Carlos Ruiz Soto: hijo de tenderos, médico reputado, fundador del centroderecha
Fue algo más que un político al uso. El hombre que se enfrentó a Joaquín Leguina fue un hombre de principios, de una inmensidad humana que resulta difícil estimar para quienes le conocimos.
Siempre le gustó recordarlo: él era de la calle Fuencarral, hijo de tenderos propietarios de una mercería en el Madrid más castizo. Y fue Madrid, precisamente, el que marcó su vida personal, política y profesional hasta su último momento. Ha fallecido Carlos Ruiz Soto y su nombre, a muchos en el centroderecha español, les resultara desconocido a pesar de que forma parte de su historia. De la más ilustre.
Ruiz Soto fue algo más que un político al uso. Ha sido un Fórmula 1 de la política. Fue un hombre de principios, de una inmensidad humana que resulta difícil estimar para quienes le conocimos. Como muchos hombres de su generación, incluidos no pocos antagonistas posteriores, Ruiz Soto también se emocionó en su juventud con el mensaje de unidad y justicia social de los ambientes azules.
Carlos Ruiz Soto era un líder de rompe y rasga que tuvo un papel crucial como fundador de la propia Alianza Popular
Nunca renegó de ello pero tampoco se anquilosó en discursos y formas superadas por el tiempo. Todo lo contrario: Carlos fue uno de los pastores de aquellos jóvenes que, desde ámbitos conservadores, querían disputar el partido con ideas y mensajes democráticos y modernos. Sin miedo, sin vergüenza y con mucha ilusión. Era un líder de rompe y rasga.
Carlos tuvo un papel fundamental en ello, como fundador del Partido Conservador y de la propia Alianza Popular (AP) capitaneada por Manuel Fraga. Era, no lo olvidemos, un médico respetado, un ginecólogo de prestigio que ocupó puestos muy relevantes en la Sanidad madrileña. Siempre se ufanaba de haber ayudado a nacer a miles de niños y fue un pionero en el apoyo a medidas que mejoraran el bienestar de las madres durante el parto.
No tenía necesidad de bajar al barro de la política, pues su vida estaba encarrilada en lo profesional, pero lo hizo cuando AP era poco menos que la sede de la calle Silva
Si escribo esto no es por que lo merezca, sino para dejar claro que no tenía necesidad de bajar al barro de la política, pues su vida estaba encarrilada de sobra en lo profesional. Y a pesar de ello, lo hizo, en unos tiempos en que AP era poco menos que la sede de la calle Silva, a espaldas de la Gran Vía madrileña. Él fue, precisamente, uno de los constructores de esa formación, que más de cuarenta años después sostiene la estructura del Partido Popular refundación tras refundación.
Siempre se ufanaba de haber ayudado a nacer a miles de niños y fue un pionero en el apoyo a medidas que mejoraran el bienestar de las madres durante el parto
Si AP creció en Madrid, fue gracias a su labor como presidente de la misma, que le hizo ser respetado por la militancia y por la Planta noble del partido. "El hombre que retiró el 3%", le llegó a apodar algún periódico de la época por su campaña contra el impuesto del 3% que se sacó de la manga Joaquín Leguina en 1983. Nunca desdeñó pisar la calle o estrechar una mano, ya fuera en Getafe, en Majadahonda, en su querida Pozuelo, en las zonas pijas o en las barriadas más populares de la capital. Fue diputado en el Congreso y un excelente portavoz de Sanidad del Grupo Parlamentario de AP.
Carlos Ruiz Soto se anticipó a lo que luego hizo José María Aznar refundando AP
Teniendo todo por ganar, eligió seguir a los disconformes con el liderazgo de Fraga en aquel verano, ya muy lejano, de 1986. Se anticipó a lo que luego otros, junto con, hicieron refundando el partido. Abandonó AP y contribuyó a iniciativas como Renovación Democrática o el Partido Demócrata Español, pero siempre fue leal a sus amigos, incluso a aquellos que ya no marchaban a su paso. Desde luego, demostró serlo mucho más de lo que algunos lo han sido con él.
Descansa en paz, mi viejo y queridísimo amigo. Siempre te llevaré en mi corazón.