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Una pelea interna en el Bernabéu desata la tormenta: aún hay violentos dentro

Veinte integrantes de la Grada Fans mandaron al hospital a un antiguo Ultrasur tras agredirle en el estadio. Carlos Clara, detenido por la agresión y lider de esa grada, tiene antecedentes

Imagen del tifo roto del derbi madrileño (foto: @xFootballWorld_ en Twitter)

Publicado por
Miguel Queipo de Llano

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Todo aconteció con el partido empezado. La Grada Fans del Real Madrid, esa charanga artificial ideada por el club blanco para darle colorido al Fondo Sur tras la expulsión de Ultrasur de esa zona por la deriva violenta que acontenció en el seno del grupo radical entre 2010 y 2013, estaba preparado para desplegar un tifo (la decoración a base de cartulinas y lonas típica de los estadios de fútbol) antes del partido entre los de Ancelotti y el Atlético del pasado domingo. "El escudo de la hinchada madridista clavado en el corazón", se tendría que leer en la leyenda.

Se tendría. Porque un problema con las cuerdas tensoras del tifo provocó que parte de éste se quedara enganchado en los voladizos del segundo anfiteatro y se rajara. Una decoración a medias, un bochorno en uno de los días más importantes del año en el estadio. Algunos de los responsables de la Grada Fans encargados de desplegar aquello bajaban malhumorados a sus localidades cuando, en mitad de los pasillos interiores, se cruzaron con Pumuki, un antiguo Ultrasur, que se dirigía a su localidad. Eran cerca de 20 'graderos' comandados por Carlos Clara, presidente de la Peña La Clásica (una de las que conforman la Grada Fans) y, según han confirmado fuentes policiales a ESDiario, "con antecedentes".

Los veinte 'graderos' persiguieron a Pumuky, le aporrearon sin piedad dentro del estadio y le mandaron a La Paz: quince puntos de sutura en una ceja y la nariz como la de Espinete. La Policía Nacional retuvo a once individuos, a diez les expulsó del estadio y a Carlos Clara le mandó a la Comisaría de Chamartín, donde pasó la noche en el calabozo. Al día siguiente quedó en libertad sin cargos aunque contra él pesan dos denuncias por agresión, una de la propia Policía Nacional y otra, del agredido.

Mientras, la Grada Fans del Real Madrid comenzó una huelga de animación como señal de protesta por la detención de su líder. En un derbi. A la Grada Fans, a la que el Real Madrid vende como si fueran los primos de los Teletubbies de buenazos que son, le parecía fantástico iniciar una huelga de animación como consecuencia de que uno de sus líderes se liara a mamporros contra un espectador dentro del estadio. El aficionado madridista se percató de lo ocurrido y comenzó a animar, dado que el foco del Bernabéu destinado a ello permanecía silente.

El remedio desató aún más los nervios en la Grada Fans: parte de sus integrantes amenazaron haciendo gestos de cortar cuellos y profiriendo oleadas de insultos a los aficionados de a pie que animaban a su equipo. La división en el madridismo es ya total: la inmensa mayoría de socios del club ve a la Grada Fans como un postizo y como un problema. Repleta de antiguos ultrasur blanqueados por el rodillo mediático de la entidad, es tanto o más violenta que la anterior, pero con buena Prensa.

El problemón de Florentino

Florentino Pérez, el presidente de la entidad, mientras, no es consciente del problema que le han originado desde el área social, el gabinete de presidencia y parte de sus directiva. Ellos han sido los impulsores de la Grada Fans. Una grada conformada en su gran mayoría por no socios que crea problemas en todos los desplazamientos, cuyos líderes son en su inmensa mayoría de extrema derecha y con antecedentes penales y policiales, que han provocado un cisma dentro del madridismo creando madridistas de primera y de segunda (siendo los de segunda los socios de la entidad) y que nadie, absolutamente nadie dentro de la masa social, ve bien. Si encima ya agreden a madridistas en su casa, dentro del estadio, el problema de Pérez es gigantesco.