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El motivo por el que Manuel Díaz está seguro de que sus padres se reencontrarán

El Cordobés explicó como se gestó el ansiado encuentro con su padre y agradeció el apoyo que durante décadas ha recibido por parte de la prensa y de todas aquellas personas que le creyeron.

Manuel Díaz El Cordobés siempre atento y cercano con la prensa.

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Manuel Díaz El Cordobés ha vuelto a vivir un día inolvidable. El torero llegaba puntual a su cita con los medios para explicar como se gestó el ansiado encuentro con su padre, y al mismo tiempo agradecer el apoyo que durante décadas ha recibido por parte de la prensa y de todas aquellas personas que siempre le creyeron: "Estoy abrumado por tantas llamadas y felicitaciones que estoy recibiendo y os quiero contar lo que estoy sintiendo".

Algo nervioso y muy emocionado Manuel subía al escenario en el que durante una hora y media ha repasado momentos clave de su vida. Sin guion y frente a medio centenar de periodistas el torero deseaba contar como se ha fraguado la relación con su padre y todos los factores y personas que han influido para conseguirlo.


A los once años su madre le desveló quien era su padre y a partir de ese momento encontrarle, conocerle y tenerle cerca se convirtió en una "obsesión" y en la "cruzada" de su vida.

El toreo le puso en bandeja sentirse más cerca de su padre, las frustraciones, el esfuerzo y la tenacidad han sido las constantes en sus comienzos: "Gracias al toro he reconducido mi vida muy bien, pero yo me he criado con un pie en la calle".

En tantos años de lucha le embargaron las dudas y fue cuando decidió someterse a una prueba de paternidad: "Nunca dudé de la palabra de mi madre, pero hubo un momento de miedo. Lo pasé muy mal, necesitaba una respuesta y una verdad. Pensaba esté o no con él (su padre) algún día, esto tengo que saberlo a ciencia cierta. Al final salió mi verdad".

En ese momento Manuel se planteó tirar la toalla y no insistir más en conocer a su padre, pero fue entonces cuando conoció a su hermano Julio Benítez, una pieza fundamental en el acercamiento de Manuel y su padre : "Un día decido tomar las riendas y hablar yo por mi, y es cuando entramos en contacto por primera vez. Pensé esto no lo voy a perder y lo voy a llevar hasta el final. Necesito verlo a medio metro de mí porque es algo vital en mi vida. Durante un tiempo mantuvimos contacto telefónico, un día decidimos vernos y se hizo como yo quería que fuese. En esa reunión estaba María Ángeles, que tengo que decir que para mi es un ángel en la tierra, Virginia y yo. De camino tuve que parar en la cuneta porque estaba muy nervioso, igual que el otro día en Córdoba. Él me estaba esperando en mitad del camino, levanta los brazos, yo me bajo del coche y él me dice "hijo, todo llega". En ese momento nacimos los dos, se me nubló el mundo. Me vi con él tocándonos, abrazándonos… es una sensación que nunca había tenido".

Manuel Benítez y Manuel Díaz se pidieron perdón

Otro momento que Manuel Díaz tiene grabado en su retina es cuando le dijo a su padre: "Perdona si he hecho algo en mi vida que no debiera, pero las circunstancias me han obligado. Y él me dijo: "Perdóname tú a mi".

Estas palabras marcaron un antes y un después en la historia de sus vidas, Manuel insiste en que no hay reproches, ni miran al pasado, ni tienen en cuenta todo lo sufrido. Más bien piensa en "el tiempo ganado", no en el perdido: "Cuando me vi con él me apareció un niño pequeño que no sabía que existía en mi. Virginia dice que yo me metía debajo del brazo de mi padre, no podía evitarlo, ponía la cabeza bajo su pecho, sentía una fuerza interior que no podía frenarla. Estuvimos juntos un montón de horas. Él sabía todo de mi y yo de él. Parecía que siempre habíamos estado juntos. Se paró el tiempo. Esa noche me puse malo por las emociones que viví. Llegué a decirle ojalá yo pudiera quitarme diez años de mi vida y dártelos a ti ahora mismo, y me dijo : ¡venga dámelos!".

A Manuel Díaz aún le suena "raro" pronunciar la palabra "papá"

En medio de la emoción de uno de sus encuentros Manuel le preguntó al Califa: "¿Y ahora yo cómo te llamo?" ¿si te digo papá te importa? , yo la palabra papá no la tengo interiorizada, me suena raro decir yo papá".

Manuel Benítez ya conoce a sus nietos: "Ese día mis hijos estaban muy nerviosos y emocionados también porque a mi me veían muy feliz. Cuando ya nos íbamos mis hijos estaban abrazados a él y yo me acerqué y le dije : ¿Tú sabes por qué ellos te quieren?, porque yo les he enseñado a quererte".

Manuel Díaz no descarta el reencuentro de su madre con padre: "Sería algo natural"

Manuel no descarta que su madre y su padre se reencuentren algún día: "Sería algo natural. Conociéndoles creo que sería posible, además habrá celebraciones en las nos reuniremos la familia".

Muchas cosas han cambiado para Manuel Díaz, pero lo que parece que no desea cambiar es su apellido, al menos de momento: "Si un día mi padre me pide que me llame Benítez a lo mejor accedo, pero no tengo intención".

En todos estos años de lucha Manuel Díaz siempre dijo que no le movía el dinero, que solo deseaba tener una oportunidad con su padre, ahora que su deseo se ha hecho realidad, no ha cambiado de opinión, no se plantea recibir herencia de su padre. Una herencia millonaria de la que por derecho le correspondería la legítima.

Manuel Díaz cierra un ciclo de su vida con este reencuentro con su padre, y comienza una nueva etapa ilusionado por acumular momentos, confidencias y recuerdos con Manuel Benítez: "Donde mi padre me diga que vaya, allí estaré".