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Sánchez acumula más poder y controlará desde Moncloa todos los secretos

La competencia sobre los secretos de Estado pasará a manos del ministro de Presidencia, el ministerio más cercano a Sánchez, lo que le permitirá un mayor control.

Pedro Sánchez y Félix Bolaños

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Andrea Jiménez

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Pedro Sánchez modificará la Ley de Secretos Oficiales y hará un cambio fundamental, otorgará al Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática la autoridad para proponer la desclasificación de documentos, que hasta ahora era competencia de Defensa. Este cambio deja a Félix Bolaños como 'guardián' de los secretos del Estado, pero también permite que el propio presidente los controle desde Moncloa, ampliando aún más su poder.

El Consejo de Ministros va a aprobar este lunes el Anteproyecto de Ley de Información Clasificada que, además, fija cuatro categorías de protección en la misma línea que marca la Unión Europea y los aliados de la OTAN: alto secreto, secreto, confidencial y restringido. Los plazos de desclasificación van de los cuatro a los 50 años en función de la categoría y, en algunos casos, podrían prorrogarse más allá, según fuentes de Moncloa.

Según dicta el proyecto, el departamento dirigido por Félix Bolaños asumirá la autoridad para proponer la desclasificación de un documento, una potestad que hasta el momento tiene la ministra de Defensa, Margarita Robles.

Además, el Ministerio de Presidencia recibirá recursos adicionales y la decisión final sobre si se lleva a cabo el desbloqueo de la información clasificada, está en manos del Consejo de Ministros, al menos la que cuenta con el grado más alto de protección.

Así, Sánchez arrebata a Robles el poder de decidir sobre los secretos del país dejando el asunto en manos de colaboradores más próximos, lo que le permitirá controlar aún más de cerca los asuntos que más polémicas han generado durante su mandato, como los viajes del Falcon.

De hecho, el presidente siempre recurre a la manida ley de Secretos Oficiales de 1968 como salvavidas para evitar desvelar sus vuelos en las aeronaves propiedad del Estado, al igual que sus vacaciones en Doñana o en la finca de Quintos de Mora, o la seguridad de la que gozan sus ministros, aunque sea en viajes privados.

Sánchez ha recurrido al 'secreto de Estado' para evitar desvelar detalles acerca de sus innumerables viajes en Falcon

Por ello, con esta nueva normativa, Sánchez tendrá el control directo de la información clasificada, a través de su ministro más proximo, aunque desde Moncloa justifican este cambio, alegando que consideran "lógico" que esta tarea quede en manos de un ministerio "transversal" y de "coordinación interministerial" como el de Bolaños, ya que hay información clasificada que afecta a distintos ámbitos que van más allá de la defensa, como la industria y la economía, según indican. Así ocurre, apuntan, en la mayoría de países de la UE y de la OTAN.

La modificación de la normativa de Secretos Oficiales es una reivindicación histórica de algunos grupos parlamentarios. Bien es cierto que la ley es un legado franquista, pues está fechada en 1968, pero las exigencias no tienen que ver con la 'regeneración democrática', sino con las aspiraciones de los nacionalistas de conocer los detalles de algunos episodios de la historia reciente de nuestro país.

Precisamente el PNV es el autor de la reforma de la Ley de Secretos Oficiales del 68 que el Congreso aceptó tramitar al principio de la legislatura con el apoyo del PSOE. Sin embargo, la ley lleva ya casi dos años bloqueada en la Cámara y el Gobierno decidió darla por enterrada e impulsar la reforma a través de un proyecto de ley.

Los nacionalistas quieren desclasificar el 23-F

Por ello, ha sido en el mes de julio, durante su intervención en el Debate sobre el estado de la Nación, cuando el borrador de la ley en el mes en curso, precisamente durante su turno de réplica al portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban.

Y es que, la mayoría nacionalista sobre la que se apoya Sánchez quiere desclasificar todos los documentos relacionados con el fallido golpe de estado del 23-F, con la intención de enredar con la posible implicación de Juan Carlos I.

De esta forma, controlando más de cerca los secretos oficiales, Sánchez tiene mucha más capacidad de maniobra, pues podrá contentar a los nacionalistas si lo desea, o si lo necesita, pues el Ministerio de la Presidencia, además de ser el más transversal, como argumenta Moncloa, es el que controla directamente a través del que ha sido su delfín, Félix Bolaños.

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