extinta y fraudulenta Fundación Faffe, hasta los desvíos de fondos públicos que se están investigando en Egmasa, empresa pública de medioambiente de la que Espadas llegó a ser presidente. Todo ello pasando por los actuales diputados del PSOE que han dado la callada por respuesta en la comisión de investigación de la Faffe o la declaración de la expresidenta que exime cualquier responsabilidad.

El PSOE está perdiendo el feudo que tenía en Andalucía y en tan sólo tres años de la salida de la Junta, los ciudadanos hacen balance de sus líderes a través de los sondeos. Pero tendrán que acudir a las urnas y eso será en el mes de octubre o noviembre según las previsiones.

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