Las imágenes más dolorosas de Arantxa Sánchez Vicario en el banquillo ven la luz
Aunque no se esperaba tan pronto, la extenista rompió su silencio el primer día de junio oral por el que se piden hasta 4 años de prisión y ahora todo el mundo se pregunta por qué este giro.
En medio de una gran expectación mediática, este martes se celebró la primera de las cuatro jornadas que está previsto que dure el juicio de Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana por un presunto delito de alzamiento de bienes.
La extenista y su exmarido se enfrentan a una petición de la Fiscalía de 4 años de prisión y una multa de 6,1 millones de euros por haber supuestamente ocultado y descapitalizado su patrimonio para evitar el pago de una deuda de 7,5 millones de euros con el Banco de Luxemburgo.
Tras no hacer declaraciones ante las cámaras que la aguardaban expectantes a su llegada al Juzgado Penal 25 de Barcelona, la que fuera campeona de Roland Garros rompió su silencio ante el juez y, a pesar de que su declaración no estaba prevista hasta el próximo viernes, se convirtió en la gran protagonista del arranque de este juicio oral.
Arantxa Sánchez Vicario se considera víctima de Josep Santacana
Nerviosa, muy afectada e incapaz de aguantar las lágrimas en varios momentos, Arantxa volvió a asumir su responsabilidad en el presunto delito de alzamiento de bienes (algo que reconoció hace dos años) mostrando su arrepentimiento y derivando la culpa a Josep Santacana, de quien se considera una víctima y al que ha acusado de dilapidar su fortuna y provocar esta desgraciada situación: "Yo nunca he gestionado ese patrimonio porque desconozco cómo se hace. Me he dedicado al tenis y siempre me he fiado de terceras personas y en estos momentos era mi marido quien gestionaba todo".
"Me dijo que no se lo diésemos al banco, que él se encargaba de hacer las cosas", declaró, sosteniendo que ella quiso pagar la deuda contraída pero que fue su marido, "el señor Santacana" el que se negó.
Tras su declaración (que tuvo que interrumpir por sus nervios en varias ocasiones, pidiendo agua y tosiendo en algún momento) la extenista solicitaba abandonar la vista pero no era hasta el final de la misma, en torno a las 13.30, cuando se la vio saliendo de los Juzgados acompañada por su abogado, Borja Vives Iborra.
"Como comprenderéis no voy a hacer ninguna declaración", explicó, agradeciendo el interés de la prensa y marchándose del lugar en un taxi sin contestar a ninguna de las preguntas sobre cómo ha ido la primera jornada de juicio por el que podría ser condenada a una pena de cárcel de hasta 4 años.
Borja Vives Iborra, por su parte, tampoco hizo declaraciones y se limitó a apuntar que "no haremos ninguna manifestación. Queremos preservar el juicio. Ya iréis viendo lo que vaya discurriendo", finalizó dejando en el aire por qué Arantxa pidió declarar ante el juez cuando no estaba previsto.
A pesar de la negativa de ambos a hablar sobre lo que ocurrió en el juicio, las imágenes del interior de la sala rápidamente comenzaron a correr como la pólvora por los medios y redes sociales. Instantáneas dolorosas para Arantxa en las que se puede ver que está totalmente destruida, rota en llanto y muchas veces incapaz de seguir hablando con la cabeza sobre la mesa o entre las piernas...