La concejal de Vox detenida demuestra que los etarras de Bildu mienten
Los etarras alegan estar fuera de plazo para renunciar totalmente a su candidatura cuando esta representante de Vox, detenida por tráfico de drogas, sí que lo ha hecho a todos los efectos.
Cada vez queda más claro que la supuesta renuncia de los etarras con delitos de sangre en las listas de EH Bildu responde más a un lavado de imagen que a una muestra real de arrepentimiento o aceptación de que no es correcto que asesinos opten a cargos públicos. Algunos de ellos incluso en los mismos pueblos donde mataron a gente. Y es que, los siete exmiembros de la banda terrorista condenados por participar de manera directa o indirecta en asesinatos oficialmente no han renunciado a su puesto en la lista, sino que han dado su palabra de que no aceptarán el cargo en caso de que su partido salga elegido.
El portavoz adjunto de EH Bildu en el Congreso, Oskar Matute; la parlamentaria Eva Blanco; el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, y el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi
"No te puedes fiar de la palabra de un asesino", fue la frase que utilizó la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso para valorar esta falsa renuncia de los etarras. La excusa que esgrimen estos: que ha pasado el plazo para renunciar. Oficialmente y con la ley en la mano sí, pero siempre existen excepciones para estos casos.
Cuando los partidos publican las listas, dos días después la Junta Electoral Central, formada por jueces del Tribunal Supremo y catedráticos, se pronuncia sobre posibles errores, fallos o candidatos que no puedan estar en esas ellas por el motivo que sea. Desde ese momento, las formaciones tienen 48 horas para corregirlas si fuera necesario. Una vez subsanados los posibles fallos, la JEC proclama las listas oficiales que pasan a ser intocables...salvo excepciones. Unas excepciones que normalmente suelen ser por enfermedades o fallecimientos.
El truco de Bildu para su falsa renuncia
Es la persona en cuestión quien debe comunicar a la Junta Electoral de Zona correspondiente su solicitud de renuncia. Esto es precisamente lo que la número tres de las listas de Vox en Parla, Ana González Martínez, que fue detenida el pasado jueves en una operación contra el tráfico de drogas y nada más conocerse la noticia renunció de palabra, al igual que los etarras, a su puesto en la lista. A diferencia de estos, ella sí que lo ha comunicado a la Junta Electoral de Zona (en su caso Madrid), que ha aceptado, a todos los aspectos legales, la renuncia de la edil.
Su nombre seguirá en las papeletas para no afectar, por ejemplo al voto por correo, aunque queda sin efecto alguno. Y es que cabe la posibilidad de que a la hora de imprimir una nueva con el nombre del sustituto y excluyendo al renunciante alguien haya votado por correo con la papeleta original, por lo que contabilizar papeletas distintas sería un disparate.
Con todo y con ello, si se traslada a la Junta Electoral de Zona y esta la aprueba, la renuncia ya es oficial y no hay vuelta atrás. El "problema" con los etarras de Bildu es que hay que comunicar esa intención de renuncia a la Junta y esto es algo que no parecen contemplar. Por ello, al no existir esta oficialidad, podrían dar marcha atrás en su decisión y llegado el momento (y si las circunstancias lo permiten) aceptar su cargo. Por lo tanto, ahora mismo y si no hay cambios, por mucha renuncia que supuestamente hayan presentado, todo sigue dependiendo de la palabra de unos asesinos.