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En el país de los tuertos, España ve de lejos: exhibición deslumbrante en Catar

La selección debutó con una goleada histórica ante Costa Rica (7-0) en un apabullante choque que dejó infinitas lecturas positivas y todas las esperanzas para el devenir de un Mundial loco.

Marco Asensio, celebrando el segundo gol del equipo español ante Costa Rica.

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España hizo el debut soñado en un Mundial. Con una primera parte de ensueño y un partido muy completo, la selección nacional se impuso a la de Costa Rica (7-0) con doblete de Ferrán Torres, goles de Dani Olmo, Marco Asensio, Gavi, Carlos Soler y Morata y exhibición descomunal de un estelar Pedri durante la hora que jugó.

Con la sorpresa mayúscula en el otro partido del grupo, Luis Enrique sorprendió en su alineación titular introduciendo a Rodri en el centro del campo, a Azpilicueta por un resfriado Carvajal en el lateral derecho y con Marcos Asensio y Dani Olmo por los esperados Pablo Sarabia y Álvaro Morata en la punta del ataque.

El primer tiempo del conjunto español fue excelente. Dominó por completo la posesión, pero no se limitó a tocar y a tocar en horizontal, sino que en cuanto tuvo ocasión profundizó hacia la portería costarricense. Esos primeros 45 minutos fueron, sin duda, lo que imaginó Luis Enrique en su previa del encuentro. Todo lo que le gusta al seleccionador nacional lo hicieron sus chicos, con un Pedri omnipresente y espectacular que movió a su antojo al un equipo estupendo en ataque.

Después de dos primeras ocasiones, la primera de Dani Olmo y la segunda de Asensio, inauguró el marcador. Fue en el minuto 11 cuando el delantero del Leipzig aprovechó un estupendo pase de Gavi para, tras un control maravilloso, batió a un Keylor Navas, cuyas mejores temporadas pasaron hace unas cuantas.

Con el 1-0 en el marcador, la selección continuó atacando y la recompensa llegó solo diez minutos después con el tanto de Marco Asensio, que dictó una clase de lo que es jugar como falso nueve, al estilo de aquellos Silva o Cesc Fábregas con los que la selección tocó el cielo hace ya una década. El futbolista del Real Madrid jugó en ese lugar en el que no tiene sitio en el once de Ancelotti y lo bordó. Esta vez fue a pase de Jordi Alba y Asensio se volvió a aprovechar de la fragilidad de la defensa costarricense y, especialmente, de su antiguo compañero en el Bernabéu, Keylor Navas.

Se intentó estirar Costa Rica, pero España no solo jugó bien en ataque sino que replegó con rapidez y logró que nadie supiera de qué color era la camiseta de Unai Simón. A la media hora, un penalti claro sobre Jordi Alba fue transformado por Ferrán Torres, que puso un 3-0 justísimo, que ponía el broche a una primera parte excepcional, un baño absoluto, con los costarricenses persiguiendo sombras y España jugando el son de un Pedri monumental.

Luis Enrique, mucho más que un simple "streamer"

Sin cambios en España y con una Costa Rica un pelín más presionante comenzó la segunda parte. Y lo hizo con una buena ocasión de Marco Asensio, cuyo zurdazo en la frontal salió desviada por encima de la portería tica. Y el partido seguía igual, con un dominio insultante del equipo de un Luis Enrique que,aparte, es un técnico de primerísimo nivel, con una apuesta firme y decidida por el buen fútbol y por la elección de los mejores futbolistas para hacerlo.

Ferrán Torres, novio de la hija del asturiano, quiso agradecer la confianza que le da habitualmente su suegro y, a diferencia de lo que le pasa en el Barcelona, volvió a marcar. Lo hizo en el minuto 54 y, de nuevo, contó con la colaboración de Keylor Navas que, otra vez, dio muestras de ser un portero en franca retirada.

Descanso para los veteranos y el imperial Pedri

Con el partido absolutamente sentenciado, Luis Enrique empezó a mover el banquillo. Quitó a Ferrán Torres, ya con dos goles en la mochila, y metió a con media hora todavía para unirse a la fiesta. Hizo lo mismo con el mejor jugador del partido, Pedri, que dejó su sitio a Carlos Soler. En la siguiente ronda de cambios, un Luis Enrique exultante hizo debutar al azulgrana Balde, que ahorró minutos a Jordi Alba, y sacó a Koke, que hizo lo mismo con Sergio Busquets, para el que un partido ante un rival inferior, como fue el caso de Costa Rica, sigue siendo poco menos que una perita en dulce.

No pasada demasiado en el encuentro y todo seguía yendo de cara a la selección española, que dominaba sin césar. Marco Asensio se fue el banquillo en el 70 entrando en su lugar Nico Williams, que, solo con su presencia en la banda, parecía ya un peligro inmenso para una Costa Rica que ni atacaba ni sabía defender.

Y llegó el quinto tanto en un arranque fantástico de Balde, que continuó Morata. Navas obligó al atlético a salir del área, pero le dio tiempo a ver a Gavi que, fenomenalmente y de exterior, certificó la manita. Así, el centrocampista del Barcelona, la más sobresaliente de las pedradas de Luis Enrique, se convirtió, con solo 18 años, en el jugador español más joven en marcar en el Mundial.

Soler y Morata se apuntan a la fiesta

Ahí no acabó el encuentro ya que Carlos Soler se volvió a aprovechar de otra mala actuación de Keylor Navas marcando el sexto del partido. Y Morata el séptimo, después de un pase de auténtica fantasía de Dani Olmo. Y no hubo más goles, porque no se necesitaban. Y eso que, con el resultado cerrado y sin apenas interrupciones, el árbitro había decidido prolongarun partido que pasará a la historia, no solo de la selección española, sino de los Mundiales en sí.

La apabullante victoria española se convierte, por supuesto, en el mejor escenario posible para jugar la segunda jornada ante la frustrada Alemania. Será el domingo a las 20:00 horas y será una final para los germanos y una oportunidad pintiparada para confirmar que lo de hoy ha sido muchísimo más que un brillantísimo espejismo ante un rival impropio.