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Guardiola se queda sin Champions y un navarro levanta el trofeo más preciado

El Chelsea gana su segunda Champions de la historia, con Azpilicueta como capitán, al City de Guardiola gracias a un gol de Havertz que sentenció una final entretenida y de gran ritmo.

Los jugadores del Chelsea, celebrando el único gol del encuentro.

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El Chelsea ha ganado su segunda Champions de la historia al derrotar (1-0) al Manchester City con gol de Havertz en la primera parte en la final que se ha disputado, con público en las gradas, en el estadio O Dragao de Oporto.

No fue casualidad que el Chelsea eliminara, sucesivamente, al Atleti y al Real Madrid. Desde que Tuchel llegó al banquillo del equipo londinense en Navidades, el club de Stamford Bridge es el más exuberante de Europa. Y lo acaba de demostrar en la final de la Champions, en la que derrotó al Manchester City, en la continuación de la maldición de Guardiola con la máxima competición continental.

Fue superior el Chelsea al City en la primera parte. La posesión, como no podía ser de otra manera, fue para el equipo de Guardiola, pero las ocasiones fueron para los de Londres. Los blues presionan como nadie en Europa y salen a una velocidad desconocida en el resto del continente.

Ver la primera parte y recordar más de la mitad de los partidos de la recién terminada Liga española suponía una mezcla de deshonra y de vergüenza. Parecía que jugaban a otro deporte completamente diferente.

El Chelsea tuvo extraordinarias oportunidades en la primera parte, pero, si de algo adolece el equipo de Stamford Bridge, es de deficiente capacidad goleadora. Werner, excelente en los desmarques, no le marca a casi nadie y Havertz es mucho más técnico que artillero. Sin embargo, el mejor jugador del Chelsea en esa primera parte fue Mount. De las botas del joven mediapunta inglesa salió un pase extraordinario que Havertz transformó en el único gol del encuentro.

La segunda parte fue de absoluto dominio del City, aunque, curiosamente, la oportunidad más clara fue de Pulisic, que lo tuvo todo a favor para certificar la victoria. El asedio cityzen se aceleró justo después de la lesión que acabó con De Bruyne en la grada después de un terrible choque con Rudiger.

El gol del equipo de Guardiola parecía a punto de caer, pero Mendy, el portero del Chelsea, apenas tuvo que intervenir. Era más asedio y acoso por dominio y reiteración que con ocasiones claras. Mateu Lahoz, el árbitro español de la final de la Champions, añadió 7 angustiosos minutos y Mahrez, muy gris en todo el encuentro, estuvo a punto de marcar con un disparo que se fue por encima del larguero.

Un navarro, internacional para más señas, César Azpilicueta, levantó el trofeo de la Champions que, de nuevo, se le escapa a Pep Guardiola.