Un policía local evita en Murcia otra posible tragedia yihadista
Un agente fuera de servicio redujo frente a un colegio a un hombre que gritaba en árabe, subido a los coches, a los niños que iban a clase. Le encontraron un cuchillo, el Corán y medicación.
Está a punto de cumplirse una semana desde que Algeciras sintiera el miedo. Terror sembrado por el ataque terrorista de Yasin Kanza que, machete en mano y gritando 'Alá es grande' y 'Muerte a los cristianos', irrumpió en dos iglesias de la localidad gaditana. Mató a un sacristán, Diego Valencia, y dejó herido de gravedad al cura Antonio Rodríguez, que evoluciona favorablemente de las heridas que le provocó en el cuello el agresor.
El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, asegura que Kanza actuó en solitario y en un principio defendía que el ataque no estaba relacionado con el yihadismo. Después, en el registro de la casa patera donde vivía el asesino, encontraron propaganda salafista (un movimiento islamista radical). Además, varias informaciones apuntan a que se había radicalizado en las últimas semanas. Muestra de ello eran sus mensajes en redes sociales o el hecho de que este individuo fue expulsado de una mezquita algecireña una semana antes por exigir cambiar las normas de la misma.
La versión de Interior va encaminada a apuntar que este de Algeciras es un caso aislado, ocasionado en gran parte también por los antecedentes de problemas mentales de Kanza. Sin embargo, durante esta semana han sido cada vez más las personas que han ido denunciando en redes sociales que es una realidad en muchos barrios y zonas de nuestro país.
De hecho, en las últimas horas se ha conocido otro caso que por suerte no ha acabado en tragedia, en gran parte gracias a la rápida acción de un policía local fuera de servicio y a la coincidencia de que estaba en el sitio adecuado en el momento adecuado.
Ha ocurrido delante de un colegio en Santomera, Murcia. Tal y como ha informado la 7, la televisión autonómica murciana, este viernes un hombre se subió a varios coches y empezó a gritar en árabe a los niños que acudían al colegio. Visiblemente alterado, llegó un momento que bajó de uno de los vehículos y se acercó a un grupo de menores que estaban acompañados de sus padres.
Entre ese grupo de padres estaba un policía local fuera de servicio, que consiguió reducir al individuo y contenerlo hasta la llegada de los refuerzos. Este hombre fue detenido y cuando le registraron encontraron en sus bolsillos un cuchillo de 10 cm, un corán y medicación.
Tal y como apuntan desde la televisión autonómica murciana, el hecho de encontrar entre sus pertenencias pastillas fue el que provocó que la policía llevara al detenido al hospital para una revisión psiquiátrica. La rápida actuación de este agente fuera de servicio y la suerte de que fuera él quien estuviera allí en ese momento ha permitido evitar una verdadera desgracia.