Cádiz 0-3 Real Madrid: De 'SuperKarim' no se baja nadie
Los de Zidane sentencian al Cádiz en 45 minutos en un partidazo del delantero francés. Carvajal, tras su calvario con las lesiones, volvió a calzarse las botas.
En pleno estruendo por la Superliga, con la imagen mundial del Real Madrid hecha añicos y con el título de Liga en juego, con seis camiones de palés de ausencias, el partido del Carranza ante el Cádiz era una prueba de fuego para el equipo de Zidane. Y los de blanco se dieron un homenaje tras una primera media hora tibia. Pero emergió SuperKarim Benzema, y de esa propuesta no se bajó nadie. Un vasito de caldo en la Tacita de Plata (0-3) para ponerle sordina aunque fuera durante un rato a las tierras resquebrajadas por la guerra civil supercopera.
Sorprendió Zidane de inicio, aunque si no tiene a su disposición a su once de gala, que entonces siempre tira de él, el entrenador francés siempre deja su sello. Tres centrales, Antonio Blanco titular junto a Casemiro. Un 3-4-3 de manual que fue, a la postre, decisivo para inclinar el partido del lado del vigente campeón de Liga. Porque Nacho, central izquierdo, podía soltarse para presionar arriba y en esa superioridad en el medio, con Casemiro y Blanco solidísimos y con mordiente, el Madrid decantó la balanza a su favor.
Claro, que para eso tardó. Porque el Madrid, con tantas bajas, es diésel. Ratea, suelta humo en las cuestas si pican para arriba, incluso a veces le rasca la segunda. Pero en cuanto coge velocidad, devora kilómetros con una facilidad pasmosa. A Varane le costó un rato domar a Negredo, porque el canterano madridista es complicado de sujetar, y al equipo le faltó algo de temperatura para entrar en calor.
Pero todo se desencadenó en un tontísimo penalti, pero penalti clarísimo, de Iza a Vinicius, por un pisotón involuntario pero que no pasó inadvertido ni para la sala VOR ni posteriormente para Mateu. Aquello de que las autoridades competentes iban a fusilar al Madrid por su pulso a las instituciones saltó por los aires. Benzema marcó desde los once metros y, en diez minutos magistrales, pulverizó al Cádiz.
Porque Benzema fue SuperKarim, y cuando está con todas las luces encendidas de su barco no se rila nadie. Cuatro minutos después, una recuperación altísima al alimón entre Marcelo y Nacho permitió al galo meter un centro medido al segundo palo, donde apareció… ¡Odriozola! para marcar de cabeza a placer. Un tanto del vasco y de cabeza. Es de suponer que su magnífico tupé no habrá perdido cualidades fotogénicas. Y apenas cinco después, y a centro de Casemiro, de nuevo Benzema hacía el 0-3 antes del descanso. El partido estaba ya más que sentenciado.
Así que, pese a que Álvaro Cervera hizo cuatro cambios para al menos tratar de que el Cádiz enseñara las uñas, el Madrid vivió plácidamente, le faltó acercarse por Casa Manteca y ponerse morado a chicharrones con una cervecita mientras veía caer el sol en La Viña. Cada vez que le caía un balón a Benzema, pasaba algo. Un arreón madridista, una ocasión de Marcelo… Los de Zidane no sufrían, el Cádiz pensando ya en otras cosas, y sólo algunos despistes de Militao provocaron un par de ocasiones amarillas.
Zidane decidió también poner la cabeza en el Chelsea, que queda menos de una semana, y quitó a Benzema a falta de cuarto de hora para el final. Carvajal, por fin reaparecido tras su calvario con las lesiones, y Miguel Gutiérrez dispusieron de algunos minutos. Y al final, afortunadamente, tocaba hablar de fútbol y no de superligas, traiciones y demás pasatiempos falconcrestianos. Justo lo que debe ser. Claro, que con SuperKarim en acción puede uno olvidarse de casi todo. Hasta de Rociíto.