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El bluf de su ruta en coche da a Pedro Sánchez más motivos para llorar

Ya ha pasado medio mes desde que el exsecretario general del PSOE renunció a su escaño y anunció que se echaba a la carretera y en el partido su estela se está apagando más pronto que tarde.

Pedro Sánchez, en el momento de anunciar la renuncia a su escaño

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Si una imagen vale más que mil palabras, la instantánea que este martes abrió el primer pleno de la legislatura fue, para el PSOE, una catarsis. El minuto en el que la concejala madrileña Carlota Merchán tomaba posesión de su acta de diputada, la misma que abandonó Pedro Sánchez el pasado 29 de octubre.

Una escena que puso oficialmente fin a dos años de pedrismo y que, para la mayoría de los diputados, supone el entierro definitivo de su legado. Rafael Simancas ocupa ahora el escaño de Sánchez y Eduardo Madina calienta, justo detrás de él en la bancada socialista.

"A partir del lunes cojo mi coche para recorrer de nuevo España y escuchar a los militantes", sentenció aquel sábado de su huida hacia adelante. Pero ha incumplido su palabra. En estas ya más de dos semanas, Sánchez tan sólo ha cogido dos cosas con determinación: su fusil en Salvados y un avión rumbo a Estados Unidos para participar en un seminario político como ponente.

Entre los barones y gran parte del grupo parlamentario ha cundido la sensación de que Sánchez ha arrojado la toalla en su intención de reconquistar el PSOE. "Pedro pensaba que sin controlar el aparato del partido todo iba a ser igual, pero sin aparato las puertas de las agrupaciones se cierran", asegura a ESdiario un diputado que ostentó responsabilidades orgánicas en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero.

Desde que Sánchez anunció que se lanzaba a la "reconquista" todo han sido malas noticias para él. Primero un sondeo del CIS que certificaba su oscuro legado convirtiendo a Podemos en primera fuerza de la izquierda.

Después, el demarque del que fuera su más importante alfil, Patxi López. Acto seguido, los barones afines al pedrismo han ido tendiendo puentes con la gestora y, finalmente, el grupo de pedristas en el Congreso ha quedado reducidos a la combativa Margarita Robles.

"¿Pedro queeé?", ironiza con cierta maldad uno de los hombres de Susana Díaz en el Congreso preguntado por las posibilidades del exsecretario general. Los susanistas creen que la gran baza que ha noqueado a Sánchez ha sido la decisión de Javier Fernández de darle al proceso precongresual "toda la calma del mundo". "Pedro se tiene que desengañar, en un mes ya nadie se acordará de él, si es que alguien aún se acuerda", añade el citado diputado.

Hasta el momento, los pasos dados por Sánchez se limitan a la creación de una página web sanchezcastejon.es, y una campaña de crowdfunding de algunos de sus fieles para recaudar fondos con los que financiar una gira por las agrupaciones que parece llamada a certificar el fracaso de sus promotores.

En este sentido, hace apenas unos días Sánchez recibió por vía interpuesta un mensaje bien claro del barón más fiel a Susana Díaz, el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.

El portavoz de los socialistas extremeños, Miguel Angel Morales, recordó a Sánchez que es un militante del PSOE y como tal "puede viajar por España entera" pero con un matiz: cuando alguien quiere reunirse con una agrupación "a efectos oficiales por alguna cuestión, es la dirección la que marca las pautas". "La gestora marcará los plazos y será entonces cuando aquellos que estén interesados en liderar el partido podrán dirigirse a la dirección, que será la que establezca los cauces de comunicación cuando corresponda". Y es que Sánchez se ha topado con la dura realidad.