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Un Gobierno de ministros más marianistas que Mariano para una misión muy difícil

El presidente ha elegido un Ejecutivo militante, de carné, para su segunda y última legislatura. No se ha atrevido a nombrar un segundo vicepresidente, aunque Guindos lo será en la práctica.

El Gobierno incorpora seis caras nuevas.

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Mariano Rajoy ha elegido un Gobierno militante, de carné, para su segunda y última legislatura. Que además tiene toda la intención de que dure cuatro años y no sólo unos pocos meses, por mucho que se hable de unas elecciones anticipadas.

Y ha confeccionado un Gobierno de más marianistas que el propio Mariano. Desde Soraya Sáenz de Santamaría a María Dolores de Cospedal, pasando por Juan Ignacio Zoido, Álvaro Nadal y Dolors Montserrat.

Ni siquiera ha habido ese fichaje exótico con el que se especulaba, como en 2011 lo fueron José Ignacio Wert, Pedro Morenés y el propio Luis de Guindos, ninguno de ellos afiliados al PP.

Entonces Rajoy abandonó el partido para recluirse entre los muros presidenciales y se abrió un abismo entre La Moncloa y Génova. El año pasado se dio cuenta del error y volvió a mirar al PP. Hasta volvió a presidir las reuniones de su comité de dirección.

Este Gobierno es en buena medida fruto de aquel viraje que empezó entonces; aunque la presencia de Sáenz de Santamaría y Cospedal en el mismo barco puede provocar algunas zozobras.

Con ello cuenta Rajoy, que por eso ha decidido mantener a la primera como única vicepresidenta para que ella siga mandando en el Gobierno y la también secretaria general de los populares, en el partido. Por si no quedaba claro, el CNI sigue en sus manos en vez de pasar a las de Cospedal.

No obstante su relevo como portavoz del Ejecutivo (adelantado por ESdiario hace una semana) en favor de Íñigo Méndez de Vigo es la forma que tiene el presidente de poner diques al océano de competencias que la vicetodo tenía hasta ahora.

En el entorno de Rajoy no ha extrañado que éste no se haya atrevido a nombrar a un segundo vicepresidente, aunque en la práctica lo será Luis de Guindos sumando Industria a Economía y Competitividad. Habría sido desairar a la de Valladolid.

De Dolors Monterrat (Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad) se dice que es la nueva niña de Rajoy, cuyo nombre sonó como relevo de Alicia Sánchez Camacho en el PP catalán. A Juan Ignacio Zoido (Interior) le debe el presidente haberse hecho cargo del PP de Andalucía en un momento muy difícil, tras la marcha de Javier Arenas.

Álvaro Nadal (Energía, Turismo y Agenda Digital) es un producto puramente de Rajoy, con quien ha crecido profesionalmente desde que el jefe le dio galones en el grupo parlamentario en la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero. Lo mismo que Fátima Báñez.

Alfonso Dastis (Asuntos Exteriores) ha compartido innumerables viajes con el presidente, y cuentan que fue uno de sus primeros traductores. Y a Íñigo Gómez de la Serna le hizo Rajoy alcalde de alcaldes, presidente de la FEMP, un cargo al que el líder de los populares siempre ha conferido mucha importancia.

Los nuevos ministros sabrán negociar, llegar a acuerdos. Porque todos están curtidos. Y porque además no les queda otro remedio.