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Atlético 1 - Alavés 0: Suárez y Oblak aclaran el panorama

Un Atlético agotado y ansioso se impone al Alavés (1-0) gracias a un solitario gol de Luis Suárez y a un penalti detenido por el portero esloveno en el tramo final del encuentro.

Luis Suárez, en uno de sus intentos ante la portería del Alavés.

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Sin Joao Félix, sancionado, Simeone tiró de los de siempre para intentar ganar al Alavés, uno de los equipos más necesitados de la Liga con un cambio de entrenador que, hasta ahora, no ha dado demasiado resultado. Y el técnico argentino, el hombre que cambió la historia del equipo del Metropolitano, se equivocó, porque la mayoría de los jugadores atléticos dieron muestra de cansancio físico y de alarmante falta de chispa en la primera parte.

Además, cada vez que las cámaras enfocaban a los futbolistas rojiblancos denotaban un rostro de angustia porque, guste o no, la irreal diferencia que el Atleti ha tenido durante la mitad de la Liga se está quedando peligrosamente en nada. ¿Qué pensarán Herrera, Kondogbia, Lodi, Torreira o Dembelé de que siempre estén jugando los mismos y ellos apenas cuenten con oportunidades? Simeone sabrá.

Como no podía ser de otra manera, el Atleti dominó la primera parte, pero Oblak tuvo que hacer muchas más paradas que Pachecho. Una jugada pudo haber determinado el partido. Ocurrió en el minuto 13 cuando un cabezazo de Giménez tropezó en el brazo de Edgar, el centrocampista canario del Alavés. En otros tiempos, aquello no habría sido nada de nada, pero el árbitro del VAR le dijo a Martínez Munuera, que no había pitado nada, que fuera a verlo al monitor. Por la televisión parecía una de esas manos involuntarias de toda la vida que esta temporada van directas al punto de penalti, pero el colegiado valenciano vio una rigurosísima falta en el salto de Giménez, que anuló todo lo demás. Surrealismo puro.

Después de aquella jugada, el Atleti pareció ver todos los fantasmas que le han dejado fuera de Europa y el Alavés se dio cuenta tirando contras bastante peligrosas. La tuvo Joselu, después Pere Pons y, en las postrimerías del primer tiempo, el central Laguardia, pero la suerte sonrió al Atlético. Por parte del equipo de Simeone lo intentaron Lemar, Correa y Suárez. El uruguayo, frustrado y ansioso a partes iguales no dio una salvo la ocasión que él mismo se cocinó con un disparo que lamió el poste derecho de Pacheco.

Parecía que la segunda parte, sin cambios, no cambiaba nada, pero en el minuto 54 llegó el golazo de Luis Suárez, 19ª de la Liga y 500 en su exitosa carrera, al cabecear de manera inapelable un fantástico centro de Trippier desde la banda derecha. Era el primer remate a puerta del Atlético de Madrid, que comenzaba a respirar aliviado.

Cuatro minutos después, la misma jugada, con Trippier poniendo otro caramelito a la llegada de sus compañeros concluyó con un paradón de Pacheco, que desvió al larguero un fenomenal zapatazo de Marcos Llorente.

El partido se abrió, básicamente porque el Alavés necesitaba puntuar y el equipo de Abelardo dispuso de un par de oportunidades ya que físicamente, especialmente el jovencísimo uruguayo Pellistri por la banda derecha, era muy superior a un Atlético terriblemente agotado.

No pasaba demasiado en el partido cuando Simeone decidió mover el banquillo y dar entrada a Saúl y a Herrera por Correa y Lemar, probablemente dos de los jugadores más móviles del Atleti. El mexicano, brillante en el primer tramo de la temporada, ha acumulado ausencias por COVID y después por un viaje a su país a causa del fallecimiento de su madre.

Como últimamente no hay partido sencillo para el Atlético, estaba claro que el conjunto rojiblanco iba a sufrir para ganar. Mejoró el once de Simeone con Herrera y de ese dominio se tradujeron dos ocasiones consecutivas para Luis Suárez. En la primera prefirió pasar a Carrasco, que no acertó a rematar. En la segunda, Pacheco realizó lo que mejor hace: paradones.


Error infantil de Savic y parada de Oblak en el penalti

Si Savic se empeñó el miércoles en autoexpulsarse en Londres ante el Chelsea, el montenegrino protagonizó un nuevo error infantil, dando un codazo sobre la misma línea del área a Luis Rioja cuando ya había desviado el balón. El árbitro no lo vio, pero el VAR le corrigió. Era el minuto 84. Penalti tan claro como regalado, que ¡oh, sorpresa! detuvo Oblak. Una parada, la primera del esloveno desde los 11 metros en los últimos 3 años, que puede suponer muchísimo de cara al tramo final de la Liga.

Y después del milagro del esloveno, todos a rezar. El Atlético no fue capaz de hacerse con el balón y la última buena oportunidad del partido fue del Alavés, con Pacheco intentando rematar un saque de esquina. Pero acabó en nada y el Atleti se lleva tres puntos trascendentales.

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