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Paro y políticas que espantan la inversión y penalizan el ahorro

Una oficina del Servef.

Publicado por
Pepe Encarnación

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El modelo, quieran a no verlo nuestros políticos, está agotado. Ningún mandatario cuando ha estado en el poder se ha preocupado en cambiar, en sentar las bases para una profunda transformación de nuestro sistema productivo. En turismo, seguimos con un modelo anclado en el pasado, intensivo en mano de obra, pero que se tambalea cuando nuestros competidores se ponen las pilas o tienen la suerte de no sufrir graves atentados terroristas en sus países. El sol y playa está bien, si se cuida y se ofrece calidad, pero hay que aspirar no sólo a emplear trabajadores en el sector servicios: ni todos pueden ser ingenieros ni tampoco camareros. En economía, en la de hoy en día, hay que diversificar para sobrevivir.Es lo que toda la vida se ha explicado como no poner todos los huevos en la misma cesta.

Por otro lado, el modelo industrial sigue sin acometer una reforma que propicie la competitividad (fíjense en Vestas, en León, la empresa danesa cobra 15 millones en subvenciones, y luego cierra la empresa, y se lleva la fábrica fuera...), y el talento sigue marchándose... Porque nuestros jóvenes universitarios, nuestros investigadores, después de formarse en España, con el alto coste que supone dicha formación para el Estado, se trasladan a otros países en donde hay más oportunidad de encontrar trabajo en lo que han estudiado, y sobre todo, en obtener sueldos dignos acordes a los esfuerzos realizados para conseguir una profesión. Es verdad que está tendencia va cambiando, y cada vez es más difícil salir de nuestras fronteras con cierta seguridad de alcanzar un mejor porvenir. Movimientos y partidos "populistas" y "ultranacionalistas" quieren levantar un muro contra los inmigrantes. Ya veremos lo que pasa este domingo en las elecciones de Suecia, claves para el futuro europeo. La migración es el gran problema que tiene que afrontar Europa, y esperemos que no sea el principio del fin de la Unión Europea.

Y volviendo a España, lo que no puede hacerse es una política que espante la inversión y anuncie penalizaciones al ahorro, ya que cualquier empresa tecnológica o financiera ahora se va a Irlanda antes que venir aquí. No podemos asustar a la ciudadanía ni a los empresarios -la mayor parte autónomos- con aumentar la fiscalidad para terminar con los diesel, o aumentar los impuestos a las pymes. Debemos crear certidumbre, seguridad a los inversores, y entonces incluso podremos aumentar la recaudación fiscal como explica la curva de Laffer.

La migración es el gran problema que tiene que afrontar Europa, y esperemos que no sea el principio del fin de la Unión Europea. Veremos qué pasa en las elecciones en Suecia

Nuestro país debe exigir un gobierno que se dedique a trabajar, no a espantar a las empresas. En lugar de salir en fotos y desenterrar muertos que a nadie o casi nadie interesa -se habla ahora más de Franco que hace 30 años, cuando su muerte estaba más reciente-, tienen que acometerse las reformas que hacen falta (mejorar la competitividad, reducir las duplicidades y reglamentaciones de las administraciones, reducir el déficit y la deuda y aplicar políticas de empleo serias).

Hablamos de empleo de calidad, porque aunque es evidente que con el PP de Mariano Rajoy se redujo el paro como nunca en España, también lo es que la mayor parte de empleo es precario. Si la reforma laboral que impuso Angela Merkel ha funcionado para que el enfermo no fallezca, también es verdad que ahora sería necesaria una mayor protección a los trabajadores y a las pymes para que al menos el paciente pudiera caminar, aunque fuera despacio. Además es la pescadilla que se mueve la cola. A mayores sueldos más aportación a la Seguridad Social, más garantía para el cobro de pensiones públicas y menos desigualdad social. La crisis económica ha debilitado a la clase media, que al fin y al cabo, es la que mantiene el chiringuito.

Si la reforma laboral que impuso Angela Merkel ha funcionado para que el enfermo no fallezca, también es verdad que ahora sería necesaria una mayor protección a los trabajadores y a las pymes para que al menos el paciente pudiera caminar

Inestabilidad política. El dinero es miedoso y por eso huyeron de Cataluña miles de empresas por el "golpe de Estado" de los separatistas. Si se observan los datos del mes de agosto, se puede apreciar que donde más ha subido el paro ha sido en Cataluña... (tienen lo que se han buscado los independentistas) y Andalucia, (que seguro que la culpa la tendrá la derecha que nunca ha gobernado). Por detrás aparece la Comunitat Valenciana, en un tercer puesto que vuelve a demostrar que la temporalidad es dañina para la economía real, es decir, la que percibimos cuando acudimos a la gasolinera, al supermercado o cuando enchufamos un aparato eléctrico

Y otro aspecto muy preocupante y que alerta de una deceleración de nuestra economía. Ninguna región se ha salvado del aumento del paro en agosto. Un síntoma preocupante.

Por último, un dato que tiene su trascendencia. Los servicios han protagonizado el incremento del desempleo en el octavo mes del año por la finalización de muchos contratos vinculados a la campaña estival. Así, el paro subió en 39.758 personas en este sector, pero también se incrementó en la construcción (9.246) y en la industria, con 8.110 parados más. Por el contrario, descendió en la agricultura en 4.562 personas.

Los servicios han protagonizado el incremento del desempleo en el octavo mes del año por la finalización de muchos contratos vinculados a la campaña estival

Por cierto, hablando de agricultura: ¿por qué este empeño en cargarse los trasvases cuando es un sector que funciona pese a los embites que ha recibido desde su entrada en la Unión Europea? Mucha demagogia y mucho ecologismo de salón. Hay que proteger la naturaleza, pero queramos o no, debemos buscar el equilibrio para que la productividad de nuestro campo no se desplome. Sí a los trasvases, sí a las desalinizadoras y sí a la interconexión de cuencas. Basta ya de demagogos que juegan con el pan de miles de familias en el Levante español.