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Carmen, la mujer que “enloqueció” a Don Juan Carlos y Adolfo Suárez, al teatro

Una escritora hizo más grande la historia de amor, dedicación, feminismo y riesgo que supusieron todas las decisiones tomadas por la mujer que un día enloqueció a un Monarca y un presidente.

El Rey Juan Carlos y Adolfo Suárez vivieron tiempos de cambio junto a Carmen Díez de Rivera.

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Este próximo jueves llega a la cartelera teatral madrileña una de las historias de amor más fascinante de nuestra época contemporánea. Amor y política. El tándem perfecto. Apasionante su vida al mismo nivel que dura y cruel la renuncia a su amor. Carmen Díez de Rivera fue la musa de la Transición.

La mujer que consiguió convencer a para fijar el día de la legalización del Partido Comunista. Con mucha astucia y con el control absoluto de la sociedad que le tocó vivir. Año 1977. La hija de la marquesa de Llanzol nacida de una relación extramatrimonial con el ministro y cuñado de Franco, Ramón Serrano Suñer llega a la política de la Transición. Petición de y apoyado de manera indiscutible por el entonces presidente del gobierno Adolfo Suárez.

Carmen Díez de Rivera llegaba a España después de un largo retiro buscando serenidad. Necesitaba salir del infierno al que se enfrentó por la mentira de su madre. Tuvo que huir de nuestro país en busca de sosiego y paz. La religión se la ofreció. Y la obra social con los necesitados. A su lado, las monjas carmelitas.

Con Carmen Díez de Rivera nace el feminismo en la Transición

Días antes de casarse con su novio Ramón Serrano hijo su madre le dice que no puede contraer matrimonio porque ese chico es su hermano. Una verdad que le escondió hasta que ya no tuvo más salida. Quizás el silencio le hubiese producido mucha felicidad a Carmen pero no habría conseguido para nuestro país lo que logró trabajando mano a mano con Juan Carlos y Adolfo Suárez. Con Carmen nace el feminismo de la Transición.

Diez de Rivera fallece en 1999 a los 57 víctima de un cáncer. Meses antes decide contar su historia a la periodista Ana Romero. La pluma de la escritora hizo aún más grande la historia de amor, dedicación, feminismo y riesgo que supusieron todas las decisiones tomadas por la mujer que un día “enloqueció” al Rey Juan Carlos y el presidente Adolfo Suárez por su brillantez en pensamiento.

En una España en blanco y negro apareció un mujer preparada, inteligente y con las cosas muy claras. Estaba por encima de todos ellos. Y no gritó. Convenció. Desde el principio hasta el final. En la transición de nuestro país fue Carmen Diez de Rivera quien le aconseja a presidente que se quedó de pie cuando era peligroso hacerlo que la legalización del Partido Comunista se tenía que producir un Jueves Santo. En aquellos años no había periódicos Viernes Santo y Sábado de Gloria. Era una forma de intentar no levantar las pasiones de quienes aún no creían en esta legalización. Otros tiempos.

En el año 2006, ESdiario se encuentra con la hermana de Carmen en una fiesta madrileña. A la pregunta del periodista, Sonsoles Díez de Rivera pronuncia una frase lapidaria: “Yo no tuve ninguna hermana que se llamase Carmen”.

La familia renunció a ella. Sonsoles no quiso tener relación con su hermana por contar la verdad de su paternidad. Tuvieron la misma madre. El padre era distinto. Los últimos años de Carmen estuvieron vinculados a uno de los personajes más brillantes que ha tenido el papel couché. La duquesa De Alba estuvo pendiente hasta el último día de su vida. Al hospital de San Rafael en la capital madrileña, una asistenta de la duquesa De Alba le llevaba la comida que a ella le gustaba. A su domicilio del barrio del Viso en Madrid, tiempo antes, también.

La historia de Carmen Díez de Rivera llega al Teatro Español

Es historia de España. Feminismo de verdad. Autoridad política. Y nunca fue ni gritona ni pancartista. Su personaje ahora no tendría cabida entre las nuevas feministas. Otro nivel. Otra manera de ser. De actuar y apostar por la verdad. El jueves el director Fernando Soto lleva al Teatro Español de Madrid la historia de Carmen. Una apuesta arriesgada que ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid de quien depende este espacio teatral. Falta conocer si el director cuenta la historia cómo paso o se tuerce por el sectarismo de la izquierda poco informada. Todo es posible. Hay que esperar. La verdad de Carmen la conocen pocos. Una es la periodista Ana Romero.