Fernández activa el teléfono rojo para arruinar la traca final de Sánchez
La gestora y la dirección del Grupo Parlamentario Socialista contienen el aliento y redoblan el esfuerzo para evitar un nuevo escarnio escenificado en una rebelión en masa de los pedristas.
La suerte está echada. El Congreso ha certificado este jueves el primer trámite de la investidura de Mariano Rajoy, con un plúmbeo debate y la votación formal esperada: 170 síes para el candidato frente a los 180 noes. Pero dentro de 48 horas todo será muy distinto, la abstención alumbrada en el Comité Federal del pasado domingo se instalará en el PSOE y el presidente en funciones será, al filo de la 8.30 de la tarde, presidente con todas las funciones que Rajoy perdió cuando se convocaron las elecciones del pasado 20 de diciembre.
Mientras el PP vive con relajación las 48 horas que faltan para el sábado, y el runrún de quinielas circula entre los dirigentes populares con el desconcierto propio del hermético inquilino de La Moncloa, la zozobra se ha instalado en el PSOE y, sobre todo, en el Grupo Parlamentario Socialista. La gestora se reconoce incapaz de intuir qué hará el sábado Pedro Sánchez y al dilema que el exsecretario general mantenía en los últimos días, acatar o desafiar, se ha sumado en las últimas horas una tercera salida: un ruidoso portazo substanciado en la renuncia al escaño.
Fuentes socialistas consultadas por ESdiario reconocen que este viernes y parte del sábado "hablarán los que tienen que hablar". Van a ser, añadían estas fuentes, 40 horas vertiginosas para tratar de contener daños. Y es que en las últimas horas entre los 85 diputados socialistas ha circulado la especie de que la indignación con la actitud de la gestora y del PSOE de Andalucía ha engrosado las filas de los rebeldes.
En concreto, los pedristas denuncian el intento de humillación que dicen sufrir y ponen como ejemplos la amenaza de ser expulsados al Grupo Mixto o la carta, filtrada a los medios de comunicación oportunamente, remitida este miércoles por el portavoz Antonio Hernando con un "innecesario recordatorio de lo obvio": que el Comité Federal aprobó este domingo la abstención.
La gestora, y así se lo ha trasladado el propio Hernando a Javier Fernández, maneja al menos 12 deserciones seguras. Esa decisión sería firme ya a estas horas en los siete diputados del PSC, las independientes Margarita Robles y Zaida Cantera, el vasco Odón Elorza y dos diputadas más, Susana Sumelzo y Rocío de Frutos.
Sin embargo, a esa lista podrían sumarse cinco efectivos más: el propio Sánchez, los dos diputados por Baleares, una electa por Palencia y otra por Zamora.
"El teléfono rojo de Fernández va a arder este sábado", ironizaba un susanista con mando en plaza, partidario de reconducir la situación con mucha mano izquierda. Se trataría de que el propio presidente de la gestora reclamara al exsecretario general su mediación ante sus fieles para que reconsiderarán su voto.
La dirección provisional entiende que la de Sánchez es una situación diferente y que se le debe dar margen para ser "coherente" con su estrategia en los dos últimos años. Además, los oficialistas recuerdan que él mismo sabe que desobedecer al Comité Federal será una rémora para sus aspiraciones inmediatas, si es que las tiene.
Sánchez tiene una cita el domingo en Salvados. Una entrevista con Jordi Évole que ha desatado todo tipo de especulaciones y que tiene a los susanistas de los nervios. Y es que, apurado el trago que este jueves ha tenido que pasar Antonio Hernando, lo que menos desean Susana Díaz y Javier Fernandez es un "bombazo" de su gran rival en prime time.