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Concha Márquez, su última voluntad, su velatorio

La inolvidable cantante lo tenía claro. Mujer directa, carismática y llamando “al pan pan, y al vino vino” dispuso en vida, su vida y en vida su muerte. Es hija de la más grande de la copla.

Concha Márquez Piquer se despidió según sus deseos.

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La que un día fuera mujer del diestro de Camas y maestro taurino de Sevilla se iba este lunes para siempre después de una larga enfermedad y tras dos meses hospitalizada. A sus pies, sus dos hijas, Concha e Iris.

dispuso su despedida. Su deseo era que se velase su cuerpo en su domicilio familiar en la más estricta intimidad. Sólo acceso a los más allegados. A sus amigos de verdad. La primera en llegar fue Lolita, hija de otra grande, La Faraona, Lola Flores. Concha Márquez Piquer fue despedida en su casa de Somosaguas en Madrid.

El féretro llegaba el lunes por la tarde al tanatorio de San Isidro. Allí se preparó para después volver al domicilio donde ha vivido los últimos años.

Márquez Piquer mujer de fuerza y decisión. No medía sus palabras. Su última voluntad ha sido la misma que la de su madre, doña Concha. En 1990 fallecía la reina de la copla.

Doña Concha quiso que su despedida fuese en su domicilio familiar. En la Gran Vía de Madrid con esquina Plaza de España. En la última planta del edificio se despedía a una grande de la canción. La misma decisión que ha tomado su hija. No ha querido prensa. Ni medios. Ni amigos a medias. Su despedida está siendo como deseaba. En silencio. Con pocos y los acertados.

Curro Romero está muy preocupado por la hija que tuvo con Concha Márquez Piquer

Curro Romero recibía la noticia a través de la hija que tienen en común, Conchita. La hija mayor que tuvo con el matador de toros, Coral, falleció en un trágico accidente de tráfico un 2 de noviembre de 1986. El golpe más duro que le dio la vida a Márquez Piquer. Curro Romero está pendiente de cómo se encuentra su hija Conchita a la que encontró muy afectada al darle la noticia.

Concha Márquez Piquer fue coqueta. Lo tenía claro. No quería que su público viese la decrepitud a la que se ve abocado el ser humano con los años. Lo mismo que hizo su madre. Se retiró cuando llegó su momento. Nada que ver con Sara Montiel o Marujita Díaz. Otra liga.

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