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Sánchez oculta su plan para Ceuta y Melilla mientras negocia las aguas canarias

El Gobierno convertirá en información clasificada el plan para las dos ciudades autónomas que se incluyen en la Estrategia de Seguridad Nacional.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

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Andrea Jiménez

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Los planes de Pedro Sánchez y sus negociaciones con Marruecos sobre Ceuta, Melilla y Canarias siguen sin conocerse y de hecho, los relativos a las ciudades autónomas no se conocerán nunca, ya que piensa tirar de la ley franquista de Secretos Oficiales para clasificar la información, a la vez que incrementará las conversaciones con Rabat al respecto de las aguas canarias, pese a que la apropiación de Marruecos siempre fue unilateral.

De esta forma, igual que cambio su postura respecto al Sáhara sin contar con nada ni con nadie y se tuvo que conocer la decisión de Sánchez por boca de Rabat, el presidente prefiere mantener en el más absoluto secreto todo lo que tiene que ver con sus conversaciones con Mohamed VI, pese a que se trata de cuestiones que afectan a la política exterior de España ante las que el Congreso ha mostrado su más absoluto rechazo.

Además, la soberbia de Sánchez ha quedado plasmada por escrito en un documento oficial. En concreto en una respuesta parlamentaria a Vox, en la que deja claro que no prevé hacer público el plan integral para Ceuta y Melilla que incluye la nueva Estrategia de Seguridad Nacional, aprobada en diciembre del pasado año, ya que el texto en el que trabaja estará sujeto a confidencialidad por la Ley de Secretos Oficiales del Estado.

El plan integral para Ceuta y Melilla fue ya anunciado en el Congreso por Iván Redondo, exjefe de gabinete de Pedro Sánchez, en mayo del pasado año, coincidiendo con la crisis con Marruecos provocada por la avalancha migratoria en la valla de Ceuta.

Plan de Seguridad transversal

Se trata de una previsión incluida en la Estrategia de Seguridad Nacional, que no desarrolla este punto pero apunta que las dos ciudades autónomas, por su situación geográfica y por la especificidad de su frontera, requieren de "una especial atención" por parte de la Administración "para garantizar la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos".

En la respuesta parlamentaria, el Gobierno explica que se trata de un plan integral de seguridad de carácter transversal, que requiere de la participación de varios ministerios y organismos públicos, así como de las autoridades de Ceuta y Melilla. También alude a la necesidad de contar con "numerosos y distintos" estudios previos.

"Por el momento, no es previsible que se publique porque su propia condición integral va a obligar, seguramente, a que sea clasificado total o parcialmente", señala el Ejecutivo, que ya firmó un documento conjunto tras la reunión con Mohamed VI en la que no se hacía ninguna mención a la integridad territorial de España.

Sánchez traga y negociará las aguas canarias

Sánchez considera, y así lo hizo saber tras la reunión con el rey alauita, que la soberanía nacional "está fuera de toda duda, incluidas Ceuta y Melilla". Fuentes gubernamentales sostuvieron que España no necesita que Marruecos reconozca las dos ciudades autónomas, pero desde Rabat la postura siempre ha sido la opuesta.

Pero no solo las ciudades autónomas están en el punto de mira del país vecino, que utiliza las fronteras como medida de presión a España cuando considera oportuno, mientras que el Gobierno prefiere callar al respecto, sino que también las aguas de Canarias se han convertido en un objetivo marroquí sobre del que poco o nada se sabe.

Mohamed VI y Sánchez acordaron reactivar la Comisión de Estudios de Espacios Marítimos, por lo que desde todos los partidos ya han exigido a Sánchez que no ceda ni un milímetro

Marruecos procedió a principios de 2020 a aprobar dos leyes por las que delimita el mar territorial marroquí hasta 12 millas y la zona económica exclusiva (ZEE) de 200 millas desde sus costas, lo que entraba en conflicto con la de las aguas territoriales españolas en las islas, ya que además, utilizaba el Sáhara Occidental como territorio propio.

Pero tras la reunión entre Mohamed VI y Sánchez el único acuerdo claro al respecto fue el anuncio de reactivar la Comisión de Estudios de Espacios Marítimos, por lo que desde todos los partidos ya han exigido a Sánchez que no ceda ni un milímetro, avisando, además, del deseo expansionista de Marruecos.

De hecho, el Gobierno ya parte peor de lo que estaba pues ante las apropiaciones de Marruecos no ha hecho nada y la reactivación de dichas negociaciones supone un reconocimiento de las mismas, claudicando ante el país vecino.

De esta forma, Sánchez ha teminado con convertir las relaciones diplomáticas con Marruecos en un asunto casi personal, en el que solo él y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares parecen conocer los detalles, con la excusa de que "la política exterior de España la marca el presidente del Gobierno".

Pero, al margen de quien tome las decisiones, el Gobierno ha decidido hurtarle a la ciudadanía su derecho a conocer los detalles de un asunto crucial, sobre todo para los ciudadanos de estos territorios, -Ceuta, Melilla y Canarias-, que tendrán más fácil conocer por la prensa marroquí qué es lo que ocurre entre ambos países que de boca de su propio presidente.

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