El nudo gordiano de Cuca Gamarra
Un año después de la caída de Cayetana Álvarez de Toledo los diputados del PP funcionan a pleno rendimiento y de la antigua portavoz ni se acuerdan.
Cuca Gamarra, entre Casado y Egea
El verano pasado, en mitad de agosto, Pablo Casado sorprendió a casi todos prescindiendo de su portavoz parlamentaria, Cayetana Álvarez de Toledo. Fue una decisión arriesgada. Muy sonora mediáticamente. Pero la situación se había convertido en insostenible y el líder popular decidió cortar por lo sano antes de que las cosas no tuviesen remedio.
La elegida para dirigir al Grupo Popular en el Congreso fue la ex alcaldesa de Logroño Cuca Gamarra. Muchos quisieron ver en la caída de Cayetana el final del casadismo. Se equivocaron. El Misisipí no cambió su curso.
Un año después los diputados del PP funcionan a pleno rendimiento y de la antigua portavoz ni se acuerdan. Y su formación política, pese a las advertencias de la “ex”, no sólo no ha caído en las encuestas sino que ha ido mejorando mucho.
La imagen de “la sustituta”, ya bien asentada, ha ido creciendo en eficiencia y nadie discute su buen hacer. Gamarra es ahora mismo un referente en la familia popular. Y no solamente entre las significativas paredes de la Carrera de San Jerónimo. Sus propuestas políticas han marcado en muchas ocasiones, para bien, el devenir del mayor partido de la oposición.
Pero... siempre hay un pero. Mayo de 2023 se acerca y en Génova 13 tienen pocas dudas de que Cuca Gamarra sería la candidata “ideal” para recuperar para sus siglas la Comunidad de La Rioja. Una autonomía importantísima en muchos sentidos políticos.
Y si Gamarra va a ser la elegida como cabeza de cartel autonómico para 2023, debería ser también la presidenta de los populares riojanos. La bicefalia parece imposible
Al Congreso Regional del PP de La Rioja “solo le falta fecha”. Aunque deberán afrontarlo, lógicamente. Seguramente se hará entre noviembre y diciembre próximos. El último cónclave, donde se eligió a José Ignacio Ceniceros, que ya ha anunciado su retirada, fue hace cuatro años.
Y si Gamarra va a ser la elegida como cabeza de cartel autonómico para 2023, debería ser también la presidenta de los populares riojanos. La bicefalia parece imposible. Así que Génova 13 tiene un problema.
El esfuerzo necesario
La otra solución, quizá la que menos quebraderos de cabeza daría, al menos a pie de tierra de vinos, sería que desde la planta noble de la sede nacional del Partido Popular se llamase a los dos ilustres mandatarios riojanos que se mueven para dirigir allí las huestes de Casado, Alberto Bretón y Alfonso Domínguez, para “sellar” un acuerdo que evite un nuevo congreso de la división.
De los barros de la pelea de hace cuatro años surgieron los lodos de la dolorosa derrota electoral de 2019. Cualquier esfuerzo es pequeño si evita reabrir heridas que no cicatrizan.
Teodoro García Egea y su equipo ya tienen seguramente sobre la mesa este nudo gordiano. Como no ha habido forma de desatarlo, se deberá cortar algún día.
