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Arantxa Sánchez Vicario no entrará en prisión: estas son las claves legales

Se ha declarado víctima de su exmarido Josep Santacana pero no es la primera vez. Ya sucedió hace más de diez años en un acto que entonces la prensa tildó de surrealista. Llueve sobre mojado

Arantxa Sánchez Vicario llega a un acuerdo para evitar la prisión.

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Este viernes la tenista Arantxa Sánchez Vicario llegaba a un acuerdo con el Ministerio Fiscal. 2 millones de euros y 2 años de prisión. La pena de privación de libertad al ser de 2 años quedará suspendida durante ese tiempo por la potestad del juez, previo informe de Fiscalía. Un acuerdo beneficioso para la número 1 del tenis WTA (Asociación de Tenis Femenino) en 1995.

La suspensión del ingreso en prisión conlleva la obligatoriedad de no cometer delito alguno sea de la naturaleza por la que ha sido condenada o de cualquier otra. De ocurrir, ingresaría en prisión por el tiempo condenado con la suma del nuevo delito.

Este viernes Arantxa llegaba a los Juzgados con otro semblante. Tranquila. Nada parecía presagiar que iba a sufrir un ataque de ansiedad. El acuerdo entre la protagonista y la Fiscalía era una realidad. El delito de alzamiento de bienes lleva aparejado una pena de prisión de 1 a 4 años según apunta los artículos 257 y 258 del Código penal.


Sánchez Vicario cierra una etapa con la Justicia. Etapa en suspensión. Esta semana las declaraciones de la tenista mostraban otro momento de su vida. Se sentía víctima de su su ex marido, Josep Santacana. No es la primera vez.

Arantxa Sánchez Vicario ya se confesó víctima de sus padres hace 11 años

Ya sucedió en 2012 cuando Sánchez Vicario presenta su libro en Barcelona. En aquel momento, había sido víctima de sus padres desde niña. Hace 11 años Sánchez Vicario también narraba en la rueda de prensa y contado con puño y letra que no tenía dinero porque la gestión de lo ganado a lo largo de su vida (30 millones de euros) no dependía de ella. Había terceros e imputaba a sus padres y hermanos. Los titulares de aquella presentación recogían en su mayoría la palabra surrealista al referirse a la puesta en escena de una Arantxa “engañada” por lo más cercano.

Tiempo después fallece su padre. La escena del tanatorio y las declaraciones de la deportista son difíciles de olvidar. Desapego infinito hacia su familia y tristeza ausente. Aparentemente lo segundo. Lo primero más que demostrado con sus palabras.

Esta semana ha sucedido. Ahora no es su familia de sangre. Ha sido la adquirida por decisión propia. Arantxa Sánchez Vicario estos últimos días nos ha recordado otros momentos judiciales protagonizados por mujeres populares, famosas y reales de nuestro país. Memoria histórica del corazón es la Infanta Cristina, Isabel Pantoja o Mayte Zaldívar en sus declaraciones en sala judicial.

Eran mujeres que no sabían nada. Eran féminas que desconocían lo que se cocía en sus hogares. Quizás eran mujeres de plancha. Ahora tan en boga por la propaganda política. Ni unas ni otras tienen el perfil de ser planchadoras. De otra cosa, la Justicia dictó y ha dictado sentencia.