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Telecinco desvela la declaración de Jenni Hermoso ante la Fiscalía

El programa Código 10 emite íntegra la declaración de la futbolista tras el "piquito" de Rubiales y es categórica: no fue consentido y recibió presiones hasta en cuatro ocasiones

Jenni Hermoso dejó malparado Rubiales ante la Fiscalía

Publicado por
Mariola López

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El programa 'Código 10', emitido ayer excepcionalmente en Telecinco. emitió en exclusiva ayer lunes la declaración de la futbolista Jenni Hermoso el pasado 5 de septiembre ante la Fiscalía sobre el caso del beso de Luis Rubiales. En esa declaración, se vio a una Hermoso muy tocada por lo ocurrido y especialmente afectada por las numerosas presiones que recibió de Rubiales y de la RFEF para que la escena del beso no tuviera consecuencias

Hermoso denunció los daños ocasionados hacia su persona debido al beso protagonizado durante la ceremonia de entrega de medallas cuando España ganó el Mundial Femenino: "Mancharon mi imagen. Yo, como jugadora, no fui protegida. A mí ellos me pedían que les protegiera, pero... ¿y a mí? Eso me lo repetí mucho y se lo dije a ellos. A mí nadie me sacó la cara, nadie la ha dado por mí, yo no busqué nada de lo que había pasado".

Sobre el momento concreto del beso, Hermoso explicó a la Fiscalía que sí es cierto que ella y Rubiales intercambiaron unas palabras, pero declaró que no hubo consentimiento: "Lo primero que le digo al abrazarle fue 'la que hemos liado'. El pega un salto sobre mí, yo me mantengo firme para sostenernos. A la que baja me dijo que este Mundial lo habíamos ganado gracias a mí. Lo siguiente que recuerdo son sus manos en mi cabeza y no recuerdo haber escuchado nada más". Así, desmiente la versión de Rubiales sobre que éste le preguntó el ya célebre "¿un piquito?".

Hermoso describió el momento como un shock ante el que no supo reaccionar: "No me lo esperaba, no me esperaba que en ese escenario… Era la entrega de medallas de un Mundial. Mucha emoción, mucha alegría, pero yo no busqué ese momento ni hice nada para que se llevase a cabo este acto. En ese momento estaba en shock. Era un hecho histórico, nos había costado la vida, en ningún momento me podía esperar que pasara algo así. Yo abracé a la reina, a su hija… Rubiales era una persona de confianza, yo no pensaba que fuese a hacer algo así. No tuve tiempo de reaccionar, al instante me bajé a la tarima y lo primero que hice fue decírselo a mis compañeras Alexia Putellas e Irene Paredes", reveló sobre lo ocurrido.

Preguntada directamente sobre el consentimiento, que es clave para el caso, declaró: "En ningún momento fue consentido. Me sentí no respetada, no se me respetó ni como jugadora ni como persona. Yo estaba viviendo algo histórico y pensé que algo así iba a acarrear consecuencias. Yo no hice nada para encontrarme con esa situación".

Cuatro coacciones

El otro presunto delito que habría cometido Rubiales y su entorno es del de coacciones sobre Hermoso por haberla presionado para que declarase públicamente que el beso fue consentido. Jenni lo contó así a la Fiscalía: "En el vestuario, entró Ana Álvarez, directora deportiva, y me dice que me llama el presidente que necesita que salga. Él está fuera de la puerta del vestuario y me dice 'Jenni, se está hablando mucho del beso'. Yo ahí le dije que yo sabía cómo había sido, que no había estado bien y que él sabía que le iba a caer. 'Lo que has hecho lo has hecho delante de todo el mundo', le dije. (...) De repente, me dijo que necesitaba decir algo en el vestuario. Pasé con él y ahí ya era consciente de lo que estaba pasando".

Después, la siguiente presión llegó en el autobús: "Para el autobús, se hace un silencio mortal y me empiezan a decir desde delante que baje, que baje rápido. Bajé y me enseñaron un escrito, yo no dije ninguna palabra de ese escrito. Tenemos que poner esto porque se está montando mucho jaleo y tenemos que quitarle hierro al asunto. Yo les dije que hiciesen lo que quisieran, pero no escribí ni dije ni una palabra de ese escrito. Me sentí coaccionada". "Yo dije que no y me dijeron 'míralo, que no va a pasar nada y lo mandamos a la Prensa", contó.

El siguiente episodio de presión fue en el vuelo de vuelta a casa. Rubiales aprovechó, según ella, que iba al baño. "Ellos iban delante de nosotras, en Business, y estaban reunidos. Su jefe de prensa, su grupo de trabajo... todos. Ahí vimos que algo no iba bien. Recuerdo ir al baño y verle de pie. Ahí me llamó. Fuí y me dijo que se estaba formando una gorda con el beso y que le tenía que ayudar, que tenía que salir con él en un vídeo cuando parásemos en Doha. Decía que le estaban llamando 'acosador'. Yo le dije que no, que ya le había dicho antes que se iba a liar".

Por último, continuaron las presiones ya en España, en la fiesta de Madrid con la afición. Después, en el viaje de regalo a Ibiza, siguieron esas presiones. "Nos fuimos a Ibiza y según llego a Ibiza estaba el director de marketing. Me pasa el teléfono de otra persona, del director de Integridad, que estaba haciendo un informe, y me dicen que tengo que hacer un 'Zoom'. Yo les pregunté si estaba obligada, ellos me dijeron que era lo que había decidido la RFEF y que había que hacerlo, aunque no estaba obligada. Yo le dije que quería consultarlo con mi agente, más si me decían que estaba obligada de aquella manera. Eran muy insistentes". Para rizar más el rizo, Hermoso aseguró que personas cercanas a Rubiales comenzaron a acosar a una de sus amigas, de nombre Ana, para que intercediera a favor de Rubiales

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