Villarreal 2 - 3 Real Madrid: A Ceballos regalado no le mires el diente
El sevillano entra en la segunda parte y revoluciona el partido: un gol, una asistencia y clave en la remontada del Madrid, que perdía 2-0 y acabó ganando en Villarreal.
Dani Ceballos, héroe. Sí, él. El inesperado. El utrerano se echó al Madrid a sus espaldas cuando caía 2-0 en Villarreal y con un gol, una asistencia y echándose al equipo blanco a sus espaldas fue capaz de liquidar a un Submarino (2-3) que se las prometía muy felices. De la crisis al éxtasis en 45 minutos, pero a Ceballos relagado no le mires el diente.
Si no es una crisis, se le parecía mucho. Por primera vez en la segunda era Ancelotti, el Real Madrid andaba con muy mal aspecto. Desde un par de semanas antes del Mundial, y desde que se regresó de Catar, el bicampeón de Liga y Champions andaba con un gripazo de agárrate y no te menées. Los síntomas los conocíamos todos, los rivales ejercían de virus perfecto y nadie era capaz de ponerle una taza de caldo calentito para que el constipado no se convierta en algo más.
Si hace apenas diez días los dos equipos se midieron en Liga y el Villarreal demostró que sabía cómo jugarle a los blancos tanto como para hasta ganarles, los blancos parecieron no haberse enterado de nada. Porque la presión adelantada de los de Setién fue un escollo demasiado empinado durante el primer tiempo. La misma infección que colapsó a los de Ancelotti hace unos dias, sin remedio. Ni una mala cataplasma.
El golazo de Capoue a los cinco minutos por supuesto que influyó en el desarrollo del partido, porque fue un mazazo en la cabeza de un enfermo. Pero no puede ser la única excusa al de nuevo paupérrimo juego blanco en el primer tiempo. Hay jugadores que empiezan a chirriar, como sucede siempre que un equipo no funciona, y hacer la lista con ellos tampoco aventuraría nada positivo. Es simplemente que el equipo está hecho unos zorros, de arriba a abajo.
Al descanso se llegó 2-0 para el Villareal y el resultado puede considerarse hasta corto, porque los de Setién hicieron méritos para algo más que el gol de Chukwueze al filo del descanso. Militao sacó bajo palos un remate de Yeremy Pino, Courtois tuvo que hacer un par de paradas de mérito, una aparición milagrosa en defensa de Valverde… Por parte del Madrid, una ocasión de Rodrygo desbaratada por Pau Torres bajo palos, pero poco más.
La remontada
Eso de moverse en el filo de la navaja es lo que le gusta al Madrid, por si a alguien se le olvidó la pasada Copa de Europa. Es como si se abriesen los cielos. Y todo comienza siempre por cambios que nadie entiende: se fueron Rodrygo y Kroos, entraron Asensio y Ceballos. Y el sevillano le cambió la cara al partido desde que puso un pie sobre el alborozado estadio de La Cerámica.
El Madrid, de repente, estaba sobre el campo. A los dos minutos de saltar al césped, Ceballos descerrajó un estupendo pase a Vinicius que el brasileño no desperdició. El Madrid, que era un muerto viviente, estaba de parranda. Y había decidido volver a casa, tomarse un café y ponerse al tajo. Poco después, Militao aprovechaba un despeje de Jorgensen a remate de Benzema y elevaba las tablas al marcador.
Y a cinco minutos del final, tras una jugada de Vinicius y una mala definición de Asensio, fue el propio Ceballos, quién si no, el que remató la remontada marcando el 2-3. Unos 45 minutos que alejaron de un plumazo la palabra crisis del entorno madridista. Los de Ancelotti están en cuartos de Copa, con la moral por las nubes tras una remontada en un campo complicadísimo y recuperando jugadores para la causa.