Rubiales pide a su madre que pare y ella se niega: "Hasta que mi cuerpo aguante"
Este martes, debido a la celebración de una misa, las puertas se abrieron por primera vez a los medios desatando el caos. Agentes de la Policía Nacional tuvieron que intervenir.
Mientras Luis Rubiales sigue sin dimitir (aunque ha sido inhabilitado de oficio por la FIFA), su madre, Ángeles Béjar, continúa con su encierro y su huelga de hambre en la iglesia de la Divina Pastora en Motril. Algunos lo califican de circo, otros de acto de amor de una madre hacia un hijo, lo que está claro es que al caso Rubiales todavía le quedan muchos capítulos por escribir. El último, uno de los más polémicos, el vídeo de Jenni Hermoso en el autobús bromeando sobre lo sucedido y que echa más leña al fuego.
A todo esto, el presidente inhabilitado de la RFEF, al que este martes le han quitado el sueldo, el teléfono y el coche oficial, pide a su madre que abandone la huelga de hambre. Así lo ha confesado la propia Ángela Béjar al atender a los medios de comunicación en su segundo día de protesta por lo que considera una “cacería inhumana” contra su hijo.
“Me ha pedido que no siga con esto, que está preocupado, pero no voy a parar”, ha avisado Ángeles, que asegura que estará hasta que su cuerpo aguante. “El médico me dice que estoy bien y voy a seguir”, ha expresado la madre de Rubiales, con el repicar de las campanas de fondo, desde el rincón de la iglesia motrileña desde donde está protestando por lo que considera una verdadera injusticia.
Toda la familia Rubiales se está volcando con el máximo dirigente del fútbol español y centran gran parte de sus mensajes (y sus críticas) en Jenni Hermoso. "Solo quiero que se diga la verdad, ella sabe que mi hijo es muy honrado”, ha insistido Béjar en esta primera atención generalizada a los medios. Una atención improvisada que, momentos previos, provocó momentos de tensión en el templo granadino.
Los feligreses, enfadados con los medios
Y es que, la iglesia abrió por primera vez desde que comenzó la polémica sus puertas al público en general con motivo de una misa de difuntos. Los medios, agolpados desde el lunes en las puertas del templo, entraron al mismo desatando el caos y las protestas, lógicas, de los feligreses que acudían a la misa y que dejaron bien claro su malestar. La ceremonia se vio interrumpida y hasta la Policía Nacional tuvo que intervenir para calmar las aguas.
Momento en el que abren la puerta de la iglesia Divina Pastora donde se encuentra la madre de Rubiales.
Como suele ser habitual en este tipo de casos tan mediáticos, los bulos son el pan de cada día. El último, que un grupo de feministas estaban lanzando croquetas por la ventana de la iglesia donde Ángeles Béjar está haciendo la huelga de hambre. Una noticia que algunos se han creído y han dado por buena en las redes sociales.