Las promesas de Hamás: 10.000 euros y casa por cada niño o anciana secuestrado
El Ejército de Israel muestra los interrogatorios a milicianos de Hamás y enseña a los periodistas, sin censura, 43 minutos de las barbaridades de los terroristas. Sus caras lo dicen todo.
El Ejército de Israel convocó a cientos de periodistas internacionales a una de sus bases cercanas de Tel Aviv. Allí les iban a enseñar la secuencia de las imágenes captadas por los propios terroristas y por los asesinados de lo que sucedió ese fatídico sábado del 7 de octubre en tierras israelíes, cuando Hamás lanzó un ataque brutal y sin precedentes que ha marcado un antes y un después en este conflicto interminable.
“43 minutos de sangre. 43 minutos de violencia extrema. 43 minutos de odio desatado. 43 minutos de realidad”, explica en su artículo del ABC el enviado especial de este medio a Israel, Mikel Ayestarán. Imágenes tanto de cámaras de seguridad de los kibutz asaltados, como de los móviles de las víctimas y por supuesto grabadas por los propios asaltantes para utilizarlas como propaganda del terror. La reacción de algunos de los periodistas sirven para hacerse una idea de lo que se pudo ver en esa sala.
Todo ello mientras las fuerzas israelíes bombardean Gaza como respuesta, dejando a su paso también gran cantidad de víctimas civiles. Sin embargo, para justificar estos actos, altos cargos del ejército de Israel han afirmado que lo que están haciendo ahora no es comparable con lo que hizo Hamás: “Esto no fue una operación militar, fue un acto bárbaro con el objetivo de matar y secuestrar al mayor número posible de israelíes”.
En su artículo Ayestarán también cuenta que los militares israelíes dudaban si enseñar estas imágenes que son utilizadas normalmente solo a nivel interno para que los soldados entiendan por qué están en guerra y por qué contraatacan con tanta fuerza.
10.000 euros y un apartamento por niño o anciana secuestrada
El Ejército de Israel también ha hecho públicos algunos de los interrogatorios a miembros de Hamás capturados. En ellos los milicianos cuentan la orden directa que les dieron sus altos mandos: no dejar vida a su paso salvo la de algunos niños y ancianos que serían secuestrados para en un futuro poder utilizarlos. “Limpiar las casas y secuestrar a tantos prisioneros como sea posible”, asegura uno de ellos, que también confiesa lo que prometían a cambio: 10.000 euros y un apartamento por niño o anciano secuestrado y llevado de Israel a Gaza.
Es por ello que los residentes de los kibutz más cercanos a la Franja fueron los principales objetivos. Entre ellos las autoridades israelíes incluyen a Iván Illarramendi, el otro español desaparecido además de Maya Villalobos, de la que se confirmó su fallecimiento en el ataque de Hamás a la base militar donde esta joven de 19 años hacía su instrucción.
Illarramendi sigue desaparecido y sin dar señales. Aunque Israel le incluyó entre los secuestrados, desde su familia todavía dudan de ello y del paradero de este vasco que vivía junto a su mujer de origen chileno a apenas 2 kilómetros de la Franja.