Illa pacta con los independentistas un cordón contra Vox y sus 217.883 votantes
El socialista venía a abrir una etapa de "reencuentro" -eso decía en campaña- y lo primero que ha hecho es liderar una operación para arrinconar a la cuarta fuerza del Parlament.
Decía Salvador Illa en campaña que los socialistas catalanes quería "una nueva etapa de reencuentro sin bandas ni bloques". Y, sin embargo, lo primero que ha hecho el ganador de las elecciones del 14 de febrero ha sido aliarse con el independentismo para poner un cordón sanitario a la cuarta formación del Parlament, Vox.
El PSC se reunió este miércoles con ERC, Junts per Catalunya, los comunes y la CUP para diseñar "un protocolo para minimizar el impacto de la extrema derecha" en la Cámara. Y, por extensión, para ahogar la voz ya no de Ignacio Garriga y los otros 10 diputados de Vox, sino de los 217.883 catalanes que votaron al partido de Santiago Abascal (el 7,69%).
En la operación no participan ni el PP ni tampoco Ciudadanos, según el cual si el cordón ha de hacerse a la extrema derecha también debería aplicarse a Junts, que tiene "planteamientos" de esa cuerda, según los naranjas.
Básicamente socialistas, independentistas y populistas de izquierda pretenden que ningún diputado de Vox sea elegido miembro de la Mesa del Parlament (su órgano de gobierno) y que tampoco presida ninguna comisión. Además, los promotores no suscribirán ninguna iniciativa que lleve la firma de Vox y se plantean no debatir ninguna iniciativa presentada por el grupo parlamentario de Garriga.
En el Parlamento vasco ya pactaron un cordón sanitario parecido
Esto último es algo que ya vienen haciendo en el Parlamento vasco el PNV, Bildu, el PSE y Elkarrekin Podemos para no dar "aire" -dicen- al discurso de Vox. Con la diferencia de que en la Cámara de Vitoria se sienta una única diputada de la formación, Amaia Martínez, y en la de Barcelona van a ser 11 una vez que el próximo 12 de marzo arranque oficialmente la legislatura.
No obstante, en el País Vasco Vox recurrió ante el Tribunal Constitucional su marginación, oficializada en una reunión de la Mesa del Parlamento vasco en agosto. La número dos de la formación en el Congreso, Macarena Olona, lo tildó de "fascista y antidemocrático". En esta ocasión Vox está a la espera de que se concrete el "protocolo" anunciado este miércoles por el PSC, ERC, JxCat, los comunes y la CUP para actuar en consecuencia.
Ignacio Garriga será el portavoz de Vox en el Parlament.
En cualquier caso, Ignacio Garriga no se esperaba otro recibimiento. De hecho en una entrevista concedida a ESdiario dos días antes de las elecciones, el entonces candidato de Vox señalaba que ya llevaban sufriendo algo peor que un cordón sanitario toda la campaña. "A nosotros el cordón sanitario nos lo han hecho con piedras, petardos, huevos y maceteros", decía entonces.
También prometía "perseverar, mantener el rumbo". Y lo primero que ha hecho ha sido negarse a firmar una declaración incluida en el Plan de igualdad de género de 2020 del Parlament que, según el portavoz de Vox, "además de imponer cuotas y victimizar a las diputadas, también crea su chiringuito correspondiente pagado por todos los catalanes".
"No aceptamos ni una lección de quienes agreden a diario a nuestros policías, muchos de ellos mujeres. No perderemos tiempo en que nos hablen de respeto a nuestras madres, hijas, mujeres o compañeras", escribió este miércoles Garriga en su Twitter.
Y mientras Illa se alineaba con el independentismo contra Vox, la candidata de Junts per Catalunya visitaba a Pablo Hasel en la cárcel y lo definía como "otro preso político de la justicia española". Y la CUP ha seguido jaleando la violencia callejera.