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El plan de Díaz Ayuso para hundir a Pedro Sánchez por su "madrileñofobia"

La Comunidad de Madrid se prepara para una larga batalla desatada desde Moncloa y ofrecerá una contundente respuesta legal, institucional y pública.

Ayuso, el 23 de julio en Villaviciosa de Odón

Publicado por
Javier Rodríguez

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"Madrileñofobia". La palabra no es nueva, lleva escuchándose casi desde el comienzo de una pandemia que tuvo el epicentro en Madrid, con las cifras en la mano, pero con una fecha decisiva para explicarlo: aquel 8M de 2020 impulsado por el Gobierno, en plena batalla "feminista" entre el PSOE y Podemos, que llenó las calles de miles de personas ajenas al riesgo del virus e hizo que se permitieran decenas de eventos masivos para no imponer agravios comparativos.

Pero si al principio el concepto atendió a razones sanitarias, ahora lo hace a cuestiones fiscales: el mismo Gobierno que acusó a Madrid de extender la enfermedad y llegó a imponerle un estado de alarma con datos inexactos; esparce ahora la idea de la región gobernada por Isabel Díaz Ayuso compite deslealmente con el resto y tiene que pagar más impuestos.

La presidenta regional lo sabe. Y su equipo tiene respuesta: la "madrileñofobia" como concepto para resumir una respuesta que será legal, política e institucional a Moncloa y que comenzará a percibirse en unos días con la más que probable ausencia de la propia Ayuso a la Conferencia de Presidentes convocada por Pedro Sánchez para el 30 de julio en Salamanca, sin preaviso, sin orden del día y con la sensación de que es más una campaña de marketing que una mesa de trabajo.



Eso creen en la Comunidad de Madrid, según atestiguan a ESdiario fuentes autonómicas, que cifran en "17 convocatorias irregulares" el número de cumbres convocadas por Sánchez en vano y entonan un "basta ya" ante lo que consideran una operación más de autobombo.

Pero lo que hay detrás no se les escapa: Sánchez trabaja desde el día siguiente al 4M, saldado con una derrota histórica del PSOE, pensando en las próximas Elecciones Autonómicas, previstas para la primavera de 2023. Apenas dos años para encontrar un líder, que bien puede ser la ministra de Justicia actual, Pilar Llop; y 24 meses para sostener un pulso desigual entre Moncloa y la Puerta del Sol que comienza con la "armonización fiscal", el eufemismo de la subida de impuestos que el presidente quiere imponer en Madrid.

Madrid se defenderá de Sánchez pero también atacará donde duele: pidiendo la reducción de diputados de 136 a 101

La novedad es que, en esa estrategia, a Sánchez le van a acompañar algunos barones autonómicos, como ha demostrado esta semana el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, estandarte de una exigencia impulsada por el Gobierno: elevar la presión fiscal en Madrid e incluso crear nuevas figuras fiscales, sin pararse en la subida ya anunciada de los impuestos de sucesiones, donaciones o patrimonio.

A este respecto, las mismas fuentes confirman que Madrid irá al Tribunal Constitucional si se cumple la amenaza, y creen que ganarán: "Todos los excesos de Sánchez acaban parados por la Justicia", recuerdan con la vista puesta en el fallo contra el estado de alarma, contra el rescate de Plus Ultra o contra la "ayuda" evidente a los indultados del "procés" para que no abonen las finanzas de sus delitos.

Y en esa batalla, Madrid no estará sola: Andalucía, Galicia y Castilla y León; o lo que es lo mismo Moreno, Feijoó y Mañueco, estarán a su lado conscientes de que sus barbas también están en remojo.

La hoja de ruta madrileña

Pero además de defenderse, Madrid quiere atacar con su propia planificación. Ayuso ha dado órdenes precisas a sus consejeros de que en los dos años de corta legislatura han de funcionar como un reloj en los plazos y una apisonadora en las medidas puestas en marcha.



La rápida actuación en Telemadrid, que ha derribado de un plumazo y con nula contestación a una cúpula directiva alineada contra el PP, es una prueba de ello: en un mes se logró la salida del Director General elegido por Cristina Cifuentes pero sustentado por la extraña alianza de Ciudadanos con el PSOE, Más Madrid y Podemos. Y se va a tener nueva dirección, del ente público y de sus servicios informativos, antes de septiembre.

La bajada de impuestos, la apuesta por la natalidad, el refuerzo de la sanidad y de la educación y la austeridad propia serán los ejes. Sobre esto último, un mensaje se escuchará insistentemente en los próximos tiempos: además de reducir el Gobierno autonómico, con la mitad de carteras que el de España, se reforzará la idea de que no hacen falta 136 diputados en la Asamblea de Madrid. Con 101, como ya incluyeron en su programa, sería suficiente.