Puigdemont, de prescindible a necesario: Sánchez y su pacto con el "diablo"
Con el voto CERA, el líder del PSOE necesita el sí de Junts y no solo la abstención. A estas alturas no hay dudas de que Sánchez va a agarrarse al "pactar lo que haga falta" para mantenerse.
El director de ESdiario, Antonio Martín Beaumont, analiza en su columna semanal en La Razón la situación a la que se enfrenta Pedro Sánchez después de que el voto CERA, el de los españoles en el extranjero, haya dado un escaño más al PP y arrebatado uno al PSOE. Un movimiento que aunque pueda parecer mínimo es clave porque antes Sánchez solo necesitaba la abstención de Junts y ahora necesita un sí de Carles Puigdemont.
Por lo tanto, el líder del PSOE necesita el apoyo de los siete diputados de Junts para seguir sumando con las izquierdas, los independentistas, los filoetarras y los nacionalistas. Desde luego, “toda una sopa de siglas en continua pelea”. La nueva realidad acerca a Feijóo a ser designado por el rey Felipe VI como candidato a la investidura aunque resulte fallida.
Este aumento de la importancia de Puigdemont en los planes del socialismo es, para Beaumont, un jarro de agua fría que “ha transformado los discursos optimistas del alto mando socialista y los ha puesto un tono más bajo”. Todo ello después de unas elecciones donde los ganadores parecían los vencidos y los derrotados los triunfadores.
Además, Sánchez parece dispuesto a de nuevo hacer historia negativamente hablando y romper la costumbre de que gobierne la lista más votada. Y es que, está quedando claro que el actual jefe del Ejecutivo hará todo lo posible para que Feijóo no le quite su preciado asiento. Ya ni siquiera se esconde de pedir el respaldo de una persona “que huyó en un maletero a Waterloo” y que "quiere la decadencia de España". Desde luego una negociación insólita que parece solo al alcance de Pedro Sánchez.
“A nadie se le escapa el peligro de acordar con el diablo”, expresa el director de ESdiario, que tiene claro que sería “un nuevo descarrilamiento democrático al que nos estamos acostumbrando más de la cuenta”. Sánchez se agarra al pactar lo que sea con quien sea y después se atreve a llamar “Gobierno progresista” a aquel que cuenta con la ayuda de Arnaldo Otegi, Oriol Junqueras y Carles Puigdemont.
Nuevas concesiones para ellos y un precio muy elevado a pagar por, por ejemplo, las instituciones de nuestro país, tomadas por el ‘sanchismo’. Ejemplo el del Tribunal Constitucional dirigido por Cándido Conde-Pumpido y que utiliza a su antojo para satisfacer a Bildu, ERC y compañía.
Además, ahora Puigdemont sabe que está en una situación de ventaja y seguro que lo aprovecha, “así que el prófugo puede hacerse valer complicándole al PSOE la existencia”. El 17 de agosto será una fecha clave, con la batalla por la presidencia del Congreso y la configuración de la Mesa. La conformación de las cortes también lo será y ahí el PP se juega parte del futuro próximo con sus nombramientos.