Sánchez da un golpe bajo a sus alcaldes catalanes y pone a Colau por delante
El líder del PSOE está dispuesto a aguantar carros y carretas de la alcaldesa con tal de mantener el pacto en Barcelona. El malestar generalizado le obligó a un gesto posterior a sus ediles.
El fugaz paso del líder del PSOE, Pedro Sánchez, por Cataluña en este martes de resaca de la Diada más determinante de la última década, ha dejado un amargo regusto en un importante sector del PSOE y un palpable malestar en otro sector muy destacado de los socialistas catalanes. "Ha vuelto el guadiana Sánchez", ironiza en ESdiario un diputado del PSOE andaluz en el Congreso.
Y todo después de que a la valiente posición de algunos primeros ediles del PSC -y muy decisivos para la resolución del reto del 1-O- en defensa de la legalidad vigente y contra la colocación de las urnas del referéndum ilegal en sus dependencias municipales, Sánchez haya respondido con un guiño a Ada Colau que ha caído como un jarro de agua fría entre muchos dirigentes socialistas.
En concreto, el secretario general de los socialistas anunció que su partido no romperá el pacto que tiene el PSC en el Ayuntamiento de Barcelona aunque la alcaldesa ampare y colabore con el 1 de octubre. "Cuando el PSC se mete en un gobierno, se incorpora con todas las consecuencias (...). Eso está por encima de cualquier otra consideración", afirmó.
Sánchez ha dado este martes oxígeno a los secesionistas en un momento decisivo con su guiño a Colau y dejando a los pies de los caballos a los cuatros ases del PSC que pelean por la legalidad.
Y es que mientras la alcaldesa de la Ciudad Condal duda -en el PSC creen que trabaja con una calculada ambigüedad-, este lunes dos importantes alcaldes socialistas se partieron la cara en defensa de la ley. La primera, la de Hospitalet (segunda ciudad más poblada de Cataluña), Nuria Marín, cuando le pidió de frente a Puigdemont que "dejara tranquilos" a los alcaldes catalanes. El segundo, el de Tarragona, José Felix Ballesteros, escrachado en la jornada de la Diada por los independentistas, que le acosaron en un acto al grito de "volem votar (queremos votar)".
Marín y Ballesteros, piezas claves en el poder municipal para frenar el órdago secesionista, se han sumado así en las últimas horas a otros dos primeros espadas del PSC convertidos en bolardos institucionales contra el desafío de Junts Pel Sí y la CUP. Se trata del alcalde de Lérida, Ángel Ros; y el de Mataró, David Bote.
La alcaldesa de Hospitalet, Nuria Marín (PSC), este lunes, en el momento en que pedía a Puigdemont que dejara "tranquilos" a los alcaldes catalanes.
Este desaire de Sánchez a sus alcaldes catalanes llegó además desde Barcelona, en un desayuno informativo organizado por El Periódico y ante la flor y nata del empresariado catalán.
Ante tan selecto auditorio, el líder socialista blindó el pacto entre el PSOE y Barcelona en Común, acuerdo que sostiene a Ada Colau en la Alcaldía de Barcelona. Es decir, que si como está insinuando en las últimas horas cede finalmente las instalaciones del Consistorio condal para albergar las urnas ilegales, los socialistas no adoptarán medida alguna.
Pese a este apoyo expreso de Sánchez a Colau -haga lo que haga antes del 1 de Octubre-, los alcaldes y concejales de más de 350 municipios catalanes renovaron su compromiso con el respeto a la ley impulsando un manifiesto en el que advierten de que no se amedrentarán pese a las "amenazas" y seguirán defendiendo una Cataluña plural en la que caben todas las ideologías.
El manifiesto fue presentado horas después de las polémicas palabras del líder del PSOE en un Consejo Municipal del partido celebrado en Santa Coloma de Gramenet, en el que junto al propio Sánchez participó Miquel Iceta; la alcaldesa del municipio, Núria Parlon, y el teniente de alcalde y líder del partido en el Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni. Algunos dirigentes del PSC interpretaron este acto como un gesto de desagravio del líder del PSOE a los suyos tras sus declaraciones matinales. Por ello, la presencia de Sánchez se habría decidido a lo largo de la jornada. Y allí respaldó por fin a los suyos de forma más clara: "La razón está de vuestro lado", recalcó.
Entre los antecedentes de Sánchez cómo olvidar la polémica enmienda en favor de la plurinacionalidad que los pedristas impusieron en el 39 Congreso Federal. Y después, la petición de una comisión de estudio del modelo autonómico que provocó los recelos de la presidenta andaluza, Susana Díaz.
Un sector del PSOE, que apuesta por la plena vigencia de la Declaración de Granada que impulsó Alfredo Pérez Rubalcaba sumando al consenso territorial al PSC, sigue viendo en esos bandazos de Sánchez en Cataluña su desmedida ambición por desalojar a Mariano Rajoy de La Moncloa. Para ello precisa el concurso del PDeCAT, de ERC, de Podemos y de los Comunes de Colau. Tal vez por eso lanzó este martes un polémico capote a la alcaldesa, valor al alza del juego político que se cuece a fuego lento en Cataluña.